Tributo a Lucía Íñiguez en Holguín a propósito de su natalicio
- Por Maribel Flamand Sánchez
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La frase ¡Ah, entonces ese sí es mi hijo Calixto: muerto antes que rendido! es la de mayor trascendencia, pero la vida de Lucía Íñiguez Landín estuvo matizada por anécdotas que ponen de relieve su temperamento de patriota y madre corajuda, como aquella cuando disfrazó a otro de sus hijos de muchacha para que pasara inadvertido ante las tropas españolas.
Este 8 de diciembre se cumplen 202 años del nacimiento de esta holguinera insigne, razón por la cual federadas de la provincia acudieron a rendirle homenaje al monumento que eterniza su legado en la Plaza de la Revolución que lleva el nombre del más valeroso de sus descendientes.
Como es tradición desde 1997, una veintena de mujeres destacadas de diferentes sectores firmaron el Libro de Honor Lucías de Hoy, ceremonia que resulta como un pacto de honor y fidelidad a la patria y para la crianza de hijos dignos y leales, como el General de las Tres Guerras.
Fotos: Alexis del Toro.
La ocasión fue propicia para que otro grupo de holguineras virtuosas en sus quehaceres recibieran la Orden Ana Betancourt, que entregaron Ernesto Santiesteban Velázquez, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Holguín, y Elizabeth Martínez Quintero, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en la provincia.
A la ceremonia, a la que asistió también julio César Estupiñán Rodríguez, gobernador de Holguín, se concedió la distinción 23 de Agosto, que otorga la FMC a fundadoras y féminas con una trayectoria relevante en el cumplimiento de las tareas de la organización.
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