Paciencia
- Por Hilda Pupo Salazar
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La paciencia es una virtud que se enseña, como cualquier otra disciplina y, al dominarla, se actúa conscientemente.
Para acometer cualquier proyecto necesitas paciencia para cambiar, trabajar duro, resolver lo negativo, relacionarte correctamente con los demás para obtener los beneficios esperados, según los objetivos estratégicos determinados.
La puedes consolidar e incrementar con esfuerzos, flexibilidad, sapiencia, reflexión, optimismo inteligente en una constante práctica para, con calma, sortear cualquier obstáculo y vencer.
Al practicarla constantemente logras hacer de la serenidad un hábito, tanto ante los grandes o pequeños inconvenientes que se presenten en tus proyectos.
Cuanto más la practiques, más paciente serás al reforzarla como una virtud y evitas frustraciones, energías y emociones negativas, problemas adicionales que impulsan a exabruptos y hasta ofensas, que luego son complejas de enmendar.
Si la interiorizas como forma de actuar, seguro que casi siempre llega la recompensa positiva, con el éxito en las metas propuestas, al saber conformar decisiones inteligentes con la suma total de paciencia más labor constante, mayores esfuerzos, proactividad para guiar y dirigir tus fines por la dirección correcta.
Con ese comportamiento logras convertirla en un recurso excelente que permite contar con la sabiduría de estudiar la realidad, proyectar qué hacer, con la mejor capacidad para determinar las acciones y evitar resultados nocivos, alejarte de patrañas que nublan el juicio, con implicaciones desastrosas.
Por eso la paciencia aumenta el importante umbral de la tolerancia, fortalece el autocontrol, gratitud, reputación, felicidad interna, emocional y el decisivo trabajo en equipo, al saber de verdad mantener las mejores decisiones ante disímiles situaciones.
Así alcanzas la previsión para esperar obstáculos, desafíos, incrementar la diplomacia para cualquier momento responder con conocimientos y valores para hacer el trabajo que necesitas, eliminas sufrimientos, amarguras o la dañina venganza adicional que a veces se camufla.
Entre más consigas tolerar las singularidades de los demás y entender los vaivenes exitosos o no de la vida, menos estrés experimentarás y más resistente te volverás, porque evitarás ser apresado emocionalmente y desde tu autogestión fortaleces la confianza y la capacidad de pugnar con los desafíos.
La paciencia trae fe en el éxito, con una continua innovación en la confianza objetiva de alcanzar la excelencia en tus metas, al alimentar la resistencia natural y la voluntad de seguir intentando hasta lo imposible.
En la preparación para este trabajo despertaron mi admiración estas frases y las pongo para la reflexión oportuna. “El genio no es más que una mayor propensión a la paciencia”. “El talento es una paciencia largamente ganada”. “En el centro de todo verdadero éxito está la conciencia de las dificultades inherentes a cualquier logro y la confianza de que persistiendo y siendo paciente, algo que vale la pena, se realizará”. “El éxito siempre comienza con la paciencia y el compromiso de poner la diligencia necesaria para la excelencia”. “La paciencia es una virtud que muchas personas desean tener, pero que pocas logran practicar con frecuencia”.
Según el filósofo y científico, Aristóteles, “la paciencia es aquella que permite al individuo sobreponerse a las emociones fuertes generadas por las desgracias o aflicciones. Se define también como la capacidad de un sujeto para tolerar una determinada situación sin experimentar nerviosismo y sin perder la calma...”