Retomar la alternativa del autoconsumo

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Durante los años '90 una de las soluciones para la crisis alimentaria derivada del Período Especial en el país fue el fomento de la siembra de viandas, hortalizas y granos, más la crianza de conejos, aves y otros animales en áreas destinadas para el autoconsumo en los comedores obreros.


Cada empresa, fábrica o taller con terreno disponible cultivó sus propios alimentos con fuerzas propias. En los barrios, como ocurre en la actualidad, también se estimuló la plantación de patios y parcelas, pero aparejado a la recuperación económica cada quien se deshizo de lo conseguido para depender totalmente de las asignaciones estatales.

En el reciente Pleno del Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Holguín el tema del autoconsumo fue retomado por Ernesto Santiesteban Velázquez, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en el territorio, y José Antonio Pérez Pérez, integrante del secretariado nacional de la organización obrera, como complemento importante para la solución a la insuficiente asignación de alimentos para los comedores obreros, planteada por dirigentes obreros participantes en la reunión.

Lo que ocurre hoy en los comedores obreros no es más que el reflejo de cuanto sucede en la agricultura cubana, fuente principal de alimentación, impactada por las más de 200 medidas adoptadas por la administración Trump y sostenida por la actual, las cuales generaron un contexto económico complejo, sin obviar insuficiencias internas relacionadas con la organización, el control y un obvio desprendimiento de la tierra.

Para revertir tal situación y potenciar la producción de alimentos, el pasado año se adoptaron 63 medidas que aún no fructifican. Por razones como estas el dirigente político señaló lo prudente de disminuir la dependencia de la Agricultura, entidad hoy incapaz de producir suficientemente para satisfacer todas las demandas, no solo de viandas, hortalizas y granos, sino también de carnes y huevos, y que cada quien, donde sea posible, produzca lo necesario para el sustento de sus trabajadores.

Pérez Pérez por su parte reflexionó sobre las posibilidades que tienen hoy las empresas estatales de obtener tierras para ser cultivadas por los trabajadores disponibles o interruptos, consecuencia del proceso de disponibilidad hoy en marcha como resultado del perfeccionamiento de la Empresa Estatal Socialista y la baja disponibilidad de materias primas para asumir los planes productivos.

Lamentablemente son pocos, pero existen ejemplos de entidades que cosechan parte de sus alimentos, hortalizas y condimentos naturales, como es el caso de la fábrica de cigarros Lázaro Peña, de Holguín.

En la provincia, de acuerdo con la información de Rosell Tamayo Díaz, subdelegado de la agricultura aquí, existen 10 mil 506, 2 hectáreas de tierras ociosas o deficientemente explotadas a disposición de quienes la soliciten, lo mismo personas naturales que jurídicas, según disposición del decreto 350, que estipula la concesión de estas tierras en usufructo.

Producir los alimentos propios tiene varias ventajas, como la autonomía alimentaria, asumir costos más bajos, la libertad para comercializar los excedentes para incrementar ingresos y es sin dudas una fuente de empleo.

No se trata de eludir la responsabilidad estatal con los comedores obreros, sino de retomar la alternativa del autoconsumo como importante reserva para aumentar y mejorar lo que se le pone al obrero en la mesa.

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