En Holguín más que pianos se rescatan sueños
- Por Claudia Patricia Domínguez
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Fotos: De la autora y cortesía del entrevistado
Las manos de Jorge Luis volvieron a hacer el milagro. Pianos practicamente destruidos retomaron su sonaridad de antaño. La Casa del Ballet, sede del Teatro Lírico Rodrigo Prats desde hace varios meses es cómplice del ajetreo que demanda la restauración. ¿Resultado? En Holguín más que instrumentos se rescatan sueños.
“Recuerdo el dia que Lola me mostró este piano de cola, un George Steck, fabricado en los Estados Unidos a fines del siglo XIX, el cual obtuvo varias medallas en las grandes ferias de París, llegó a la Isla en la década de los ´90, fruto de una donación conocida como ´Pianos para Cuba´, proveniente de esa nación norteña”, explicó el destacado restaurador del Fondo Cubano de Bienes Culturales Jorge Luis Betancourt.
Señaló que independientemente a su gran sonido su valor patrimonial es evidente, de modo que una vez se le den los toques finales la sala teatro Ismaelillo contará con una pieza extraordinaria.
Junto a este ejemplar Jorge Luis y su equipo de trabajo, integrado por su brazo derecho y “tocayo” Jorge Daniel Pupo así como su fiel escudero Gabriel Ochoa, han hecho realidad lo que parecía imposible a simple vista. En este proyecto se restauraron otros seis pianos de estudio, los cuales beneficiarán directamente a los artistas del Teatro Lírico y estudiantes de esta especialidad en Holguín.
“En esta escuela de Canto nosotros encontramos los peores pianos de la provincia, incluso algunos de ellos estaban completamente desechados”, comentó el restaurador y añadió que en esos casos debieron dejar el arpa en el suelo para rehacerlo completamente desde el mueble hasta el bastidor, el clavijero, los puentes...
Tarea de gran precisión en la que no hay cabida para la improvisación, pues como bien dice Jorge Luis los pianos no perdonan dos milímetros de equivocación ya que puede ocurrir-por ejemplo- que la altura del teclado no coincida con la maquinaria, o la maquinaria con el lugar donde el martillo debe percutir en la cuerda.
Como antecedente reciente en esta labor está la reparación en 2020 de unos 13 pianos, pertenecientes a la Escuela Elemental de Arte Raúl Gómez García y al Conservatorio de Música José María Ochoa, en aquella oportunidad además de su compañera de vida Tania Zaldivar se sumaron estudiantes de la especialidad de Restauración de la Universidad de las Artes.
De ahí que el mayor anhelo de este equipo es contar con un gabinete, en el cual poder brindar este servicio no solo a las instituciones del municipio cabecera sino de todo el país, pues han recibido solicitudes de territorios como La Habana, Santiago de Cuba y Las Tunas, petición que tiene en cuenta que cada piano que es rescatado implica el ahorro de miles de dólares al país de tener que adquirirlo en el mercado internacional.
El lugar, serviria además como taller para que alumnos de la Academia de Artes Plásticas “El Alba”, la Escuela de Oficios y otros jóvenes interesados puedan apropiarse de estos conocimientos practicamente en peligro de extinción.
Y como solo se cuida aquello que se conoce, Jorge Luis insistió en revelar algunos secretos que podrían ayudar a todos los que disponen de un piano en su casa y se quejan del polvillo que desprende a causa de los xilófagos, pero no saben cómo enfrentar esta situación.
“De acuerdo con los luthieres no hay mejor fumigación que la gasolina ya que el clavijero son varias capas de madera encoladas y si se le inyecta permetrina, al contener agua termina despegandolo, de ahí que la mejor opción sea aplicar no menos de un litro de gasolina a presión o través del uso de la brocha”.
“Diseñar una estrategia para el control de vectores a través de la fumigación regular resulta esencial para el cuidado de estos instrumentos”, enfatizó y apuntó que aún cuando su mueble pueda estar hecho de maderas como la caoba o el roble americano, en su interior hay otras como el pino que son necesarias para que logre el sonido acústico, las cuales son fácilmente atacadas por los insectos.
La enseñanza es clara, debemos aprovechar el talento y la voluntad de artistas como Jorge Luis plenamente concientes del importe económico que implica; ya lo dijo el Maestro: “No debe abandonarse por descuido lo que luego ha de recuperarse a gran costo”.
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