Pueblo y Fidel: lucha y victoria
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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Foto: Juvenal Balán
Fidel y su pueblo o el pueblo y su Fidel es una interacción mágica que aún asombra al mundo, en la mayor fuerza de la Revolución cubana para encarar las cosas más imposibles y hacerlas realidades.
Fidel desde el primer momento se apodera del corazón de su pueblo y el pueblo se adueña del corazón de Fidel para siempre.
Juntos, como fuerza invencible comparten optimismo, hacen realidad sueños, luchan sin descanso, concretan ideas, acometen extraordinarias audacias, hazañas, desafían peligros con fidelidad y confianza infinitas mutuamente.
Los sentimientos solidarios, la firmeza de principios y la ética son los mismos en Fidel y su pueblo y son las claves del entusiasmo que crean a sus alrededores, donde se suman a una adhesión de compendios, que hacen de un bloque indivisible, con esa inigualable comunicación directa, cuando hasta el silencio emite sonidos.
Fidel siempre está y estará en su pueblo, no importa si el escenario es una marcha, conmemoración de aniversarios, reuniones con pioneros, estudiantes, jóvenes, obreros, intelectuales, maestros, combatientes, deportistas, campesinos… o visitas en cualquier lugar del archipiélago.
Ese contacto permanente de Fidel con su pueblo e inversamente es la esencia para mantener el espíritu y la efervescencia revolucionaria en fuego permanente, sin importar tempestades.
Fidel imprime constante energía y a su vez se retroalimenta de la energía de su pueblo y con la absoluta sinceridad y apego a los principios que siempre demuestra afirma:
- ¡El pueblo es lo que importa, y el pueblo lo tiene la Revolución!
- El pueblo es lo único indispensable aquí.
- Si la Revolución no tuviera el pueblo, estaría perdida
- Siempre estaré junto al pueblo.
- El pueblo sabe estar a la altura del momento que vive.
- El pueblo, cuando fue necesario, pudo sacar de sí todo lo que tenía de heroico, todo lo que tenía de tenaz, todo lo que tenía de valiente…
- Nuestro pueblo es uno de esos pueblos que no tembló nunca ante el sacrificio, es uno de esos pueblos que no tembló nunca ante el precio que le obligasen a pagar por su dignidad y por su libertad…
- Ningún hombre es ni será indispensable. Lo único indispensable aquí —lo digo porque lo siento— es el pueblo.
- Sabe el pueblo que jamás nadie queda a su suerte...
El Pueblo confía absolutamente que su Comandante en Jefe ¡jamás lo defrauda! Fidel confía absolutamente que su pueblo nunca lo defrauda.
El Che, quien habla de la suerte de vivir al lado de Fidel en los momentos más difíciles de la Revolución cubana, refiere de su capacidad para asimilar los acontecimientos y las experiencias, para comprender todo el conjunto de una situación dada sin perder de vista los detalles, su fe inmensa en el futuro, y su amplitud de visión para prevenir los acontecimientos y anticiparse a los hechos, viendo siempre más lejos y mejor que sus compañeros.
Con estas grandes cualidades cardinales, con su capacidad de aglutinar, de unir, oponiéndose a la división que debilita, su capacidad de dirigir a la cabeza de toda la acción del pueblo, Fidel hizo más que nadie en Cuba para construir de la nada el aparato hoy formidable de la Revolución cubana.
En esa singular empatía significa el Che: "Maestro en ello es Fidel, cuyo particular modo de integración con el pueblo solo puede apreciarse viéndole actuar. En las grandes concentraciones públicas se observa algo así como el diálogo de dos diapasones cuyas vibraciones provocan otras nuevas en el interlocutor".
"Fidel y la masa comienzan a vibrar en un diálogo de intensidad creciente hasta alcanzar el clímax en un final abrupto, coronado por nuestro grito de lucha y de victoria."
