Dale caza, no casa

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autofocal aedesFoto: ACN.

 

El virus SARS-CoV-2, con pandemia incluida, hizo que a algunos se nos olvidara que existen, también, otras amenazas muy peligrosas para el bienestar y la salud, que no pueden obviarse, como las arbovirosis, en específico el dengue, enfermedad trasmitida por el mosquito hembra del género Aedes.


Y aunque en la provincia la Campaña Antivectorial no se ha detenido ni en los peores días y meses del rebrote de la COVID-19, los focos, transmisión del virus y las atenciones médicas, por esta causa, van en aumento de manera acelerada semana tras semana.


Por ejemplo, en el cómputo de los últimos siete días sumaron cerca de 400 las consultas por esa causa contra 243 en relación con la precedente.


De igual manera se comportó el número de ingresos en su mayoría en Moa, Mayarí, Báguanos y Gibara, mientras que la tasa de incidencia de casos sospechosos de dengue es de 21,9 por 100 mil habitantes contra 11,0 en relación con la precedente, con tres municipios por encima de la media provincial.


Igual de preocupante es el índice de infestación: 0,67, con Mayarí (1, 3), Holguín (0,98), Antilla (0,83), Cueto (0,79) y Banes (0,66) marcando la transmisión en el territorio, donde aún se mantiene como problema latente la COVID-19, a pesar de que haya comenzado a descender la cifra de positivos, graves, críticos y fallecidos por este motivo.


A principios de este mes el doctor José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, señalaba a Holguín junto a Camagüey, La Habana, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba como los territorios con las tasas más altas del país.


Cierto que la pandemia ha tenido un mayor impacto emocional y social en los últimos dos años en la mayoría de la población, por las situaciones vividas, en lo fundamental en 2021 y más en los últimos meses, como agosto; sin embargo, no podemos olvidar que el dengue puede llevar también a desenlaces fatales, de no tratarse a tiempo el paciente.


Por eso lo primero es recordar que desde cada hogar se puede eliminar al causante de este otro problema sanitario: el mosquito Aedes aegypti. Ante todo hay que rescatar el autofocal o focal familiar, ese que hemos olvidado y que resulta muy sencillo, práctico y efectivo.


Una vez a la semana, como mínimo, a un miembro de la familia corresponde inspeccionar la casa y sus alrededores, para impedir exceda el ciclo evolutivo del zancudo, que es de tres a 10 días y comienza en el agua, donde de huevo pasa a larva y luego a pupa y después se transforma en ese molesto y dañino insecto de líneas blancas y negras listo para reproducirse y hacer de las suyas.


Entonces esa persona revisará todo, desde la cocina, dormitorios, el baño, cuartos de desahogo, entre otros locales y en el patio escrudiñará tubos de cerca, techos, árboles, plantas, cacharros de los animales, tanques de almacenar agua, en fin los más disímiles lugares u objetos en los cuales el mosquito pueda esconderse y procrear.


Durante el focal debemos destruir los depósitos artificiales innecesarios y dejar protegidos, correctamente, los de almacenar el agua, acciones con las cuales reduciremos las posibilidades de vida del vector, pero además que trasmita con su picada el virus, prescindamos de los molestos insecticidas o fumigaciones y lo mejor, no tendremos que sufrir fiebre elevada, dolores articulares, musculares y detrás de los ojos, algunos de los síntomas del dengue, que son muy similares a los de la COVID-19, por ser una enfermedad viral.


Las lluvias de estos días exigen extremar la prevención, porque regularmente con ellas se incrementan los focos, los que debemos eliminarlos en las viviendas, pero también en los centros laborales y de estudios.


No son momentos de permitirnos el lujo de tener criaderos de mosquitos, porque esos pequeños insectos pican, mortifican y, para más, provocan el dengue y otras enfermedades, como el zika, chikungunya y la fiebre amarilla.


No olvidar, que contra ellas no hay medicamentos que las cure ni vacuna que las prevenga, por eso debemos evitar y controlar al mosquito Aedes aegypti, al cual es preciso cazar, pero no darle casa.

 

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