El teléfono a distancia ¿cuestión de mujeres?
- Por Claudia Patricia Domínguez
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Ring, ring, ring… el teléfono no para de sonar y ella no se entera. Del otro lado de la línea el interlocutor se desespera; y que conste que digo interlocutor en “masculino” con toda la carga gramatical que lleva, pues aun cuando muchos mal intencionados pretenden poner el sello de control exclusivamente sobre el universo femenino, son ellos los que más incomodidad sienten cuando no logran la comunicación esperada.
Tal vez los muchos años de dominación patriarcal como el sexo más fuerte los mal acostumbró, lo cierto es que para ellos no funcionan de la misma manera las clásicas disculpas: “lo siento, estaba en una reunión” u “olvidé encenderlo”. De hecho tengo amigos cuyas crisis matrimoniales llegan a su punto más álgido justo porque ella no logra permanecer cerca del teléfono en todo momento.
En fin, para todos los que de un lado u otro de la línea telefónica han vivido experiencias similares van estas reflexiones. Y sin ánimos de sonar a justificaciones, y mucho menos a banalidad, en el vestuario de las féminas radica una de las primeras causas y es que los diseños de estas prendas casi nunca incluyen bolsillos cómodos y utilitarios.
Vestidos, chaquetas y pantalones no se confeccionan con bolsillos, y de hacerlo mayormente son de tamaño pequeño o de imitación, así los diseñadores de marcas de ropa de mujer establecen nexos comerciales con sus colegas los diseñadores de carteras, porque si usted no tiene bolsillos…nada que se cae de la mata.
Aunque hoy son cada vez más las damas empoderadas en gran parte del mundo, hubo una época en la que las chicas dependían del hombre –sobre todo- en el aspecto económico para lo cual no era prioritario llevar bolsillos y aquellos objetos que necesitaban -sobre todo- para cuidar su apariencia debía estar en un bolso casi siempre combinado con el vestuario y la ocasión.
La discreción es otro de los aspectos que influyen en esta conducta que tantas veces molesta a amigos, jefes y pareja, pues a las mujeres les disgusta recibir reprimendas o miradas cuestionadoras cuando un timbre telefónico rompe el silencio de alguna actividad laboral, por ejemplo.
Y como si fuese poco estudios recientes de los Laboratorios Kaspersky en Rusia y de las universidades de Würzburg, en Alemania, y Nottingham-Trent en Inglaterra, revelan que aunque el fenómeno de la intercomunicación nos afecta a todos, son los hombres los que tienden a generar una mayor dependencia de sus dispositivos móviles ya que solo pueden esperar un promedio de 21 segundos entre una revisión y otra de sus aplicaciones.
Caballeros no se confundan, no se trata de feminismo e intenten comprender si por hacer su dulce favorito dejamos por descuido el teléfono en el bolso. Perdonen nuestra falta de memoria si por ayudar a los más pequeños de casa en las tareas escolares o inventar para ellos disímiles juegos olvidamos activar el volumen, o si por nuestra obsesión de cuidar la salud de todos preferimos poner manos a la limpieza y desinfección de superficies que a dejar bien cargado el teléfono celular.
Aun así, y al menos por mi parte, me comprometo a estar más atenta al teléfono, y a los chicos no les recomiendo utilizar estos argumentos en sentido contrario, por ese modo que tenemos las mujeres de cambiar el sentido a los hechos, pero ese es un manual que no pretendo revelar en este comentario.
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