Alternativa necesaria

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Tiendas mlc cubaFoto: Juventud Rebelde
 
Rinn... del otro lado -Llamo para avisarte que sacaron ollas “Reina”.- Casualmente se cae la llamada, fue poco el tiempo hasta retomar la conversación; pero suficiente para imaginarme ablandando los frijoles sin necesidad de dejarlos en agua desde la noche anterior; verme “fuera de tiempo”, con un reloj automático y sin la “presión” de mi olla convencional; pensando en los posibles sumandos para la “suma”, operación matemática indispensable en estos casos.

Vuelvo a deslizar el botón verde – Te decía que en el Níquel están descargando ollas, enseguida pensé en ti. -Ah... “Niquel(a)” noticia fuera un cubo de agua fría. Di las gracias y volví a “presionarme” por otras cosas, pero no por la olla.

Escucho a la vecina decir que llegó la leche a la casilla y salgo a comprarla. Por la prisa olvido el monedero, pero, afortunadamente, cada litro diario que toca mi niña, solo cuesta 25 centavos, y el menudo para la guagua en el bolsillo me alcanza perfectamente.

Me puse de suerte, pues había llegado el pollo también, y con dos pesos compré todo, incluso el pan.

Un amigo me comenta que al buscar los medicamentos de su niña, que es diabética, vio que había Ketotifeno, ese es el antialérgico que toma la mía por seis meses. Aprovecho el día de gestión y me enrumbo a la farmacia, no sin antes coger el tarjetón de mi madre hipertensa.

Mientras reviso las noticias veo el alza de casos de COVID-19 en nuestro país y la cantidad de PCR realizados, la verdad hay que cuidarse mucho.

Sigo mi recorrido. En la parada un señor narra sucesos: -dos señoras hablaban de refrigeradores, motorinas... en fin, tiendas en MLC. A la par, otras atrás se susurraban inconformidades. Muchos lo hacían también con la mirada. No aguanté y tuve que explicarles, hacerlos entender-, dijo el hombre.

En la Mesa Redonda se ha hablado bastante el tema. Alejandro Gil Fernández, Viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, en el espacio televisivo ha puesto los puntos sobre las ies.

Ha explicado que este último año los costos del bloqueo superaron los cinco mil millones de dólares; y que, en medio de ese contexto, se aprobó la apertura de la red de tiendas en MLC, para captar las divisas que salían del país y reorientarlas hacia el desarrollo de la economía.
“¿Cómo pudiéramos gastar más de cien millones de dólares en la Covid? ¿Cuánto cuesta un PCR? ¿A qué cubano se le cobra?”, aclaró el mandatario.

Las 47 mil toneladas de leche en polvo que Cuba compra al año cuestan 159 millones de dólares al país; las 106 mil toneladas de pollo (que se consume también en hospitales y escuelas), 143 millones de dólares; y de trigo se importan 750 mil toneladas, equivalentes a unos 232 millones de dólares.

Ante la multiplicación por cero del turismo, el incremento de los gastos de salud, y paralización de actividades por la pandemia, surgieron estas tiendas para evitar la subida de precios, apagones…; tratando de buscar soluciones que beneficien a la mayoría de la población. Todo está claro, por difícil que resulte el no acceso de todos, lo está.

El señor daba parte de estas razones en su charla y, evidentemente, contaba como forma de añadir oídos receptores a sus palabras, para demostrar la necesidad de entender.

La sociedad cubana actual se encuentra en un contexto complejo, decisivo. El país se bate entre alternativas. Como la mayoría, no tengo nadie que me mande un centavo en dólar, por lo que las tiendas en MLC tampoco son para mí.

Como la mayoría, sigo necesitando, deseando los productos que se expenden allí; pero, como la mayoría, sigo adquiriendo la leche, el antitamínico, el pollo… que Cuba compra con lo que recauda allí. Todo está claro, por difícil que resulte el no acceso de todos, lo está.
 
 

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