Sapiencia y responsabilidad unidos en Marina de Vita
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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En puerto seguro las embarcaciones. Fotos de la autoraAl Puerto y la Marina Internacional de Vita han trascendido siempre por su seguridad para navegantes que surcan los mares de la costa norte de Cuba. Por eso hasta allí llegan embarcaciones grandes o pequeñas de distintas naciones en busca de diferentes servicios básicos o para incursionar en el polo turístico holguinero.
Aunque, tras apretarse más el cerco norteamericano contra la nación caribeña las operaciones han disminuido, se mantiene la afluencia de algunos yates que pueden atracar en cualquiera de los 38 puntos con que cuenta este lugar de grandes atributos naturales, localizado a pocos kilómetros de Guardalavaca.
Hoy, en momentos de extremo Control Sanitario Internacional (CSI) en los puntos de ingreso a la provincia, en aras de reducir el riesgo de entrada del virus SARS-CoV-2, sapiencia y responsabilidad se unen en los que desde ese punto de la geografía holguinera les toca incrementar la protección de nuestras fronteras.
De ello están consciente el doctor Israel Sánchez Montero, especialista de Segundo Grado en Higiene y Epidemiología; el Primer Oficial Rosell Rodríguez Herrera, jefe de Punto de Control Aduanero y el teniente Adel Rodríguez, oficial de Capitanía, trío cuyas horas de trabajo se han alargado por estos días para no dar brechas a ningún desliz.
Desde lo más alto de la Marina el capitán garfio “vigila” nuestra frontera.El doctor, quien lleva el control sanitario integral en el municipio de Rafael Freyre, explica que en este año han atendido nueve embarcaciones hasta las que él ha llegado primero, durante la permanencia obligatoria en el fondeadero.
“Subimos debidamente protegidos con todos los medios de protección establecidos (guantes, nasobucos) y tras la confrontación de pasaportes para comprobar en cuáles países ha visitado en los últimos 15 días, la nacionalidad de los viajeros y otros detalles importantes se toma la temperatura corporal con termómetro digital”.
Después del control sanitario aborda la embarcación de recreo o placer el Oficial de Capitanía y realiza su labor y se dirigen al muelle y si hay un interés específico de control aduanero también se hace ahí, sino en mesa.
Al respecto Rosell comentó que cada uno de ellos tiene un objetivo específico, pero a todos los une un interés o propósito común: salvaguardar las fronteras de cualquier eventualidad que conspire contra la salud o tranquilidad del país.
Trío para respetar en la Marina y Puerto de Vita: De izquierda a derecha el teniente Adel Rodríguez; el doctor Israel y el Primer Oficial Rosell.El joven Adel Rodríguez significó que en tiempos de peligro por la epidemia de la Covid-19, aunque el barco porte bandera amarilla “no puede venir directamente a la zona estéril, debe esperar en el fondeadero, para allí realizar las verificaciones pertinentes y si todo es normal, entonces se les permite entrar”.
“Nuestra mayor fortaleza -la de este equipo de trabajo- es la unidad de acción e intereses. Nada se hace a título personal o de uno u otro organismo, lo importante es que quien entre a territorio nacional lo haga sin ningún tipo de problema, pero a la salida hay establecido un chequeo similar”, detalló.
Los tres coincidieron en afirmar que de existir inconvenientes está previsto el aislamiento, así como las otras medidas de atención especializada y posterior traslado de casos sospechosos.
De igual manera hablaron de la satisfacción que sienten por el prestigio ganado allende los mares, que hace posible que algunos dejen su yate allí y decidan recorrer el país en tiempos normales. “Hemos tenido embarcaciones hasta un año a la espera de sus dueños, esto dice mucho de la profesionalidad del puerto y de la confianza en Cuba”.
El sistema integrado de Capitanía de Puerto, el de Control Fitosanitario y de Higiene y Epidemiología marchan como reloj en Puerto y Marina de Vita para seguridad de todos.
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