Karel Maldonado: “Pintar es mi única meta”
- Por Claudia Patricia Domínguez
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Karel Maldonado. Foto: Pablo Méndez.
Su personalidad introvertida lo obliga a declararse enemigo de las entrevistas, incluso va más allá y asegura que padece de “glosofobia”, en otras palabras temor a hablar en público. Insisto, alejado de cámaras y micrófonos será mucho más sencillo; al menos por esta vez, la prensa escrita ganó la carrera.
Pintar es la gran pasión de Karel Maldonado O´Ryan, no por gusto sus primeros pasos fueron hacia la Academia Regional de Artes Plásticas El Alba, donde una vez graduado y por esas ironías de la vida llegó al Teatro Guiñol de Holguín desde hace más de dos décadas con la misión de crear para ese colectivo artístico, que cumple 50 años dedicado al arte de los títeres, escenografías y muchos muñecos.
Conoció el éxito y para ser justos, Cuba y un poquito más allá con “La calle de los fantasmas” entre las primeras obras que realizó y que de acuerdo con el criterio de la crítica especializada marcó el inicio de una estética de mayor espectacularidad, punto de giro que se repite en este 2022 con “El extraño caso de los espectadores que asesinaron a los títeres” a partir del uso del papel maché para la confección de los muñecos.
Ganador en marzo último del Premio Alberto Dávalos, el Consejo Provincial de Artes Escénicas en Holguín reconoció su aporte a las “tablas”junto al experimentado tramoyista Erenio Pérez Nápoles.
Estudiaste Artes Plásticas en la Academia “El Alba” ¿por qué decidir perfilar tu carrera hacia las Artes Escénicas?
Llego al Teatro Guiñol de Holguín de casualidad, alrededor del año 2000 una amiga y excompañera de estudios en El Alba necesitaba encontrar su reemplazo en la compañía, me lo propuso, y acepté. Para ese momento el diseño escénico era completamente desconocido para mí.
Este arte siempre ha sido considerado en el mundo de las Artes Plásticas como un arte menor y agradezco a Miguel Santiesteban, su director en aquel momento, por darme las pautas que necesitaba para enrolarme en este camino, él me facilitó bibliografía y me enseñó cuestiones esenciales que debía conocer del escenario.
Combinar la teoría con la práctica fue lo mejor ya que al mismo tiempo que estudiaba podía poner esos conocimientos en la escena y darme cuenta qué era aquello que funcionaba y lo que no.
¿Cómo se establece el proceso de concepción artística una vez que llega a tus manos el libreto de lo que sería una nueva obra?
En ocasiones puede resultar demasiado informal, incluso alejado de las ideales “mesas de trabajo”. Resulta esencial encontrar ese punto de equilibrio entre el texto escrito por el dramaturgo y la concepción que tiene el director en la realización del espectáculo y el trabajo con los actores; pero he de agradecer que siempre he tenido mucha libertad para crear, lo mismo con Miguel que con Karelia Fernández, en la dirección actual.
Las técnicas que se quieren utilizar para la manipulación de los títeres, si es teatro callejero o de sala te guían en ese proceso creativo y que se complementa con todo lo estudiado durante la etapa académica en asignaturas como “Historia del arte” o “Fundamentos del diseño”.
El rostro de un personaje, muñeco o actor, resulta esencial para el mensaje que se le quiere trasmitir al espectador, ¿manejas alguna fórmula en la creación de esa nueva vida?
Intento alejarme de la norma, el cliché, esos arquetipos que aparecen en tu mente antes de comenzar un diseño y que yo me imagino en líneas discontinuas, esos son los primero que aparto.
En un muñeco, por ejemplo, lo más importante es el rostro, la expresividad en sus ojos, la coherencia de su estilización. Puedo pasar todo un dia buscando únicamente la forma lineal de ese rostro porque es un trabajo de precisión, cuya imagen será luego el reflejo de la personalidad del personaje.
La selección del color aunque es más técnico también demanda tiempo, mayormente recurro a la escala de colores vibrantes mezclado con los grises ya que esta tonalidad es fundamental para crear contrastes y funciona muy bien.
En los últimos 20 años dos obras han marcado de cierta forma la carrera de Karel Maldonado como diseñador escénico: “La calle de los fantasmas” que en 2002 te mereció Premio Nacional de Diseño de Teatro Infantil en el Festival de Camagüey y con “El extraño caso…” incursionas por primera vez en la técnica del papel maché para la confección de los títeres. ¿Cómo valoras este tránsito?
“La calle de los fantasmas” no fue la primera obra que hice con el Guiñol, pero sí la primera con la que se reconoció mi trabajo. El premio fue sorpresivo ya que fue una época en la que trabajaba prácticamente por intuición, estaba recién llegado y a penas comenzaba a explorar en lo desconocido. Fue una experiencia muy linda que nos abrió las puertas para participar en todos los festivales de teatro de ese año dentro y fuera de la Isla.
Disfruto mucho el trabajo con el papel maché, siempre había querido hacerlo, pero no se concretaba por varias razones entre ellas el tiempo que demanda y la visión de Miguel también era otra, él siempre buscó crear títeres espectaculares, realizados con telas mayormente porque se deterioran menos y en aquel momento esa era la identidad del Guiñol.
Finalmente logré realizar este trabajo con “El extraño caso…”, bajo la dirección de Karelia Fernández y gracias al prolongado periodo de confinamiento logré impregnarles a los muñecos el rigor y el preciosismo que necesitaban, un trabajo hecho a mano en el que solo la cabeza de cada personaje lleva implícito un mes de labor aproximadamente, pues fueron unas ocho capas de papel y tres capas por plano de color.
En las Artes Escénicas también has trabajado con el Teatro Lírico en la opereta “La viuda alegre” y te mantienes haciendo exposiciones personales como “El síndrome de asperge”, en el 2019. ¿Necesitas como artista de estos espacios que de cierta forma te sacan de la rutina?
Nunca me he alejado de las Artes Plásticas, de hecho pintar es algo visceral en mí. En estos años de carrera he trabajado, incluso, como decorador de interiores de algunos de los hoteles del polo turístico. Me gusta coquetear con la abstracción, busco siempre alejarme de la tiranía de conceptos que impone la academia ya que soy de los que piensa que en el arte la forma es suficiente contenido y prefiero dejarlo al azhar.
El Premio Alberto Dávalos valida, sin dudas, una carrera dedicada a las Artes Escénicas. ¿Cuál es la nueva meta de Karel Maldonado?
Sinceramente no lo esperaba, es un reconocimiento que me enorgullece y me compromete poque ha sido conferido en ediciones anteriores a varios compañeros de trabajo, en el Guiñol lo tiene la destacada actriz Martha Proenza y otros artistas por los que siento especial admiración.
Pintar siempre será mi meta y sí algo me ha enseñado el teatro es que eres el complemento de un todo porque solo no eres nadie, aquí tienes que dejar de lado tu ego o tu sello distintivo en función de la puesta en escena, el resultado tras los aplausos será de todos.
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