Doctor Eusebio Hernández, padre de la Ginecología Cubana
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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El doctor Eusebio Hernández Pérez, nacido el 18 de enero de 1853 en Colón, municipio de Matanzas, es considerado Padre de la Ginecología Cubana, fecha escogida para honrar a este profesor y, a la vez, reconocer a los profesionales dedicados a esta especialidad médica en el país.
A pesar de su trascendencia poco se conoce de este médico cubano…
Doctor Eusebio Hernández Pérez.
La Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología, de conjunto con la Sociedad de Historiadores de Cuba y el Museo Provincial, tiene el compromiso de erigir una tarja en el terreno donde se considera estuvo situada su casa.
No obstante, se conoce que a los 16 años- otra coincidencia con nuestro Martí- se alzó por la libertad de Cuba, en Jagüey Grande, pero es capturado por las tropas españolas. En 1874 la familia lo envía a España, donde inicia los estudios de Medicina. Allí conoce a Calixto García, entonces Coronel, y con él se renuevan sus ansias libertarias.
De acuerdo con reseñas históricas se afirma que Eusebio Hernández conoció a Maceo en la isla de Jamaica y llegó a sentir una gran devoción por él; fue su médico personal y de toda la familia Maceo, así como su más íntimo consejero en decisiones estratégicas del movimiento revolucionario independentista entre los años 1880 a 1887.
El doctor era la persona más allegada, a quien el militar cubano le confiaba asuntos familiares muy delicados; también realizó el parto de su único hijo natural, Antonio Maceo Marryat. Juntos, el general y el médico, continuaron sus trabajos revolucionarios en Honduras y Jamaica, y tanto en Tegucigalpa como en Kingston compartieron, por muchos meses, la misma habitación. De esta profunda amistad, que trascendió más allá de la relación médico-paciente, quedaron importantes documentos históricos.
En Honduras dice a Maceo que la Patria está por delante de su labor como médico y se prepara para participar de la guerra del 95. Es designado para traer a Cuba el cadáver del General Calixto García, su amigo personal, tarea que cumple con dolor profundo, por la entrañable relación que los unió.
El doctor Eusebio Hernández alcanzó el grado de General en los campos de batalla de nuestras guerras de independencia, labor que conjugó con la de como médico, con valentía y decisión.
Con la intervención norteamericana retorna a la práctica médica y “toma por asalto”-según sus propias palabras- la sala de partos del “Calixto García” (Sala de Maternidad), pues la de Las Mercedes, única con carácter docente hasta entonces, era limitada en espacio y número de camas para la enseñanza eficaz.
¿Y cómo profesional qué lo distinguió?
Siempre se ha dicho que fue médico de corazón y patriota de convicción. Durante las treguas marchó a estudiar al continente europeo. Fue colaborador entusiasta en la revolución obstétrica iniciada por el doctor Adolfo Pinard (1844–1934), en París, de los primeros en exaltar la semiología del examen.
Coincidió con el frenesí de la palpación abdominal y sus complementos, la versión por maniobras externas y la palpación mensurable, que transformaron el diagnóstico obstétrico. Así asistió a la demostración clínica y anatómica de los mecanismos del parto, al renacimiento de la sinfisiotomía; a la instauración del tratamiento científico de las hemorragias por placenta previa; a la reglamentación de la versión interna y de la mayor parte de las maniobras.
Recordar que Pinard fue un consagrado revolucionario de su tiempo, que levantó las banderas de las luchas por la igualdad, la fraternidad, y la libertad al considerar que todos los seres humanos tenían iguales derechos ciudadanos, como hijo de la Revolución francesa y conocedor de las ideas de Marx.
Ideas que Eusebio aplaudió, así como los primeros esfuerzos de Pinard en favor de las “desventuradas madres pobres y de los infelices niños faltos de protección” y en su bregar dio lugar a una ciencia nueva: la Homicultura, que consideró hermana de la Sociología por su importancia en el estudio, conservación, desarrollo y mejoramiento de la especie humana, por lo que consideró que podría llamársele "medicina de la especie". Hoy todos conocemos y hablamos de Homicultura, solo que bajo el nombre de Puericultura.
La importancia de la Clínica dentro de toda la Medicina es algo que defiende nuestra medicina actual, en la cual el paciente es el centro de la práctica- llamado hoy método clínico-, para lograr el abordaje integral de un problema de salud. Y la Puericultura implementada en Cuba por Eusebio Hernández, bajo las enseñanzas de Pinard, constituye una de las principales herramientas para el cuidado de la salud materno infantil.
Igualmente habló de Patricultura, precedente de los programas de Maternidad y Paternidad Responsables, que tan necesarios son en el adecuado desarrollo de la familia cubana.
En esa línea constituyó la Matricultura, base de la atención al riesgo reproductivo preconcepcional y de la atención prenatal en nuestro país, ambos aspectos esenciales en el logro de los principales indicadores de salud de Cuba.
Todo esto define la vigencia de las ideas del Profesor en el campo de la Medicina, tan presentes como integradores en esta nueva atención comunitaria que busca involucrar a toda la sociedad en el cuidado de la salud.
También fue un profesor reconocido…
Como profesor siempre estuvo al lado de sus estudiantes en defensa de los principios. Fiel exponente de su legado ha sido la labor que desarrolló junto a Mella, considerándose el primer bolchevique en su comprensión de los acontecimientos de la Rusia Soviética.
Sin embargo, poco tratada ha sido su labor junto a Julio Antonio Mella, quien lo bautizara como “hombre cumbre”, pues es el maestro -según planteó- “quien forma el carácter del alumno, y por lo tanto, el que moldea, como artista hábil el futuro de la sociedad en su aula; taller de obrero excelso”.
Cuando participa en la vigilia de las cenizas de Mella, cumple su última guardia de honor, al decir de otros participantes, anteponiendo su pecho a las balas, sin perder un instante su hidalguía, lo que constituyó su postrero acto público.
Tal vez en la Historia de Cuba existan muchos médicos que fueron gloriosos como soldados y otros en el ejercicio de sus profesiones. No obstante, no existe otro que fuera capaz de brillar en esos frentes de igual manera y, además, constituirse como una cátedra en la enseñanza de nuestra especialidad.
Es el conocimiento de la Historia lo que nos define como cubanos y revolucionarios, lo precisa de forma explícita nuestra Constitución, con la necesidad de que las Nuevas Generaciones conozcan las raíces de nuestra independencia y soberanía.
Por todo esto, la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología reafirma la decisión de considerar al doctor Eusebio Hernández Pérez, padre de la Obstetricia y la Ginecología en Cuba.
Así los ginecobstetras cubanos trabajamos por continuar mejorando los indicadores de salud, inspirados en el ejemplo del doctor General Eusebio Hernández Pérez.
Los resultados de la provincia en el Programa Materno Infantil mucho deben a los ginecólogos y obstetras…
Desde el triunfo de la Revolución, en virtud de las políticas implementadas para nuestro pueblo en materia de salud, se ha logrado una mejoría sostenida de los principales indicadores de salud.
Holguín lleva más de una década con indicadores solo comparables con los de países del primer mundo. Por ejemplo, recientemente celebrábamos los resultados de la tasa de mortalidad más baja del país, 3.4 por cada mil nacidos vivos. Y en esa cifra mucho incide el colectivo del hospital provincial Vladimir Ilich Lenin, donde ocurre el 70 por ciento de los nacimientos de la provincia, tercera donde más nacimientos ocurren en Cuba.
Los colectivos desde la atención primaria hasta secundaria hacen posible estos resultados.
El Capítulo holguinero se honra de contar en sus filas con ilustres profesores, ¿algún mensaje especial?
Nuestro Capítulo aprovecha la fecha para felicitar a todos los Ginecobstetras holguineros que han sentado pautas en el desarrollo de la especialidad: Reconocemos de manera especial por la obra de toda una vida a cabellos plateados, como a los doctores Ana Uribasterra Campos, Ramón Oviedo y Pedro Martínez Mahique, entre otros que han sido profesores de profesores y nos trasmiten su experticia aún para lograr los resultados actuales; la mejor forma de honrar este 18 de enero a Eusebio Hernández.
Sobre el eminente especialista y su impronta entre los que abrazan sus enseñanzas comparte impresiones la doctora María de la Caridad Osorio Mora, presidenta del Capítulo de la Sociedad Científico de Ginecología y Obstetricia de Holguín, quien ante todo dijo que esta Sociedad agrupa a los consagrados al cuidado de la mujer en las diferentes etapas de la vida, desde la niñez hasta la tercera edad; a la vigilancia del embarazo, el parto, el puerperio y a garantizar la salud reproductiva de la población de forma integral”.
A pesar de su trascendencia poco se conoce de este médico cubano…

Cierto; sin embargo, si nos fijamos en la fecha de su natalicio, reparamos que nació apenas 10 días antes que nuestro Héroe Nacional José Martí. Poco se conoce de sus primeros años y en investigaciones realizadas no ha sido posible encontrar evidencias del hogar donde vio la luz, destruido en un incendio posterior.
La Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología, de conjunto con la Sociedad de Historiadores de Cuba y el Museo Provincial, tiene el compromiso de erigir una tarja en el terreno donde se considera estuvo situada su casa.
No obstante, se conoce que a los 16 años- otra coincidencia con nuestro Martí- se alzó por la libertad de Cuba, en Jagüey Grande, pero es capturado por las tropas españolas. En 1874 la familia lo envía a España, donde inicia los estudios de Medicina. Allí conoce a Calixto García, entonces Coronel, y con él se renuevan sus ansias libertarias.
Se incorpora a la Guerra Chiquita junto al Insigne Patriota holguinero y tras el fracaso de la contienda, marcha con el Generalísimo Máximo Gómez hacia Jamaica, para asistir, como médico, el parto del segundo hijo del General en Jefe de las tropas revolucionarias cubanas en la Guerra de Independencia cubana, con Bernarda del Toro.
De acuerdo con reseñas históricas se afirma que Eusebio Hernández conoció a Maceo en la isla de Jamaica y llegó a sentir una gran devoción por él; fue su médico personal y de toda la familia Maceo, así como su más íntimo consejero en decisiones estratégicas del movimiento revolucionario independentista entre los años 1880 a 1887.
El doctor era la persona más allegada, a quien el militar cubano le confiaba asuntos familiares muy delicados; también realizó el parto de su único hijo natural, Antonio Maceo Marryat. Juntos, el general y el médico, continuaron sus trabajos revolucionarios en Honduras y Jamaica, y tanto en Tegucigalpa como en Kingston compartieron, por muchos meses, la misma habitación. De esta profunda amistad, que trascendió más allá de la relación médico-paciente, quedaron importantes documentos históricos.
En Honduras dice a Maceo que la Patria está por delante de su labor como médico y se prepara para participar de la guerra del 95. Es designado para traer a Cuba el cadáver del General Calixto García, su amigo personal, tarea que cumple con dolor profundo, por la entrañable relación que los unió.
El doctor Eusebio Hernández alcanzó el grado de General en los campos de batalla de nuestras guerras de independencia, labor que conjugó con la de como médico, con valentía y decisión.
Con la intervención norteamericana retorna a la práctica médica y “toma por asalto”-según sus propias palabras- la sala de partos del “Calixto García” (Sala de Maternidad), pues la de Las Mercedes, única con carácter docente hasta entonces, era limitada en espacio y número de camas para la enseñanza eficaz.
¿Y cómo profesional qué lo distinguió?
Siempre se ha dicho que fue médico de corazón y patriota de convicción. Durante las treguas marchó a estudiar al continente europeo. Fue colaborador entusiasta en la revolución obstétrica iniciada por el doctor Adolfo Pinard (1844–1934), en París, de los primeros en exaltar la semiología del examen.
Coincidió con el frenesí de la palpación abdominal y sus complementos, la versión por maniobras externas y la palpación mensurable, que transformaron el diagnóstico obstétrico. Así asistió a la demostración clínica y anatómica de los mecanismos del parto, al renacimiento de la sinfisiotomía; a la instauración del tratamiento científico de las hemorragias por placenta previa; a la reglamentación de la versión interna y de la mayor parte de las maniobras.
Recordar que Pinard fue un consagrado revolucionario de su tiempo, que levantó las banderas de las luchas por la igualdad, la fraternidad, y la libertad al considerar que todos los seres humanos tenían iguales derechos ciudadanos, como hijo de la Revolución francesa y conocedor de las ideas de Marx.
Ideas que Eusebio aplaudió, así como los primeros esfuerzos de Pinard en favor de las “desventuradas madres pobres y de los infelices niños faltos de protección” y en su bregar dio lugar a una ciencia nueva: la Homicultura, que consideró hermana de la Sociología por su importancia en el estudio, conservación, desarrollo y mejoramiento de la especie humana, por lo que consideró que podría llamársele "medicina de la especie". Hoy todos conocemos y hablamos de Homicultura, solo que bajo el nombre de Puericultura.
La importancia de la Clínica dentro de toda la Medicina es algo que defiende nuestra medicina actual, en la cual el paciente es el centro de la práctica- llamado hoy método clínico-, para lograr el abordaje integral de un problema de salud. Y la Puericultura implementada en Cuba por Eusebio Hernández, bajo las enseñanzas de Pinard, constituye una de las principales herramientas para el cuidado de la salud materno infantil.
Igualmente habló de Patricultura, precedente de los programas de Maternidad y Paternidad Responsables, que tan necesarios son en el adecuado desarrollo de la familia cubana.
En esa línea constituyó la Matricultura, base de la atención al riesgo reproductivo preconcepcional y de la atención prenatal en nuestro país, ambos aspectos esenciales en el logro de los principales indicadores de salud de Cuba.
Todo esto define la vigencia de las ideas del Profesor en el campo de la Medicina, tan presentes como integradores en esta nueva atención comunitaria que busca involucrar a toda la sociedad en el cuidado de la salud.
También fue un profesor reconocido…
Como profesor siempre estuvo al lado de sus estudiantes en defensa de los principios. Fiel exponente de su legado ha sido la labor que desarrolló junto a Mella, considerándose el primer bolchevique en su comprensión de los acontecimientos de la Rusia Soviética.
Sin embargo, poco tratada ha sido su labor junto a Julio Antonio Mella, quien lo bautizara como “hombre cumbre”, pues es el maestro -según planteó- “quien forma el carácter del alumno, y por lo tanto, el que moldea, como artista hábil el futuro de la sociedad en su aula; taller de obrero excelso”.
Cuando participa en la vigilia de las cenizas de Mella, cumple su última guardia de honor, al decir de otros participantes, anteponiendo su pecho a las balas, sin perder un instante su hidalguía, lo que constituyó su postrero acto público.
Tal vez en la Historia de Cuba existan muchos médicos que fueron gloriosos como soldados y otros en el ejercicio de sus profesiones. No obstante, no existe otro que fuera capaz de brillar en esos frentes de igual manera y, además, constituirse como una cátedra en la enseñanza de nuestra especialidad.
Es el conocimiento de la Historia lo que nos define como cubanos y revolucionarios, lo precisa de forma explícita nuestra Constitución, con la necesidad de que las Nuevas Generaciones conozcan las raíces de nuestra independencia y soberanía.
Por todo esto, la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología reafirma la decisión de considerar al doctor Eusebio Hernández Pérez, padre de la Obstetricia y la Ginecología en Cuba.
Así los ginecobstetras cubanos trabajamos por continuar mejorando los indicadores de salud, inspirados en el ejemplo del doctor General Eusebio Hernández Pérez.
Los resultados de la provincia en el Programa Materno Infantil mucho deben a los ginecólogos y obstetras…
Desde el triunfo de la Revolución, en virtud de las políticas implementadas para nuestro pueblo en materia de salud, se ha logrado una mejoría sostenida de los principales indicadores de salud.
Holguín lleva más de una década con indicadores solo comparables con los de países del primer mundo. Por ejemplo, recientemente celebrábamos los resultados de la tasa de mortalidad más baja del país, 3.4 por cada mil nacidos vivos. Y en esa cifra mucho incide el colectivo del hospital provincial Vladimir Ilich Lenin, donde ocurre el 70 por ciento de los nacimientos de la provincia, tercera donde más nacimientos ocurren en Cuba.
Los colectivos desde la atención primaria hasta secundaria hacen posible estos resultados.
El Capítulo holguinero se honra de contar en sus filas con ilustres profesores, ¿algún mensaje especial?
Nuestro Capítulo aprovecha la fecha para felicitar a todos los Ginecobstetras holguineros que han sentado pautas en el desarrollo de la especialidad: Reconocemos de manera especial por la obra de toda una vida a cabellos plateados, como a los doctores Ana Uribasterra Campos, Ramón Oviedo y Pedro Martínez Mahique, entre otros que han sido profesores de profesores y nos trasmiten su experticia aún para lograr los resultados actuales; la mejor forma de honrar este 18 de enero a Eusebio Hernández.
Comentarios
Aprovechemos para recordar a Sosa Marin y rendimos 1 minuto de silencio en nuestra actividad matutina y felicitar al Dr Juan Pablo A quien alcanzó la categoría de consultante.
En fin llegue a todos el abrazo y el cariño de la Sociedad