“Holguín es una ciudad en la que podría vivir”

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 Dávalos Foto: Karla LLanes.jpg

 

Está convencido de que el azar tejió su futuro. Tal vez de no haber estado entre aquellos estudiantes “atrevidos” que a principios de los 2000 se empeñaron en hacerle una entrevista a una joven y talentosa muchacha que acababa de ser promovida a primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba, sus días como parte del colectivo del periódico Granma habrían alcanzado y por qué no superado los que dedicó su padre a este medio de prensa, pasillos por los que creció con el olor a tinta y a la química de la fotografía.

 

Probablemente mucho influyó en su desarrollo profesional esa “impronta sensorial” que algunos aseguran puede marcar la vida de una persona cuando se ha estado expuesto a determinados olores en la infancia y que primero lo llevó a ejercer el periodismo reporteril para luego entregarse por completo a la fotografía.


Sin embargo no se puede descuidar en esta historia la identidad del “entrevistador y la entrevistada”. En el rol del interlocutor Gabriel Dávalos, ¿la bailarina?…Viengsay Valdés, la amistad que desde entonces surgió entre ellos lo llevó a descubrir el mundo de la danza más allá de los escenarios y las zapatillas.

 

Pronto inmortalizar las sensaciones que provoca esta manifestación artística se convirtió en una obsesión para Gabriel Dávalos, tarea difícil de materializar teniendo en cuenta que no disponía de la tecnología necesaria, pero no era un impedimento a su creatividad y más de una vez hizo enojar a algún que otro espectador que buscaban silenciar su peculiar “ruido” en alusión al sonido del obturador cada vez que una escena le parecía interesante de capturar.


Su momento llegó en el 2010, la primera exposición un par de años más tarde, precisamente, en la ciudad de Holguín que en este 2022 le entregó su Escudo. Buena Fe se convirtió en la banda sonora de cada una de sus instantáneas, su complemento perfecto.


Regresó en Romerías de Mayo y como era de esperar impresionó a los holguineros con las gigantografías que desde el parque Calixto García dedicó a la compañía de danza contemporánea Codanza, sobre este y otros proyectos conversó en exclusiva con ¡ahora! digital.

 

 Dávalos Gabriel Dávalos durante la inauguración de su exposición Matria en Romerías de Mayo.

 

¿Cómo llegas a la fotografía de danza?


No tenía idea de que iba a dedicarme a la fotografía así que cuando me gradué fui a trabajar al periódico Granma para hacer periodismo. Trabajé allí durante tres años con un equipo de gente tremenda que me dio la experiencia práctica que sumada a lo aprendido en la carrera sigue siendo la herramienta fundamental para entender la realidad, contarla y ponerla en función de la fotografía.

 

No pude hacer grandes artículos de investigación, pero descubrir la vida real detrás del escenario me llenó la cabeza de ideas. Hoy en día la tecnología es mucho más democrática, no es regalada, pero cualquier teléfono tiene una cámara y existen diversos mecanismos para trabajar la fotografía, en aquellos años no tenía cámara ni dinero para comprarla. Por eso es que si en el año 2000 conocí a Viengsay y el mundo de la danza, no fue hasta el 2010 que logré tener una cámara para catalizar todas mis ideas.


Compartir fuera de los escenarios con esos muchachos bailarines que eran príncipes y princesas, encarnaban personajes clásicos como Giselle, Odette, Sigfrido y en su vida cotidiana tenían las mismas necesidades, tristezas, alegrías, conflictos…era un contraste sumamente interesante para mí que evidentemente tenía algo que decir y estaba buscando la mejor manera de hacerlo.


Foto 4 GISELLEGabriel Dávalos junto a cuatro Giselles del BNC (De izq a der. Sadaise Arencibia, Anette Delgado, Viengsay Valdés y Grettel Morejón). (Cortesía de Gabriel Dávalos).

 

¿Cómo llevas la responsabilidad de ser uno de los rostros visibles de la fotografía de danza en Cuba?


Por estar en los medios y en las “redes” quizás sea un rostro visible o las fotos sean muy visibles, pero en Cuba hay una tradición inmensa de fotógrafos que en algún momento de su vida han pasado por la danza. De hecho, recuerdo que trabajando en el periódico Granma encontré una carpeta de fotos hermosas de Ahmed Velázquez de algunos festivales de ballet y fue la primera vez que me enfrenté a unas obras de arte de fotografía de danza hechas por un fotorreportero que no se especializaba en ello, y probablemente cada fotorreportero tenga una carpeta como esa en su casa después de tantos eventos de este tipo que se realizan en Cuba.


Ahora mismo la fotografía de danza tiene muy buena salud, no solo en el país sino en el extranjero porque no solo tiene la belleza estética sino la sensibilidad para conectar con la gente y es muy bonito ser parte de ese proceso de diversificación, ampliación, democratización…en el que algunos se suman por un rato, otros como aficionados y ya hay muchos que van alcanzando significativos resultados.


Por ejemplo, en diciembre de 2021, se desarrolló la primera edición del Concurso Internacional de Fotografía de Danza Alicia Alonso en el que logramos atraer a más de 250 fotógrafos, representantes de unos 29 países, de los cinco continentes cuyo único requisito era haber fotografiado a bailarines cubanos en cualquier escenario del mundo.


La acogida que tuvo demuestra el prestigio de la danza cubana y el arte fotográfico de la Isla, reconocimiento que trasciende múltiples generaciones de las que bebemos todos los que estamos hoy aquí, y yo orgulloso de eso.


De la pasión por la danza surgió “Matria”, libro y exposición, que tiene entre sus distintivos la capacidad de mostrar la realidad cubana desde un arte considerado “elitista” en el mundo, vínculo que se complementa con un pensamiento martiano cuidadosamente seleccionado. Coméntanos sobre este proceso creativo.


Lo que diferencia al ballet y la danza en la Mayor de las Antillas es la coincidencia extraordinaria en espacio y tiempo de Alicia, Fernando y Alberto Alonso en el contexto de la Revolución Sociocultural Cubana. Probablemente sea este el único país del mundo en el que ballet sea un arte popular que lo entiende, lo admira y lo disfruta personas de cualquier procedencia social o profesión.

 

 Dávalos "Me siento profundamente comprometido con el legado de quienes hicieron la maravilla de crear la Escuela Cubana del Ballet" .


Los maestros fundadores salieron de los teatros y fueron a los centrales, los bateyes, las fábricas, ese es el punto de partida de cualquier cosa que haya pasado después; yo solo estoy volviendo a los barrios porque ellos ya fueron y lo hicieron de tal manera que ahí está Jorge Esquivel, Aurora Bosh, Carlos Acosta o cualquiera de los que están hoy, pues si se busca en la historia del ballet cubano son muchos los artistas de procedencia humilde.


Me siento profundamente comprometido con el legado de quienes hicieron la maravilla de crear la Escuela Cubana del Ballet que atraviesa transversalmente a la danza cubana. Es un regreso comprometido y consciente porque la danza salva, tiene la sensibilidad de curar heridas que dejan otras realidades y la sociedad necesita de esa sensibilidad.


A Martí se encuentra obligatoriamente en el camino, casi es un reflejo natural. La relación entre la danza, la ciudad y Martí es espontánea y porque fluye es que sucede lo que en el parque Calixto García en el que he visto a decenas de personas reunirse a comentar la foto, debatir la frase, algunos van de la alegría a la tristeza, la efusividad o la reflexión profunda, y yo simplemente soy un intermediario feliz con el privilegio de haberlo hecho a tiempo.


¿Cómo se gestó el vínculo con Codanza?


Una de las fotos de la serie nació en el Festival de Fotografía Autodidacta, FotoFest, que se realiza en las Romerías de Mayo y en el que participé en el 2014. La foto se hizo a modo de taller, pero hace unos dos años en una ocasión en la que llegó Buena Fe a la ciudad, aproveché para salir a caminar con los bailarines de Codanza y acompañados de la maestra Maricel Godoy en apenas un día y medio logramos realizar esas fotos.


Con la muestra saldé una deuda con Holguín porque yo no olvido que en el 2012, también en Romerías, cuando nadie tenía fe en mi trabajo fue esta ciudad la que me abrió las puertas del Teatro “Suñol” para mi primera exposición, tendría unas 10 fotos y eso expuse.


Tenemos el sueño de hacer el libro de todas las Matrias de Cuba, trabajo fotográfico que hemos hecho además de La Habana y Holguín en otras provincias como Matanzas,Villa Clara, Camagüey, Guantánamo y Santiago de Cuba y asimismo realizar el volumen de algunas Matrias en particular como la holguinera cuya tradición danzaría lo merece.

 

Para ello nos gustaría también salir de las ciudades y llegar hasta la serranía en ese empeño de mostrar la realidad cubana.

 

Foto 5 ACN Entrega del Escudo de HolguínGabriel Dávalos durante la ceremonia de entrega del Escudo de la Ciudad de Holguín en el Salón Solemne del Museo Provincial La Periquera. (Foto: Alfonso Oscar Sosa-ACN)

 

¿Has pensado alguna vez incursionar en otros estilos danzarios?


La fotografía de danza no tiene que ver solo con los parámetros técnicos ni siquiera con la composición, sino con la parte técnica del lenguaje de la danza porque es fotografía y es danza, no puedes inmortalizar un error técnico de un bailarín, lleva un estudio muy profundo. Desde hace algún tiempo tengo la intención de trabajar con la maestra Lizt Alfonso, y aún no me siento preparado, porque hay que conocer muy bien las características de cada estilo para extraer lo mejor desde el punto de vista coreográfico y fotográfico.


Buena Fe es la otra cara de la moneda en el trabajo de Gabriel Dávalos ¿cómo se produjo el vínculo?


Con Israel y Yoel me presentó Viengsay Valdés cuando grabó con ellos el video clip “Soy lo que ves” y hace 12 años que formo parte del equipo. En la Feria del Libro de La Habana presentamos juntos Matria y Mar Adentro, ambos del sello Collage Ediciones del Fondo Cubano de Bienes Culturales y editado por Silvana Garriga, Premio Nacional de Edición.


Aquel día yo comentaba que si sacaba el disco Mar Adentro y lo ponía a Matria funcionaba perfectamente porque casi todas las fotos quienes primero la vieron fueron los colegas de Buena Fe ya que muchas veces se hicieron en medio de una gira, las ideas que tenía las compartía con ellos. Me han apoyado desde el primer día, no solo para que pudiera llevar las dos cosas sino para que creciera profesionalmente.


Si alguna vez fue 90 por ciento Buena Fe y un 10 por ciento fotografías, gracias a su apoyo, hoy puede ser 90 por ciento fotografía y un poquito de Buena Fe, y ese poquito de Buena Fe lo defenderé siempre. La banda sonora de su libro es la banda sonora del mío es un agradecimiento completo, un abrazo a esa familia sumamente creativa que te acompaña en las buenas y en las malas.


Holguín en la vida de Gabriel Dávalos


Yo conocí a Holguín de joven, pero crecí con esta ciudad cerca pues mi papá desarrolló por 25 años una tesis de investigación histórica donde decía que el cerro conocido como “La Mezquita de Colón” fue el que propició darle el nombre a Cuba e incluso, conservo en la casa una foto tomada a la montaña desde el mar de Bariay, mi papá tenia obsesión con eso y solía discutirlo con Eusebio Leal y Núñez Jiménez.


Si a esa conexión familiar le sumas que fue aquí donde hice la primera exposición cuando no conocían mi trabajo y eran simplemente 10 fotos defendiéndose en el inicio del camino hace que siempre sea bien bonito regresar. Holguín es una ciudad en la que yo podría vivir.

 

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La danza en Romerías desde el lente de Gabriel Dávalos

 


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Comentarios  

# Guarina 18-05-2022 07:37
Muy interesante el artículo como todo lo que escribes.. Gracias.
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