Por su voto responsable

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constitucion nuevaInfografía: Cubadebate
 
Viajar en coche, a pesar de no estar siempre de acuerdo con el precio del pasaje, me resulta provechoso por los temas que los pasajeros traen a colación. En estos medios de transporte tirados por jamelgos se discute sobre todo cuanto esté en el orden del día de cada territorio y en toda Cuba.
 
Esta vez el plato fuerte fue el listado de precios topados para las viandas, hortalizas y frutas que expenden tanto vendedores ambulantes en carretillas, como los mercados de oferta y demanda, publicados en el semanario ¡ahora!. Un compañero fortuito de viaje consideró alto el valor de esos alimentos y reprochó que no existan inspectores disponibles ni nadie que vele por la materialización de esa medida.

Todos apoyaron sus comentarios, también yo, pero el tema fue interrumpido inopinadamente cuando el conductor del coche lanzó una desacertada coletilla: “Fuerte viene la Constitución con todas esas multas altísimas que trae para nosotros”. Se refirió a los trabajadores del sector no estatal.

Otro pasajero le ripostó que estaba equivocado, que en el documento legislativo no se establecen multas, ni medidas restrictivas, sino deberes y derechos, la posición del Estado…, que esas medidas aparecen en códigos, decretos u otros instrumentos jurídicos. Otra señora de cabellera plateada le rebatió su postura ante “la constitución más humana y justa del mundo”.Yo me sumí en una reflexión que ahora comparto.

Esta manera de pensar del cochero de marras pudiera ser aislada, pero también pudiera ser compartida por no pocas personas, de ahí la trascendencia de continuar e intensificar durante los días que restan hasta el 24 de febrero, día en que refrendaremos la nueva Constitución Cubana, la promoción sobre el estudio del trascendental documento.
 
El hecho demuestra que a pesar del amplísimo debate popular del anteproyecto y la divulgación ahora de la nueva Carta Magna, luego de enriquecida y corregida con las propuestas de todos, lo realiadzado necesita multiplicarse.

La ley de leyes está a la venta en unidades de correos y estanquillos, hasta los agentes postales las venden en zonas rurales de difícil acceso; está dispuesta también en los sitios digitales de los medios de prensa nacionales; es responsabilidad de cada ciudadano estudiarlo para conocer a fondo su contenido, porque nadie que viva en esta tierra quedará ajeno a sus postulados.

Pero hay una realidad lamentable, existen muchas personas que no leen siquiera los pequeños textos que acompañan a las divertidas y aleccionadoras caricaturas que se publican en nuestros periódicos, y solo buscan en la radio y la televisión novelas, series, películas y programas humorísticos y musicales, lo cual los hace víctimas fáciles de bolas, comentarios mal intencionados o errados y de su propia ignorancia.

No se trata de hacer campañas, sino de concebir todo lo posible para que el texto constitucional se conozca por la inmensa mayoría de los cubanos, para que se emita el voto consciente de que en ese sí, o en el no, nos van el presente y futuro de nuestra Cuba y de quienes la habitamos. Yo y los míos votaremos responsablemente por el sí.
 
 

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