Los niños y los peligros en el hogar
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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No hay nada más real que esta advertencia de las abuelas: los niños son como jarro de leche a la candela, que te pasas todo el tiempo mirándolo evitar se derrame; sin embargo, al virarte por un momento, ahí está botándose y con los chicos sucede algo parecido, al menor descuido están haciendo una travesura o van directo al peligro.
Por eso, para evitar cualquier susto, es decir un lamentable accidente, es necesario proporcionarles un ambiente seguro a los más pequeños de la casa, los cuales no deben permanecer solos por largo tiempo o sin las debidas medidas de protección en cunas, corrales, coches y en sitios peligrosos en los hogares, entre ellos la cocina, el baño o patio.
Entre los incidentes más comunes en los cuales son protagonistas los niños están las caídas, quemaduras, atragantamientos, intoxicaciones o envenenamientos, por la ingestión de medicamentos u otras sustancias tóxicas, como plaguicidas, alcohol o queroseno e inhalación de productos de limpieza, entre otros.
Con respecto a las caídas es preciso aclarar que es natural que ellos al tratar de aprender a caminar o correr se vayan de bruces al piso, pero lo que sí es preciso prevenir es que caigan de la cama, de escaleras, muebles y demás sitios altos, porque, por lo regular, son causa importante de traumatismos y lesiones importantes en estas edades.
En tanto, que la aspiración de un cuerpo extraño es una emergencia médica que puede llevar a consecuencias graves, de no atenderse de forma inmediata. Por eso, ante todo es primordial propiciarles a los más pequeños trozos de alimentos, como las frutas y nunca alimentarlos acostados; no dejar a su alcance botones, monedas, globos, tornillos, juguetes chicos y otros medios o partes que pueda llevarse a la boca.
Otras de las acciones de prevención están relacionadas con los niños y lugares hacia donde caminan o juegan, en lo fundamental la cocina, área de los lavaderos, el patio o terraza.
Como principal previsión para evitar quemaduras está la de no dejarlos entrar solos a la cocina o con ellos en brazos si se va a maniobrar con ollas u otros utensilios calientes, así se salvarán de lamentables y dolorosas quemaduras.
Otras de las observaciones a tener presente cuando hay menores en casa son, entre otras, no tener fogones, velas, candiles y quinqués a su alcance, como tampoco mantener enchufes o extensiones y regletas eléctricas sin la debida protección.
De igual manera resulta recomendable adoptar todas las previsiones posibles al momento de exponer a los niños a vaporizaciones o inhalaciones cuando tengan gripe.
Unos de los accidentes más frecuentes entre los infantes están relacionados con la intoxicación o envenenamiento, que pueden producirse por la toma de fármacos cuyas tapas no fueron debidamente cerradas o dejaron a su alcance y la ingestión de productos químicos y otros, que se echaron en envases de refrescos u otras bebidas o permanecen destapados y sin la correcta protección.
Como medida fundamental los padres y la familia siempre deben guardar esas sustancias peligrosas lejos de los niños, no colocarlos junto a los alimentos, comprobar bien que el medicamento que se le vaya a suministrar a los chicos sea el que refiere la etiqueta, no esté vencido y sea la dosis prescripta por el médico.
Siempre recordar que la mayoría de los accidentes son prevenibles, por lo cual depende de los padres y la familia propiciar un ambiente seguro a los niños, con la eliminación de los principales factores de riesgo.