Huracán emocional
- Por Hilda Pupo Salazar
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Diariamente cada quien tiene diversas emociones positivas o negativas, como parte de la misma vida, lo importante para ti es ser consciente de lo que te hace bien o no.
La autoconciencia emocional es fundamental para examinar tus propias emociones, poderlas reconocer, evitar que te trastornen si son negativas, sin reacciones perjudiciales y aprovecharlas al máximo las positivas.
Si logras aprender a conocerlas entonces puedes gestionarlas a tu favor con una buena dosis de autorreflexión, aceptación, respiración profunda y total bondad para ti, a pesar de la situación, sin perder la cordura.
Es recomendable si la situación te apesadumbra no juzgarla de inmediato, tómese un momento para una primera reflexión, trata de encontrar puntos de vistas diferentes y alimentar siempre lo positivo.
Según los estudiosos de estos complejos temas, las emociones positivas son: satisfacción, alegría, atracción, interés, gratitud, esperanza, amor, entusiasmo, deseo, placer y las negativas: frustración, impotencia, odio, rencor, intranquilidad, envidia, miedo, apatía, ira, aburrimiento, decepción, tristeza y desvergüenza.
De ahí la importancia de concentrarte en los pensamientos positivos, con total voluntad y la práctica de la escucha activa, sin albergar ningún rencor, que tanto daña.
Las personas con más emociones y pensamientos positivos, en el día, ríen mejor a la vida, con mayor felicidad, subjetividad saludable, con mejores relaciones humanas y hasta pueden manejar fácilmente situaciones complejas, con salidas exitosas, vencer desafíos, retener varias ideas en la mente al mismo tiempo, incorporar más información y hasta comprender cómo se relacionan los pensamientos entre sí.
Nada, es apostar por las emociones y pensamientos positivos como tus mejores colaboradores para abrirte a las nuevas posibilidades, con más capacidad para aprender y desarrollar otras habilidades, con altos desempeños en tareas y evaluaciones a tu favor.
Recomendable es cultivar lo positivo e impedir lo negativo, compila recordatorios de tus buenos momentos, prestar atención a lo mejor que te acontezca y reforzarlo para que se repita, con total agradecimiento.
En cada decisión busca pensamientos y emociones positivos que son herramientas poderosas para disfrutar lo mejor posible al concentrarte en tus sentidos, fortalecer la confianza, gratitud y reflexionar sobre lo afortunado que eres cuando te ocurren cosas buenas, sin importar si es algo pequeño o muy trascendental, pero te ayudan a sentirte más satisfecho y a tener menos sentimientos no deseados.
Aquí el consejo de Charles Darwin, naturalista inglés: “No son los más fuertes de la especie los que sobreviven, ni los más inteligentes. Sobreviven los más flexibles y adaptables al cambio”.