El embarazo no es una enfermedad, pero exige cuidados
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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Como suele afirmarse en los últimos tiempos, ciertamente, el embarazo y puerperio no son una enfermedad. Sin embargo, tanto en uno como en otro estado, la mujer debe cumplir con un grupo de medidas y tener presente determinadas precauciones que lleven a que ambos períodos concluyan de manera satisfactoria por la salud y bienestar de la madre y el hijo.
Aunque el estado de gestación no sea una enfermedad durante los tres trimestres en los que el feto se desarrolla en el vientre o útero de una mujer, no debe conducir a excesos, que lleven a tristes desenlaces.
Durante el período de gravidez la futura madre, además de recibir los cuidados prenatales establecidos para cada etapa, con sus respectivas atenciones médicas de seguimiento; asumir una alimentación balanceada, realizar ejercicios y no ingerir bebidas alcohólicas ni fumar, entre otras acciones a cumplimentar; debe evitar exponerse a actividades que pongan en riesgo su vida y la del ser que crece dentro de ella.
Lamentablemente, no son pocas las embarazadas que no mantienen una vida tranquila o acorde con su estado, por lo que algunas se han visto involucradas en eventos violentos, principalmente de accidentes en el hogar por caídas y otros sucesos; así como del tránsito, que pueden conducir a la muerte materna y fetal o neonatal inmediata.
Durante el estado de gestación las caídas casi siempre tienen consecuencias, aunque están en dependencia del lugar afectado, pues si el golpe es en el abdomen los riesgos aumentan. No obstante, por lo regular ante un evento de este tipo la gestante tiende a proteger al bebé y los golpes son en otros lugares del cuerpo, pero lo más importante es evitar estos hechos.
De igual manera, un bombillo rojo que debe llamar a la reflexión son los accidentes del tránsito en los que hay implicadas gestantes de la provincia, pues en su generalidad no han sido durante una visita al médico o en una diligencia impostergable, sino en salidas nocturnas y en medios de transportes nada adecuados para que transiten en la noche o asistan a fiestas.
No olvidar que un incidente de tráfico ya de por sí resulta un trauma para cualquier persona, por lo cual para la embarazada es un hecho de más conmoción rodeado de dudas sobre posibles consecuencias que puede acarrear, como interrupción de la placenta, ruptura uterina y otras lesiones graves a la madre y al feto.
Al respecto, el Dr.C Alberto Piriz Assa, jefe del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) en la provincia de Holguín, explicó que “una mujer embarazada tiene mayor riesgo de sufrir un traumatismo, porque su capacidad física, los reflejos y el equilibrio están en desventaja con respecto otra mujer, por lo cual debe llevar una vida tranquila y asumir su responsabilidad por ella y la vida que crece en su vientre”.
Otro tema a tener en cuenta es el cuidado durante el puerperio. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “es el período posnatal, definido como la etapa que comienza inmediatamente después del nacimiento del bebé y se extiende hasta las seis semanas posteriores (42 días), es un momento crucial para las mujeres, los recién nacidos, las parejas, los padres, los cuidadores y las familias”.
Por eso, hay recomendaciones muy específicas a cumplir que no son de ahora, vienen desde nuestras abuelas, sabias ellas, que cuidaban a la parida como “reina”, desde su alimentación, higiene hasta los más mínimos detalles para que la madre cumpliera los 45 días de puerperio, como es necesario para que “el organismo vuelva a ser como antes y sin ningún problema”.
No han cambiado esas medidas, que hoy son reiteradas por el médico de familia del área de salud de la parida, entre ellas, no realizar actividades físicas, evitar las relaciones sexuales hasta el final de la cuarentena, pues “el cuerpo está volviendo a su sitio y en algunas ocasiones hay heridas que se pueden infectar"; no utilizar tampones vaginales ni ingerir bebidas alcohólicas y medicamentos sin indicación médica; evitar el consumo de cigarrillos y los baños de inmersión en bañera, piscina o playa, entre otras.
Pero pocas de esas orientaciones se cumplen y así lo confirman hoy las morbilidades críticas de pacientes, que al día 30 de haber parido han ido a la playa y han desarrollado estados de sepsis, ella y el niño, según confirmó Piriz Assa.
Detalles estos que reafirman que a pesar de la difícil situación que afrontamos en todos los ámbitos de la vida, los problemas presentes en determinados indicadores del PAMI no están directamente relacionados con escasez de recursos materiales o de profesionales altamente calificados y entregados a sus pacientes, sino con la falta de percepción de riesgos por una parte de la población, las familias, que requieren retomar conductas y acciones con toda vigencia, principalmente en el cuidado de embarazadas, puérperas y los niños, por su bienestar y salud.
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