Botar el sofá
- Por Hilda Pupo Salazar
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Un hombre le era infiel a su esposa, con la mejor amiga de ella y tenían el sofá de la sala, para hacer el acto sexual. Cuando la mujer se entera se encoleriza y, su primera reacción, lanza el mueble por la ventana al patio, para eliminar el “nidito de amor”.
Botar el sofá llamamos a esas medidas superficiales, tomadas al creer poder solucionar los problemas con métodos simplistas. También, se le nombra a esa teoría de sustituir las ramas por las raíces “lanzar el nene junto con la palangana y el agua”.
Ahí está la importancia de ir a la esencia de las dificultades a la hora de buscar respuestas, porque cuando no lo hacemos dilatamos los conflictos y podemos crear falsas expectativas a quienes esperan corrección.
Todo inconveniente tiene una parte central y porciones secundarias, si elegimos las segundas inventamos los remiendos y nos alejamos de los remedios definitivos, pero ojo con lo vital.
Una señora vende pastillas bastante cara, otra las compra y dice: “si hubieran en la farmacia, no tenías que adquirirla por fuera”. Para ella ¿será ese el tema fundamental? ¿No se habrá preguntado por qué no hay medicamentos en el país?
¿Encontrará lógico hurtar medicina, porque no hay fármacos, para adquirir?
Los vendedores manipulan las pesas, para aumentar sus ganancias a costa del que necesita, merecen el criterio de: lo hacen para “luchar”, porque la vida está muy difícil.
Así sucede con quienes extraen recursos estatales y revenden a altos montos, amparados en el descontrol. ¿Existirá razón para algo como eso u opinar que lo hacen, porque los salarios están muy bajos?
Si llegamos a confundir el asunto medular de los problemas terminamos justificando lo injustificable y el injusto proceder de culpar a quien no lo merece.
Botar el sofá son respuestas fáciles a los inconvenientes, esas no requeridas de mucha materia gris. Si molesta la música en un centro nocturno y los vecinos se quejan, no optamos por bajarla, sino quitarla.
Vamos a los extremos, no a la satisfacción y nos ganamos una merecida crítica, por ese actuar tan descabellado.
Comentarios
Este tipo de directivos empresarial, con menoscabo del control interno, prefiere, el rio revuelto en el control financiero y material, para lograr ‘y aplicar Abuso en el Ejercicio del Cargo; Acaparamiento y especulación; Enriquecimiento Ilícito; el soborno como su arma inobjetable; y su entorno laboral se llena de Indisciplinas laborales y sociales; genera en los grupos organizados Incumplimiento del deber de denunciar, por cobardía o comprometimiento.
El indigno mercado de las medicinas, puede corporificar, la modalidad de corrupción que es un cáncer que nos devora, arruina la legitimidad de las instituciones, genera inmoralidades que, como malos ejemplos, va minando la ética en mucha gente; y golpea duramente las finanzas públicas, es un enigma que compromete por igual a muchos sectores de la sociedad.