Unidad: nuestra principal arma estratégica
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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La celebración del aniversario 65 del triunfo de la Revolución, en Santiago de Cuba, enfatiza, una vez más, que la unidad es la principal fuerza para seguir adelante, como ejemplo de dignidad y victoria.
Como afirma el General de Ejército Raúl Castro, líder de la Revolución Cubana: “Ello ha sido posible, en primer lugar, por la demostrada resistencia y seguridad en sí mismo de nuestro heroico pueblo; por la sabia conducción del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz; por la existencia de un Partido, devenido en digno heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder y por la unidad de la nación”.
Nadie como Martí y Fidel lucharon tanto por la unidad, en todos los momentos de la historia nacional, como único pilar para garantizar y conservar la victoria.
Por eso, ahora esa unidad, absolutamente necesaria, debe de saber defenderse, para que podamos concentrar todos nuestros esfuerzos contra quienes impiden nuestro avance y ejemplo de dialéctica según el momento actual, como fieles al Concepto de Revolución de Fidel.
Hay que fortalecer la unidad, como enseña Fidel, desde una construcción, un proceso y, como todo fenómeno social, es dialéctico desde lo objetivo, independientemente de la realidad subjetiva según multiplicidad de factores de lo cambiante, desde los internos y externos, con la diversidad de nuestra sociedad, a sabiendas de que no puede ser absoluta en todo, pero sí a la necesidad de adaptarse a trabajar con lo que hay, con lo que sí tenemos.
Fidel, al definir qué es la Revolución, afirma: “La Revolución es un gran tronco que tiene sus raíces. Esas raíces, partiendo de diferentes puntos, se unieron en un tronco; el tronco empieza a crecer. Las raíces tienen importancia, pero lo que crece es el tronco de un gran árbol, de un árbol muy alto, cuyas raíces vinieron y se juntaron en el tronco. El tronco es todo lo que hemos hecho juntos ya, desde que nos juntamos; el tronco que crece es todo lo que nos falta por hacer y seguiremos haciendo juntos...”

Raúl en el acto en Santiago de Cuba subraya: “Y mientras mayores sean las dificultades y los peligros, más exigencia, disciplina y unidad se requieren. No una unidad alcanzada a cualquier precio, sino la basada en los principios que tan certeramente definió Fidel en su reflexión del 22 de enero de 2008, y cito: "Unidad significa compartir el combate, los riesgos, los sacrificios, los objetivos, ideas, conceptos y estrategias, a los que se llega mediante debates y análisis. Unidad significa la lucha común contra anexionistas, vendepatrias y corruptos que no tienen nada que ver con un militante revolucionario". Y agregó otra idea esencial: "Debemos evitar que, en el enorme mar de criterios tácticos, se diluyan las líneas estratégicas e imaginemos situaciones inexistentes”.
Esta unidad se construye entre todos de forma paciente, “ladrillo a ladrillo, con la participación de cada patriota sincero, con el único requisito de estar dispuesto a enfrentar la injusticia y la opresión, a trabajar por el bien del pueblo y a defender sus conquistas”, desde la diversidad, a través de la imprescindible unidad de acción, que exige subordinación de intereses individuales a los colectivos, así como de los de grupos y sectores a los más generales a los indivisibles para la sociedad.
Como asevera Raúl: “En esa fragua de acción y pensamiento se forjó nuestro Partido, ajeno al autoritarismo y las imposiciones, escuchando y debatiendo los diferentes criterios y dando participación a cuantos estén dispuestos a sumarse a la obra. Modestia, honestidad, apego a la verdad, lealtad y compromiso han sido la clave. En el socialismo y su obra, en la unidad y la ideología revolucionaria se sustenta nuestra capacidad de resistir y vencer”.
Martí, en una de sus frases insignia sobre la unidad sentencia: “A un plan obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo…Plan contra plan”.
Miguel Díaz-Canel, primer secretario del Comité Central del Partido, en el acto de Santiago de Cuba precisa: “La unidad de los cubanos hoy reclama del respeto entre todos, despojándonos de cualquier sentimiento de odio, de cualquier vulgaridad, de cualquier comportamiento indecente, pero exigiendo las normas de disciplina, que garantizan en nuestra sociedad esa tranquilidad social…”
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