Cuba ganó
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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Día de alegría para la historia de Cuba queda este domingo 26 de marzo, como otra victoria más para la unidad de la Revolución cuando, al elegir a los 470 diputados para el Parlamento, se hace desde la conciencia de ser patriotas y la voluntad de demostrarlo.
Por eso el pueblo dijo la última palabra, al preferir su futuro de resistencia creativa, proactividad, resiliencia y trabajar juntos para una mejor situación económica.
Como sentencia Díaz-Canel: “A ese voto, que es extraordinario en las condiciones actuales de la nación y del mundo, solo hay un modo de responder: cumplirle al pueblo”.
El grito de unidad sobresale - con el 72,10 por ciento en las boletas válidas- o sea nueve de cada diez cubanos que asistieron depositó una boleta válida; siete de cada diez que votaron efectivamente lo hicieron por todos los nombres en su boleta, en unos comicios con escrutinios transparentes, presenciado por las organizaciones de masas y todos los ciudadanos presentes en los colegios a la 7 de la noche, hora del cierre.
El 19 de abril, día de victoria de la Patria, los 470 representantes de sus electores y de toda la nación integrarán la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, con la altísima misión de seleccionar la dirección de ese órgano, el Consejo de Estado, el Presidente y Vicepresidente de la República.
Los que odian y maldicen, una vez más, saborearon el polvo de la derrota, al reducirse a cero sus campañas de boicot y llamados al abstencionismo.
Todo este proceso de alta efervescencia patriótica patentiza que ir al cimiento popular no es bajar a la base, sino ascender a ella, como prefería defender el revolucionario Osvaldo Dorticós Torrado, quien desempeñó el cargo de presidente de la República desde julio de 1959 a diciembre de 1976 y patentiza todos esos debates con los candidatos a diputados que quedan como insustituible brújula en la agenda del nuevo Parlamento, integrado por representantes de los diferentes sectores de la sociedad y la mayoría son mujeres.
Con la prioridad del mayor protagonismo para los jóvenes, con más participación en las tomas de decisiones, en los fundamentales proyectos de la sociedad, para que puedan realizar sus aspiraciones y sueños, sin tener que mirar al horizonte.
Todos juntos a trabajar para disminuir la crisis económica, con el mejor ejercicio legislativo y el “oído bien pegado a la tierra”, como aconseja Raúl Castro ante las constantes demandas de la población.
El camino que la decisión popular señala es de optimismo, el sí, se puede, el de mucho trabajo, consagración, que se caracterice porque no haya trabas que no se puedan superar, para que el esfuerzo intenso e inteligente aplaste burocracia, nudos, inmovilismo, en un combate cotidiano contra todo lo mal hecho.
Es perfeccionar, desde las complejas realidades de hoy, los conceptos de Fidel sobre el Poder Popular, con la mayor participación en diálogos permanentes con sus representantes, en la mejor consolidación de la cultura política y la conciencia revolucionaria, para aprovechar las potencialidades, posibilidades y hacerlo con eficacia, efectividad y eficiencia en todo lo que se realice.
Por eso es fundamental cultivar la modestia, ejemplo personal, integridad, incorruptibilidad, sentido del honor, la palabra empeñada, dignidad nacional y patriotismo para todos, sin excepción y desde las primeras edades.
Es saber provocar, en cada lugar, las motivaciones, valores, deseos, conocimientos, información y las experiencias que puedan utilizarse para producir más, con superiores bienes y servicios desde la fuerza individual y colectiva, que propician el éxito al ser identificadas y aprovechadas eficazmente.
Fidel Castro sentencia: “Donde la Revolución debe ser fuerte es en la conciencia de cada cubano”, al estar absolutamente convencido de su fortaleza para la toma de decisiones y así queda demostrado este domingo.
Cuba reválida al mundo que sin detenerse avanza a pesar de la intensa y renovada asfixia del vecino, en las urnas, con su auténtico proceso democrático, muestra su estabilidad político-social al elevar su bandera, con la estrella solitaria, a la cúspide del Pico Turquino, donde apuesta por el desafío de cada jornada para invicta ondear.
Así en las urnas, a solas consigo cada quien queda sus decisiones, opiniones, creencias y saberes que determinan sus acciones si está de acuerdo en seguir empujando el Sol libre.
“No le cabe a la Patria un milímetro más de orgullo. A su pueblo noble, y al propio tiempo irredento, prueba de su invencibilidad, se le desborda el pecho de emociones, en las elecciones nacionales Cuba ganó…” ratifica Díaz-Canel y sentencia: La victoria, en palabras de Fidel, se lee así: “Pueblo quiere decir energía, pueblo quiere decir valor, pueblo quiere decir espíritu de lucha, pueblo quiere decir inteligencia, pueblo quiere decir historia”.
Esta inolvidable jornada de elecciones libres del domingo 26 es fiesta y razones de la verdad de los agradecidos que saben amor.
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