Café amargo en la Élite
- Por Calixto González Betancourt
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Es cierto que al analizar los listados precompetencia, Cafetaleros era en el “papel” el menos notable entre seis fuertes nóminas.
Si solo determinara ese aspecto, no habría nada de que sorprenderse o cuestionar, pues fue el menos favorecido en nombres, pero sabemos que la ecuación no es así, tan sencilla.
No se triunfa simplemente por lo mostrado en las nóminas, sino por el aporte individual a una “maquinaria” que funcione adecuadamente y bien conducida, máxime en porfía entre concursantes, cuyos potenciales no tenían amplias diferencias entre ellos.
A la dirección de Cafetaleros no le respondieron la mayoría de las estrategias aplicadas, particularmente por que le fallaron dos renglones decisivos en la pelota, que son el pitcheo y la ofensiva.
Esta selección fue última en bateo (compartido) con average de 258, carreras impulsadas (160), hits conectados (301) y jonrones (compartido, 15)…
En el pitcheo, sus lanzadores fueron lo más bateados (287), los peores en promedio de carreras limpias permitidas (4.19) y en whip (1.57). Los que menos poncharon (132). La defensa mostró un 974 (cuarto-quinto).
El examen más negativo en Cafetaleros es cualitativo, cuando se compara en la calidad y lo que podían rendir sus principales bateadores y lanzadores, con lo realmente aportado.
La mayoría de las mejores cifras individuales conseguidas por peloteros de este conjunto son modestas, si las comparamos con la de otros equipos. En medio de la sequía, destacó el average de 357 y 20 impulsadas del estelar santiaguero Yoelquis Guibert, líder del bateo en la Élite; solo otros dos en ese seleccionado conectaron sobre 300, Luis Ángel Sánchez (302) y Laindel Leyva (347), quien en un principio no fue regular. Además de Yordan Manduley (349), antes de dejar el plantel, para jugar contratado en México. El mayor impulsador fue Edilse Silva, con 26.
El holguinero Wilson Paredes (4-4) resultó el pítcher más ganador en este plantel, mientras sobresalió el cerrador guantanamero Yeudis Reyes, con sus nueve juegos salvados y magnífico 0.53 promedio de carreras limpias permitidas
En el terreno de juego, estos orientales mostraron primeramente inestabilidad, a veces con mal desempeño y en otras ocasiones parecía que podrían enrumbar la nave; luego le afectó la ausencia de varias principales figuras, que le sustrajeron por dos semanas para formar el equipo nacional, que lidió en la Copa del Caribe.
Al final no pudo más, debido a sus propias deficiencias y carencias y el empuje de sus contrincantes.