¿Repasadores VS Maestros?
- Por Yanela Ruiz González
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No fue una necesidad y menos una moda en mi tiempo cuando, casi al despojarme del azul, me esperaba el reto de llegar a la universidad. Prepararme para las pruebas de ingreso a la Educación Superior nunca supuso gastos en el bolsillo de mis padres más allá de la mesada para mantener mis meriendas en la escuela.
Recibí todas las orientaciones precisas y dispuse del tiempo vital para estudiar y agenciarme de los conocimientos con los propios “profes” de mis tres años en el bachillerato. Sin embargo, otras son las experiencias de quienes pasan este trance de la vida en la actualidad.
Si se encuesta a la población estudiantil, sobre todo en la cabecera provincial, la inmensa mayoría diría que cuenta con un repasador particular, personas que reciben una remuneración mínima de 25 pesos en moneda nacional por parte de los padres, para que atiendan las necesidades de conocimientos de sus hijos fuera del horario de clases.
Llama la atención cómo la fiebre de tener un repasador alcanza grados celsius o fahrenheits superiores a los del preuniversitario, pues hasta en la enseñanza primaria se estila también hacer uso de este servicio, un asunto que bien vale analizarse si es por la falta de maestros y la mala calidad de las clases, como atribuyen algunos padres, o si guarda relación con la desatención a sus hijos a la hora de hacer sus tareas escolares y les resulta más fácil pagar a otros que suplan su papel en este sentido?
Si bien esta figura surgió hace varios años y muchos de los que están en este mundo, generalmente son personas jubiladas del sistema educacional que, mediante patente, ejercen la actividad gracias a la apertura al cuentapropismo; otros, sencillamente lo hacen sin respaldo legal alguno, y en muchas ocasiones están aún en ejercicio activo en el propio sector. Puntos que deben cuestionarse los progenitores a la hora de contratar estos servicios, pues son ellos mismos los que hablan de estas situaciones y sobre las que debe poner alertas el sector.
No se trata de denigrar el valor de los repasadores, pues muchos de ellos asumen con responsabilidad esta labor. Tampoco es mal visto que los padres se preocupen por mantener ocupados y preocupados a los muchachos en el estudio. Pero cabe preguntarse si ¿esta es siempre la mejor vía para que los jóvenes aprehendan los conocimientos? ¿Quiénes tienen la verdad de lo que va o no a evaluarse en los exámenes: maestros o repasadores? ¿Por qué, si el municipio de Holguín, es el de mayor cantidad de repasadores no logra ubicarse entre los de mejor resultado en las pruebas de ingreso y solo alcanza un 60 por ciento de aprobados, o poco más que eso, año tras año?
Aunque resulte primordial la intensificación del estudio en etapas cercanas a evaluaciones, los conocimientos no deben adquirirse en las rectas finales para “salir del paso”, sino para la vida. Garantizar la cobertura docente en todas las enseñanzas y lograr una mayor calidad en la clase, contribuirían a que el alumnado transite por los diferentes niveles con el dominio acorde de las materias.
Por otra parte, la preparación para los exámenes de ingreso es un asunto que debe encontrar una alianza entre todos los agentes de su desarrollo: escuela, familia y repasador, el segundo como mediador de este proceso, ya que es el principal interesado. Ello supone hablar en igual idioma para que el estudiante sienta menos la carga y el estrés, común en este periodo.
Conozco de estrategias que se implementan desde el décimo grado en aras de potenciar a los estudiantes con vista a las pruebas de ingreso, para que el duodécimo grado no se convierta en una carrera maratónica. En las aulas se cuenta con los programas de estudio y documentos que expresan con claridad cuáles son los contenidos, incluso en qué unidades de los libros de textos aparecen explicados; sobre ello tiene, o debe tener, conocimiento la familia.
Igualmente, mediante el acceso a la red Cuba, y de manera especial al portal www.cubaeduca.cu, se encuentra el repasador en línea, una opción al servicio de padres, estudiantes y maestros.
Se potencia la preparación también de los profesores a cargo del grado terminal en el Bachillerato, auxiliados por especialistas de la Universidad de Holguín, quienes se vinculan a estos escenarios con el fin de ofrecer orientaciones y esclarecer dudas tanto presencial como a través de audioconferencias.
Por tanto, se trata de ayuda mutua, todo con el objetivo de lograr resultados superiores y que el estudiante sea el más favorecido.
Comentarios
Los repasadores se han convertido también en una cuestión de moda, aunque el niño, la niña o el adolescente no los necesiten, se lo ponen para que no esté fuera de las tendencias del momento.