“Nunca dejé de ser cubano”

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evelio quevedo 01El holguinero Evelio Quevedo participará en el Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo, que tendrá lugar en La Habana.
 
Un Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo tendrá lugar en La Habana del 1 al 3 de noviembre próximos, organizado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, el Capítulo Cubano de los Movimientos Sociales y la Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo.
 
En el actual contexto político, signado por la agresividad de la Administración Trump, el espacio supone la oportunidad de potenciar la unidad entre las fuerzas de izquierda de la región, la solidaridad con las causas justas y el respaldo a la Revolución Cubana.

Se espera que participen más de mil delegados de todo el mundo, entre ellos una heterogénea representación de Estados Unidos y Canadá, importantes figuras de la intelectualidad comprometidas con las luchas liberadoras de los pueblos y un holguinero que, aunque no le gusta que no lo presenten así, porque otros también lo harían, si pudieran, es, de hecho, el único holguinero que participará en el evento.

Para conocer las razones que llevan a Evelio Quevedo Fernández a esta importante cita en la capital del país, hay que remontarse al año 1994, cuando Cuba atravesaba el Período Especial y él vivía sus veinte, en Cacocum. Luego, voló al otro lado del mundo.

“Joven al fin, yo pensaba que fuera de mi tierra encontraría el paraíso terrenal”. Tomó un avión destino a Moscú y continuó el viaje hasta llegar a Estocolmo, porque había escuchado que en Suecia el nivel de vida era mejor.

“No voy a negar que en cuanto entré al aeropuerto y vi las puertas abrirse automáticamente, cuando vi un cajero automático, que en ese momento no sabía lo que era, dije wao, realmente llegué al Paraíso”.

Fuera del aeropuerto sueco le aguardaba la vida del emigrante, que, en su caso, no fue hospitalaria, menos aún paradisiaca.“Entre el ‘94 y el 2000 tuve que mudarme 23 veces. Cuando había una feria en Estocolmo, me ponía alegre, porque sabía que habría muchas latas y pomos vacíos, que podía recoger y vender. Con frecuencia, no tenía ni para comprar los guantes…”

Un día, apareció el dolor en la columna. En el hospital, ventanilla de cristal de por medio, le pidieron la identificación y el depósito de 360 coronas suecas, que para Evelio era mucho dinero. “Fue un choque muy grande”, que transformó en un breve artículo al cual tituló “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.

El periódico Granma lo publicó en su sitio digital, en la sección “Cartas de nuestros lectores”. Así, la embajada cubana en Suecia reconoció a Evelio y comenzó a invitarlo a actividades relacionadas con la Isla añorada. “Me abrió las puertas con mucho respeto y pude sentir como si estuviera en mi patria”.

En el 2004, viajó a La Habana para participar en el Segundo Encuentro Nación y Emigración, donde “proyectaron un video sobre las consecuencias del Bloqueo norteamericano a Cuba. Yo sabía que existía un bloqueo, pero no creía realmente en él”.

Allí supo también de Luis Posada Carriles, del italiano Fabio di Celmo, los detalles del atentado al avión civil de Cubana en Barbados y quiénes eran en verdad los cinco cubanos presos en Estados Unidos. Porque hasta entonces, para Evelio eran lo que decía la prensa de derecha: espías que merecían la condena.

“Ese encuentro fue mi despertar”. Desde entonces, defender la causa de los cinco se convirtió en su manera de defender a Cuba. Con ese fin, comenzó a colaborar con el grupo ´Cubanos por Cuba´ y a organizar los encuentros de ´Cubanos en Europa´. Esta decisión no estuvo exenta de dificultades.

“A través de llamadas telefónicas, fui amenazado de muerte por la contrarrevolución en Suecia, después que nos dimos a la publicidad como los delegados que nos reuníamos en Europa todos los años y participamos en los encuentros La Nación y la Emigración, invitados por Fidel. En su propaganda nos llamaban cubanos pagados por Castro”.

Cuando conoció a la chilena Vania Ramírez, quien estaba al frente del Comité por los Cinco en Estocolmo, compartieron un café, convicciones y propósitos, pasó a formar parte del Comité Internacional por la Liberación de los Cinco.

“Cuando el Comité convocó a todos los que tuviéramos posibilidades económicas y de visado para viajar a Estados Unidos, accedí inmediatamente, porque tenía y aún conservo el pasaporte europeo.

“Hicimos una gran marcha hasta la Casa Blanca. Nos manifestamos durante una hora, que fue el permiso que nos dieron. No podíamos estacionarnos, así que rotábamos todo el tiempo, porque de lo contrario nos sacaban del área.

“En otra ocasión, estuvimos más de una hora la entrada de los Metros tratando de repartir propaganda, pero nadie cogía una foto, ni un afiche ni un periódico. No nos hacían caso.

“Decidimos entonces ponernos en las salidas. Gritábamos ¡Free the Five!, ¡Cuba! y enseñábamos que nuestros anuncios no eran de champú, ni queso ni pan, sino algo para Obama, sobre los Cinco. Solo los ciudadanos afroamericanos tomaron todas nuestras informaciones. Ellos nos dieron el mayor apoyo.

“En esos menesteres, encontré a un hombre interesado. Esperó a que le explicara quiénes eran los Cinco, qué hacíamos en Washington… y al final estrujó el periódico que sostenía en sus manos, me lo lanzó a la cara y dijo: ‘Que se pudran en la cárcel’. Era un cubano de la derecha. Lo positivo de esa experiencia es que él sí sabía quiénes eran los antiterroristas cubanos”.

Evelio también participó en numerosas ediciones del Coloquio Internacional por la Liberación de los Cinco y contra el Terrorismo, que tenían lugar en Holguín. Cada año, le resultaba más difícil rehacer las maletas y regresar al frío de Suecia.

Así que en el 2012 le dijo el adiós definitivo a las puertas y los cajeros automáticos suecos, se estableció en la Ciudad de los Parques, donde regenta un pequeño negocio de renta de habitaciones y continúa apoyando las causas justas a través del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y el Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos (antes Comité Internacional por la Liberación de los Cinco), del cual es miembro.

En este punto, es natural pensar que Evelio no puede faltar en el Encuentro Antimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo. Él adelanta que “tenemos tres prioridades: la lucha contra el Bloqueo de Estados Unidos a Cuba, el apoyo al pueblo venezolano y al Gobierno constitucional de Nicolás Maduro y la liberación de Luiz Inácio Lula da Silva”. Los detalles, por supuesto, espérelos en noviembre.
 
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