De la cabeza al cielo
- Por Dénise Montero, Roxana Guisado y Rosalia Rojas
- Hits: 1959
Casi llegando a la cima, sobresale por su pequeña estatura Jorge Pichardo, a quien todos llaman Jorgito. Su sonrisa jovial y sus pasos, lentos pero certeros, lo han conducido hasta su actual profesión, a pesar de su discapacidad física, pues a él nada le ha impedido escalar su sueño; por el contrario, muchas manos se han extendido para ayudarlo.
En la actualidad se trabaja a partir de la Inclusión, paradigma que ha resultado el más completo. A partir del mismo se adapta el contexto según las necesidades del alumno y no lo contrario, señalando la importancia de eliminar dentro de ese contexto, todas las barreras que dificulten o impidan el desarrollo del aprendizaje.
La inclusión educativa no solo postula el derecho a ser diferente como asunto legítimo, sino que valora explícitamente la existencia de esa diversidad.
En Cuba se considera la educación como un derecho básico, de ahí que se favoreciera el desarrollo de este modelo. Para ello se realiza una preparación a las instituciones educativas con el propósito de aumentar la calidad de atención a todos los niños y niñas.
Se construye a partir del trabajo con diferentes modalidades de atención, recursos y servicios especiales que favorecen a las familias y educadores, además de los niños que presentan necesidades educativas especiales (NEE).
Norma Velazco Cisneros, directora de la escuela, afirma que la labor educativa se realiza partiendo de un programa educativo base que se adecua a los diferentes diagnósticos de los alumnos y responde a las habilidades que ellos dominan.
“La importancia de la Educación Laboral es que les permite insertarse en talleres docentes como Peluquería-Barbería y Artesanía, favoreciendo las habilidades manuales. También cuentan con el grupo de Producción y Servicio, donde aprenden diferentes oficios en centros como organopónicos, panaderías y hospitales. Todo esto les ayuda a prepararse para que en el momento de su egreso puedan vincularse en la vida socio-laboral activa”, explicó.
La efectividad del trabajo educativo en esta enseñanza radica en la labor conjunta de profesores, especialistas y la familia. Lena Matos Furones, psicopedagoga en la escuela Jorge Ricardo Masseti, explica cuán favorables son las actividades que realiza esta especialización en los niños con NEE, pues a partir de estas se estimulan sus procesos psicológicos y pedagógicos más afectados.
Acerca de su labor en la escuela especial La Edad de Oro, la maestra Tatiana Arco Suárez que trabaja con niños invidentes y de baja visión, explica que “las asignaturas son las mismas que se imparten en la enseñanza general, pero se utilizan otros medios. Regleta, punzón y hojas braille, para los niños invidentes y plumones, lápiz carpintero y muchos colores para que los niños con baja visión puedan ejercitarse”.
La labor que desempeñan las logopedas es de vital importancia en este tema. Marisela Torres relata su experiencia: “Mi función es atender los trastornos en la comunicación, ya que dentro de estas afectaciones se encuentran los niveles del habla y el ritmo, la fluidez del lenguaje”. También agregó que existen estudiantes con trastornos simples del lenguaje, a causa de la excesiva exposición a las tecnologías, que fomentan en alto grado lo visual, como televisión, computadoras y teléfonos celulares.
Ahora regresamos a la Ricardo Masseti y sentimos tener un deja vu, vemos a Jorge Pichardo en Lianet, cuando nos dice con la frescura de su 10 años que la asignatura que más le gusta es Matemática porque aprende a sumar. También disfruta dibujar, “hacer casitas y eso”. En Educación Física hace ejercicios y salta suiza. Quiere a sus profesores porque son muy buenos y a sus amigos que la ayudan cuando necesito algo”.
Comentarios