Perenne desentrañador de misterios
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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El Dr.C Luis Enrique Almaguer durante sus estudios en labotorio del Cirah. Foto: Jorge Fernández
Hace unos cinco años después de una larga conversación con el Doctor en Ciencias Biológicas Luis Enrique Almaguer Mederos, en uno de los laboratorios del Centro para la Investigación y Rehabilitación de las Ataxias Hereditarias (Cirah) de Holguín, no dudamos en calificarlo como un desentrañador de misterios, y al volverlo a encontrar en los primeros días de este mes de diciembre lo ratificamos y, además, añadimos que es un perenne y consecuente desentrañador de misterios.
En esta oportunidad vimos al joven científico holguinero llegar al terruño como parte de un grupo de importantes investigadores de Reino Unido, que del 8 al 12 último cumplimentaron un intenso programa de intercambio académico con profesionales de varias instituciones de Salud de la provincia y de interacción directa con pacientes de Ataxia Espinocerebelosa Tipo 2 (SCA2), de alta prevalencia en la provincia de Holguín; Parkinson y de otras enfermedades neurodegenerativas y raras.
Con más de dos décadas dedicadas al estudio clínico y molecular de enfermedades neurodegenerativas, el doctor Almaguer Mederos se desempeña ahora como Investigador Asociado al Laboratorio de Neurogenética del Instituto de Neurología del Colegio Universitario de Londres, tras vencer en cuatro años estudios posdoctorales en un centro de neurología experimental en Alemania.
Sobre la presencia aquí del equipo de prestigiosos profesores explicó que tenían el interés de contribuir con proyectos en marcha en el Cirah sobre la SCA2 y extender la colaboración hacia otras enfermedades genéticas presentes en este territorio nororiental, donde precisamente ese tipo de ataxia tiene una prevalencia de más de 47 por cada 100 mil habitantes, es decir, es seis veces mayor que la que existe en el mundo, según último estudio epidemiológico nacional realizado.
“Básicamente, la visita está orientada a llevar adelante el proyecto de modificador genético de biomarcadores fluidos, sentar bases para futuras colaboraciones y extenderla a otras enfermedades genéticas en el territorio, y así ayudar en el diagnóstico de los pacientes, que en Holguín generalmente tienen el clínico e imagenológico, pero falta el genético por cuestiones de infraestructura, por eso con esta asistencia asistencial y académica se abre la posibilidad de darles el genético”, explicó.
Por eso, uno de los proyectos principales en los que trabaja es en emplear tecnologías de genotipado de alta densidad para estudiar más de 1,2 millones de variantes genéticas distribuidas a lo largo de todo el genoma en pacientes con SCA2 y otros tipos de ataxia. “Con este perseguimos el objetivo de identificar variantes modificadoras, cambios en el ADN que no causan directamente la enfermedad, pero sí inciden en la edad de inicio, la gravedad de los síntomas o la velocidad de progresión”.
Actualmente el doctor desempeña como Investigador Asociado al Laboratorio de Neurogenética del Instituto de Neurología del Colegio Universitario de Londres. Foto: Carlos Rafael
El doctor significó que “a lo largo de todos estos años de estudio han visto enfermos con el mismo tamaño de repetición en el gen asociado a la SCA2, aunque con evoluciones muy distintas. Por ejemplo, algunos más tempranamente con los signos en tanto que otros evolucionan de modo más lento, menos severo”.
Precisar, que la SCA2 se considera una de las formas más graves de las que existen,- hasta el momento hay 50 formas moleculares-, porque tiene un curso clínico en el cual las manifestaciones clínicas se dicen es un síndrome cerebeloso que afecta la marcha, el equilibrio, el lenguaje, la coordinación de movimientos finos y alternativos rápidos, entre otras, por lo que es progresiva e invalidante, que lleva al encamamiento del paciente y la duración de vida cuando se inicia en la adultez, puede llegar entre 20 a 30 años, pero si es de niño es menor.
“Parte de esos contrastes pudieran explicarse por variantes modificadoras en otros genes, de ahí que el propósito esencial es descubrirlas, para posteriormente poder emplearlas en el diseño de terapias para los pacientes de esta enfermedad heredodegenerativa e invalidante”.
De manera enfática aclaró que “en el Cirah hicimos algunas investigaciones orientadas a identificar variantes genéticas modificadoras de la enfermedad con la tecnología disponible en el centro; sin embargo, se imponían estudios en genes candidatos seleccionados por su función o por resultados previos y trabajar con un número relativamente pequeño de variantes”.
“Entonces al poder tener acceso a microarreglos de última generación y a las plataformas de análisis del Colegio Universitario de Londres, es posible estudiar decenas de variantes, analizar más de un millón, de manera simultánea, con un enfoque realmente genómico.
“Todo esto les permitirá-según explicó el científico holguinero-descubrir regiones del genoma que nunca antes se habían asociado a la variabilidad clínica de las ataxias y , a pesar que nuestra prioridad es la SCA2, como se ha reiterado, por su alta incidencia en Cuba y en específico en la provincia de Holguín, se ha querido extender la investigación a otros tipos de ataxia presentes en territorio nacional, lo cual nos permitirá construir un mapa mucho más completo de factores genéticos que influyen en estas enfermedades”.
Aclaró que “en nuestro país y, específicamente, en Holguín hay pacientes que junto a la ataxia, tienen manifestaciones clínicas atípicas, como parkinsonismo, signos de enfermedad de neurona motora u otras combinaciones complejas de síntomas, por lo cual en estos casos nos proponemos realizar estudios de exoma o incluso de genoma completo, que cubren todas las variantes presentes en los 23 pares de cromosomas, para tratar de identificar mutaciones adicionales que ayuden a explicar por qué la enfermedad se manifiesta de esa manera concreta”.
“Estos estudios son más costoso que los microarreglos, por lo que se reserva para un número menor de casos, muy seleccionados, en los que los métodos diagnósticos estándar no han permitido una definición clara o donde la clínica sugiere que puede haber más de un proceso en juego. Así, las investigaciones poblacionales amplias se sostienen con los microarreglos, y los casos singulares que pueden abrir líneas nuevas de investigación se abordan con exoma o genoma completo.
“Los biomarcadores medibles en sangre y otros fluidos se han convertido en piezas claves para el diagnóstico temprano y el seguimiento de enfermedades neurodegenerativas. A partir de la experiencia alemana y la infraestructura del Instituto de Neurología, permiten ahora, ampliar esa línea de estudios en ataxias hereditarias”.
El doctor destacó que “otro componente muy importante de nuestro trabajo es el estudio de biomarcadores fluidos para las ataxias. Es decir, nos referimos a moléculas medibles en sangre, en el líquido cefalorraquídeo u otros fluidos biológicos, que reflejan procesos patológicos vinculados a la enfermedad”.
“En específico, es un proyecto que iniciamos durante mi estancia en Alemania y que ahora retomamos aprovechando la tecnología del Instituto de Neurología del Colegio Universitario de Londres, entre los cinco mejores centros de su tipo a nivel mundial en investigaciones en neurología, por lo cual debemos utilizar estas bondades, posibilidades en favor de los pacientes.
“Porque si logramos entender mejor ese trasfondo genético en las personas con ataxia, podremos avanzar hacia una farmacogenómica aplicada, que nos permita seleccionar el medicamento más adecuado y la dosis más segura y efectiva para cada paciente.
“Sería enrumbarnos hacia una medicina más personalizada, en la cual la información genética deje de ser solo un dato diagnóstico y se convierta en una herramienta para adaptar la terapéutica a las características particulares de cada enfermo, lo que tendrá un impacto directo en la calidad de vida de los pacientes y también en el uso más racional de los recursos del sistema de salud”.
Finalmente, indicó que la presencia en Holguín de los profesores John Anthony Hardy, jefe de la cátedra de Biología Molecular de Enfermedades Neurodegenerativas en el Instituto de Neurología del Colegio Universitario de Londres; Henry James Houlden, jefe del Laboratorio de Neurogenética del Departamento de Enfermedades Neuromusculares perteneciente al Instituto de Neurología del Colegio Universitario de Londres; Sigurlaug Sveinbjornsdottir, neuróloga consultante en el Servicio Nacional de Salud en Essex y Anupriya Dalmia, especialista en Bioinformática, forma parte de un proyecto nacional aprobado por el Ministerio de Salud Pública de Cuba que, sin dudas, va aportar mucha información válida para el futuro desarrollo de ensayos clínicos, también, para el diseño de terapias, todo lo que consolida un vínculo en materia de la neurociencia.
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