Cambiar el factor de coincidencia
- Por Yani Martínez Peña
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Fotos: Perfil de la UNE en X
En los últimos tiempos, las noticias difundidas por los medios de comunicación relacionadas con las dificultades en la generación eléctrica, la planificación de los apagones y las roturas en las termoeléctricas han hecho que el Sistema Electroenergético Nacional (SEN) se perciba por la población de manera limitada; pero lo cierto es que este Sistema es mucho más que eso, y sus demás componentes no escapan a los efectos de la crisis.
En la generación, la primera fase del proceso, es en la que se ubican las termoeléctricas, los grupos electrógenos, los parques solares fotovoltaicos y demás; cuando la electricidad generada sale de aquí va a las subestaciones y de ahí se traslada por las líneas hasta los transformadores desde los que llega la energía a nuestros hogares.
Actualmente, las limitaciones con el financiamiento obligan a priorizar la generación, tanto en la reparación de las termoeléctricas como en la compra de combustibles, por lo que el resto del sistema queda desprotegido financieramente para su mantenimiento. En lo que va de año, de las 41 líneas que hay en la provincia solo ha sido posible dar mantenimiento a dos y realizar la poda en el 79 por ciento de los 141 circuitos existentes, precisó Fabián Vega Genicio, director técnico de la Empresa Eléctrica Provincial en Holguín.
Aunque la lista de elementos que intervienen en la trasmisión de la energía es larga e incluye por ejemplo conductores, postes, herrajes, la población siempre se familiariza más con los transformadores y son precisamente estos los que están sufriendo de manera directa los efectos de la actual crisis energética y, por consiguiente, causando afectaciones en el servicio que se adicionan a las ocasionadas por el déficit de generación.
En lo que va de año, en la provincia han explotado 187 transformadores, aproximadamente 50 más que en igual etapa del año anterior, entre las causas que más han incidido se encuentran los cortocircuitos externos en 43 casos; las fallas internas, generalmente asociadas a la falta de mantenimiento, en 25 casos; y 27 por sobrecarga, una causa que va en ascenso exponencial (en 2024, hasta el mes de mayo, solo cuatro habían sido afectados por esta causa) de ahí la preocupación de los especialistas y la población.
La mayoría de estas explosiones por sobrecarga se han producido al restituirse el servicio eléctrico en un circuito, luego del apagón, momento en el que ocurre el fenómeno conocido como carga fría o factor de coincidencia generado por el encendido simultáneo de todos los equipos eléctricos en los hogares e instituciones conectados a un mismo transformador.
Explica Vega Genicio que un transformador de 50 kVA (el que tenemos habitualmente en nuestros barrios), con 50 viviendas conectadas, se mantenía normalmente operando al 80 por ciento de la carga. Hoy, cuando llega la corriente y se produce la coincidencia, se pone en algunos casos hasta el 200 por ciento, es decir que los 50 kVA instalados pueden llegar hasta 95 o 100 kVA como sucedió hace poco en el reparto Peralta, en dependencia del nivel de vida del barrio que sea. En el circuito del centro de la ciudad de Holguín, por ejemplo, un transformador de 50 kVA se comporta al 180 por ciento o 190 por ciento.
Los transformadores en uso actualmente promedian 14 o 15 años de explotación y han podido recibir muy poco y en algunos casos ningún mantenimiento, por lo que este fenómeno, que en las condiciones actuales ocurre con mucha frecuencia, va deteriorando el aislamiento interno hasta que los hace explotar.
El asunto se complejiza cuando se añade que, desde hace algún tiempo, en la provincia no existen reservas para la reposición de estos medios, ya que el ritmo de afectaciones actualmente es muy superior a la producción o reparación de los mismos, que solo se realiza en la Fábrica de Transformadores Latino, ubicada en la Capital.
Esta situación ha provocado que, con el objetivo de proteger el servicio a la población, una premisa en el trabajo de la Unión Eléctrica, a pesar de las difíciles circunstancias que enfrenta; se les retire el medio a las entidades estatales, con la consiguiente afectación que esta “solución” ocasiona a la producción y los servicios en aquellas unidades u organismos afectados.
Al respecto, los datos son elocuentes: al cierre de abril, la Empresa Eléctrica de Holguín le debe a los diferentes sectores de la economía 357 transformadores, siendo organismos como la Agricultura (80), el Minal (24) y Azcuba (17) los más afectados; aunque es válido aclarar que no en todos los casos, las causas responden a reposición en el sector residencial.
Otra alternativa ha sido puentear transformadores de comunidades con baja densidad poblacional, y menor índice de consumo, lo que ocasiona limitaciones en el servicio como bajo voltaje o disminución de la vida útil de estos medios, que ya suman 181 operando en estas condiciones en la provincia.
Ante un panorama tan complejo, ¿de qué manera puede la población cooperar para evitar que el número de transformadores averiados continúe creciendo?
“Es muy difícil explicarle a la población, que lleva diez o más horas de apagón, como ha estado ocurriendo en algunos municipios, y tratar de concientizarlos en que ahorren cuando llegue la corriente, porque se juntan todas las necesidades domésticas para resolverlas en un lapso menor de tiempo sumado a que los equipos automáticos como los de refrigeración y clima inician su proceso de enfriamiento que es cuando más consumen”, admite Fabián Vega Genicio.
Sin embargo, solo el actuar consciente de los usuarios, en las circunstancias actuales, podrá ayudar a disminuir en lo posible el impacto negativo de este factor. La primera medida necesaria es no dejar los equipos conectados cuando no hay corriente, de manera que cuando llegue no arranquen todos a la vez, otra medida es escalonar las tareas en el tiempo en que se cuenta con el servicio y desplazar las de mayor consumo hasta pasada una hora después de que llega la corriente para permitir que la curva de consumo se estabilice.
Adicionalmente, refiere el especialista, se ha detectado una situación en la ciudad de Holguín cuya erradicación de manera consciente también puede ayudar a disminuir estos hechos.
“Debido a las modificaciones realizadas a la distribución de circuitos y bloques para favorecer las comunicaciones, quedaron circuitos colindantes en diferentes bloques de apagón, lo que ha traído consigo que, en gesto solidario pero sin medir sus consecuencias, los vecinos se pasen la corriente con soluciones domésticas de un circuito a otro, sobrecargando así los transformadores al modificar la cantidad habitual de viviendas y por consiguiente el nivel de consumo para el que están instalados”, las estadísticas demuestran que entre los transformadores averiados en el último periodo, esta ha sido una de las causas identificadas.
La situación que se enfrenta hoy con los transformadores no es exclusiva de Holguín y ante sus consecuencias, la UNE y la Empresa Eléctrica Provincial no están inmóviles, en la actualidad se gestionan los insumos necesarios para reactivar la producción de estos medios; mientras, en la Fábrica Latino se ha creado una línea exclusiva para la recuperación de partes y piezas de los dañados y poner de alta todos los que tengan las condiciones para ello; sin embargo, la cooperación de la población es indispensable a sabiendas de que, si no se contribuye a su cuidado, las consecuencias pueden ser más horas de apagón. Actualmente el promedio de tiempo de respuesta para este tipo de interrupciones supera las 24 horas, con barrios que han estado hasta ocho días sin servicio.
Como reconoció durante la entrevista Fabián Vega Genicio, cada vez resulta más difícil pedirle a la población que ahorre o coopere de alguna manera en temas de energía eléctrica; mas, la historia demuestra que el pueblo cubano siempre que se le explican los hechos con argumentos y transparencia responde de la manera en que se necesita. Ahora es tiempo de cambiar el factor de coincidencia, para que este sea la unidad y disciplina, por el bien de todos.