Mejor que ser príncipe: ser Bruno

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Bruno donaciones1Foto: Alexis del Toro

“Si no ayudamos a los demás, no tenemos valores propios”, asegura Bruno Romero Ochoa al referirse a la solidaridad, uno de los principios que defiende a capa y espada, pues brindar apoyo a quienes lo necesitan ha sido una constante desde su niñez.

Motivado por tal premisa, este joven estudiante de técnico medio en Construcción Civil decidió orquestar una iniciativa diferente, convencido de que pequeñas acciones pueden marcar la diferencia en la vida de muchas personas.

Así surgió el proyecto de ayuda Donaciones B06, hace alrededor de dos años, para regalar esperanza en distintas partes de Holguín y confirmar el valor de muchos héroes anónimos, que transitan a diario por sus calles, prestos a apoyar donde sea necesario.

La idea llegó a raíz de las visitas de Bruno al municipio de Sagua de Tánamo, territorio del este holguinero, donde siempre le aguardan varios parientes. Al advertir la necesidad de otros, supo que quedarse cruzado de brazos no era una opción.

“Vi las situaciones complicadas por las que atraviesan algunas personas, sobre todo en zonas más intrincadas del Plan Turquino, y me dije que tenía que formar un grupo para ayudarles de alguna forma. Allí el acceso es difícil para sus habitantes.

“Mi familia fue mi principal motor impulsor, desde el minuto uno. En un primer momento hicimos recogidas de ropa y medicamentos entre los vecinos de la localidad, luego se fue corriendo la voz y la idea de que las cosas usadas tienen valor para los más necesitados.

“A veces, tenemos artículos en nuestros hogares que no utilizamos y en otras casas les pueden dar una nueva oportunidad. Entre los territorios a los que hemos llegado, además de Sagua, se encuentran los municipios de Rafael Freyre, Gibara y Holguín, y tenemos la proyección de continuar creciendo”.

La del nombre fue una historia curiosa, según explica Bruno, pero las circunstancias y la numerología supieron confluir de forma eficaz, para plasmar la esencia de aquel nuevo comienzo. El trabajo conjunto, según explica, ha sido esencial.

“Al principio, quizá por la propia inexperiencia, decidí nombrarlo con la inicial de mi nombre y los últimos dos números de mi año de nacimiento; sin embargo, al poco tiempo quise dotarlo de un nuevo significado, pues no fue creado para enfocarse en mi persona. Es un proyecto de equipo y merecía una visión más general.

“Estuvimos investigando en libros, las redes sociales e Internet y descubrimos que el número 6 se relaciona con el equilibrio, las acciones en conjunto y la familiaridad, y finalmente se ajustaba bien a lo que hacemos”, confiesa entre risas.

El apoyo ha ido en aumento y, en consecuencia, las acciones lideradas por este impetuoso joven, que ve en cada molino de viento una nueva oportunidad para demostrarle al mundo la importancia de la tenacidad, si se quiere alcanzar cualquier meta.

“Hemos incorporado el reparto de comida para los amigos de la calle, que son las personas con conducta deambulante. También están las ferias del libro, una vez al mes, con el apoyo de la escritora Ana Ramos y la Asociación Hermanos Saíz, para recaudar fondos y ayudar a los niños del Hospital Pediátrico.

“Hacemos actividades en barrios vulnerables y en el mes de marzo, por ejemplo, llegamos con nuestra feria B06 al poblado de Cayo Cedro, en Cacocum. El principal motivo fue llevar alegría a los niños, con diferentes números culturales, payasos y regalos.

“Hay que reconocer el apoyo recibido por instituciones estatales, proyectos y emprendimientos, cuya ayuda ha sido fundamental durante todo este tiempo para incentivar nuestras acciones”.

No faltaron los cuestionamientos, por parte de aquellos que encasillan a los jóvenes como seres inmaduros y volátiles. Para algunos, era inconcebible el hecho de que un menor de edad se enrolara en su propia misión personal, pero Bruno no se detuvo.

“Me ha tocado lidiar con actitudes negativas, motivadas por la desconfianza debido a mi edad. Me han rechazado a mí y al proyecto, cerrándome las puertas en algunos espacios.

“La vida me ha enseñado que debo llevarme por las opiniones constructivas, para nutrirme de criterios que realmente aporten. Hacer lo que hago me hace feliz cada día, pues compartir lo que tenemos de forma desinteresada es fundamental en esta época difícil”.

Entre tantas responsabilidades, el joven valora el papel de una buena organización para no afectar sus actividades docentes. Sabe de la importancia de aprovechar esta etapa y a la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) le debe no pocas alegrías.

“Siempre he mantenido una participación activa en mis centros de estudios y me he desarrollado en la FEEM, hasta ocupar la actual responsabilidad como secretario provincial de la Enseñanza Técnica y Profesional.

“Ser dirigente estudiantil es muy importante en estos tiempos y conducir a mis compañeros por los caminos de la organización me ha permitido demostrar la importancia de la enseñanza técnica en el país.

“Con el proyecto nos mantenemos en constante creación y ha sido un poco complicado, con tantas cosas por hacer, pero logro sacar tiempo para todo”.

Bruno planea continuar sus estudios como arquitecto, pues es un auténtico apasionado del dibujo y el diseño, pero confiesa que su sueño es poder desarrollarse en esferas comunicacionales, sin dejar de lado el proyecto al que entrega todas sus energías.

“Disfruto explorar nuevos lugares, la naturaleza y aprender. La edición y el diseño me gustan mucho y en algún momento he pensado en ser periodista. La vida me ofreció otro camino, que sin dudas me gusta, pero también es una meta entrar al mundo de la comunicación”.

Este joven es la muestra de que, si prima la voluntad, es posible lograr grandes resultados. Su sencillez innata y sentido del deber confirman lo expresado por José Martí, cuya obra es guía universal: “Eso es mejor que ser príncipe: ser útil”.

“Creo que lo principal es tener buen corazón, pues si no somos empáticos, no seremos capaces de conocer las situaciones de los demás y aquello que los afecta. La juventud de Holguín no está perdida y, si trabajamos en equipo con una visión solidaria, podemos lograr grandes cosas”.


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