En Punta de Silencio mercenarios tuvieron otra gran derrota hace 54 años
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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Del 17 al 26 de abril de 1970 se combatió contra una banda contrarrevolucionaria financiada por la CIA y Alpha 66, que desembarcara por Punta de Silencio en Baracoa, lo que ha pasado a la historia como el Girón de Maisí.
A 54 años de aquel acontecimiento, Miguel Cano Blanco, quien en ese periodo era miembro del Buró del Partido en la antigua provincia de Oriente y delegado de la Región de Baracoa, recuerda que “en la madrugada del día 17 de abril se produjo la entrada del grupo de mercenarios, cuyo principal objetivo era atentar contra objetivos económicos y, en específico, dañar la marcha de la zafra de los 10 millones de toneladas de azúcar, en la cual estaba inmerso todo el país.
“Inmediatamente que penetraron los contrarrevolucionarios tocaron con las postas de un puesto de guardafronteras, donde fueron capturados dos. El resto entró por el Cañón del río Yumirí a adentrase hacia la zona de Gran Tierra en Baracoa.
“En esta operación participaron más de 3 mil compañeros de distintas unidades de la región militar y la frontera, dirigidos todos por el compañero Raúl Enrique Menéndez Tomassevich, conocido por Tomás y quien fuera fundador de la lucha contra bandidos en el naciente ejército de Las Villas en la región central”.

Como si estuviera caminando ahora por aquellos enrevesados lugares, Cano apunta que en los combates del cerco y entrecerco que se le tendieron a los mercenarios fue donde cayeron en combate cinco valientes cubanos, todos muy jóvenes: el primer teniente Ramón Guevara Montano, de 28 años de edad y jefe político de la Lucha Contra Bandidos (LCB) en Baracoa; el soldado Luis de la Rosa Cayama, de 20, campesino y miembro de la brigada de la frontera; el miliciano Ovidio Hernández, de 24; José Sánchez de 24 años y Evelio Marzo, de 33, los tres últimos de Gran Tierra Baracoa.

“Hasta Sabana de Gran Tierra fue el Comandante en Jefe Fidel el 19 de abril acompañado de Guillermo García Frías, Ramiro Valdés y Papito Serguera. Él entró a la zona de operaciones para llegar al puesto de mando, donde Tomassevich lo informó, paso a paso, la infiltración, qué estaba sucediendo en esos momentos cuando faltaba por capturar a tres de los infiltrados, a lo cual el Líder de la Revolución dio un plazo de 72 horas para detener y acabar la acción.
“Fidel no se retiró de allí sin antes participar y despedir en el funeral de los caídos, que se hizo en los almacenes de café de la zona de Gran Tierra.
Esa misma noche, ya tarde, fueron depositados los cadáveres en el cementerio de la localidad”.
Significó que esta infiltración enemiga fue la última de las 10 o 12 ocurridas por Baracoa en esos primeros años de la Revolución. “Todas fueron liquidadas en pocas horas, por jóvenes combatientes y hombres humildes de ese pueblo trabajador”.

El 26 de abril, hace exactamente 54 años, se hicieron las conclusiones de la operación Punta de Silencio, en un lugar llamado Mandinga, donde había un secadero de café y una planta de tratamiento para ese grano.
“Quizás ese grupito pensó rememorar la invasión fracasada y derrotada de Girón, pero como en 1961 recibieron la respuesta que merecían y nuestro Comandante invicto volvió a estar junto a los hijos más humildes del pueblo cubano, obreros y campesinos, defendiendo el suelo Patrio”.