Hombre de altura

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HombreH1Juan Manuel Céspedes Calzadilla. Foto: Del autor

Cuando todavía no levantaba tres cuartas del suelo, Juan Manuel Céspedes Calzadilla ya sentía especial inclinación por las alturas. Aquella preferencia encendía las alarmas en sus parientes cercanos, por los peligros que acarreaba, pero el pequeño la traía incorporada en su ADN, como digna herencia de su progenitor.

“Mi papá trabajaba en las alturas, como jefe de brigada de construcción y montaje, y siempre me llamó la atención lo que él hacía. La adrenalina me encanta, desde chiquito”.

Un accidente laboral le robó la vida a su padre demasiado pronto. Sus cercanos rogaban porque ese triste hecho lo persuadiera para modificar sus proyecciones futuras, pero al actual jefe de brigada de torreros de la Empresa Radiocuba en Holguín nada lo apartaría de su destino. La partida de su principal referente fue un motivo de peso para nunca rendirse.

Las circunstancias lo llevaron a formarse como técnico medio en Sistemas Eléctricos y especialista en Mantenimiento a Termoeléctricas, pero, llegado un punto, se dio cuenta de que su puesto de trabajo soñado lo encontraría a unos cuantos metros por encima de lo que usualmente tocaban sus pies. Por eso llegó a Radiocuba.

HombreFotoHH 21Foto: Tomada de Facebook

“A la empresa llegué en el 2008. Tuve que pasar algunos cursos, en Bayamo y La Habana. Cuando inicié como adiestrado no sabía absolutamente nada y creía que subirse a una torre era un juego, al igual que las alturas. No tardé en darme cuenta de lo serio que era aquello, pues cada vez que trabajamos nos jugamos la vida.

“Los torreros somos un pilar central en esta institución, pues nuestra labor permite que las transmisiones de radio y televisión salgan al aire. Requiere de gran experticia montar sistemas de transmisiones, torres de 35 a 300 metros de altura, sistemas de transmisión de antenas, recepciones o sistemas satelitales”.

En sus 15 años de trabajo Céspedes, como es conocido por la mayoría, acumula múltiples experiencias, que lo han hecho crecer y desarrollarse en el ámbito profesional y personal.Su desempeño luego de desastres naturales, en diferentes partes de Cuba, y su participación en momentos claves para las transmisiones radiotelevisivas han forjado su carácter y consolidado su sentido del deber.

“Recuerdo cuando estábamos inmersos en montar la televisión digital en Holguín, con el canal 39, en la punta de la torre de la Loma de la Cruz. Esa tiene 136 metros de altura, y se debía establecer allí para que alcanzara a la mayor cantidad de pobladores.

“Antes de eso montamos, allí mismo, la señal del canal Multivisión. En esa ocasión, tuvimos que hacer un cambio de distribuidor, una tarea para nada sencilla: estuve casi seis horas seguidas apoyado en un solo pie, pues el otro no cabía. Junto a mí estaba un compañero.

“Él bajó primero y me conectó a la línea de vida. Cuando fui a bajar el brazo derecho se me “encogió”, por definir aquello de alguna forma, y gracias a que estaba mi compañero hoy estoy aquí. El trabajo en equipo significa salvarse mutuamente.

“El peligro no me asusta, pues la satisfacción de hacer bien mi función lo compensa todo. Cuando camino por diferentes partes de Holguín y escucho en alguna casa el sonido de un televisor o un radio, siento que todo valió la pena”.

HombreFoto 31Foto: Cortesía del entrevistado

Céspedes explica que no abundan los torreros en el país, lo que significa desempeñar su función en cualquier parte de la Isla donde sea necesario. Es innegable la importancia de ese puesto, pero admite que no es compatible con cualquier persona.

“Pienso que muchos jóvenes no están dispuestos a arriesgar sus vidas, a varios metros de altura. Además, pueden encontrar ofertas más atractivas, desde el punto de vista económico, y sin el añadido de la peligrosidad. Es una decisión que se debe respetar, porque para esto hay que nacer, pero se les debería hablar más de en qué consiste y la importancia que tiene lo que hacemos.

“En el tiempo de trabajo que llevo, muy corto comparado con el que acumulan valiosos compañeros, para mí lo que hago es la vida misma. Siempre me gusta desempeñarme en la altura, por encima del terreno o superficies planas.

“Cuando estoy en lo alto me siento útil y considero que le estoy haciendo un homenaje a mi padre, porque sé que a él le hubiera gustado ejercer por mucho tiempo la profesión que la vida puso en mi camino. Sin dudas, lo llevo en la sangre”.

Si bien estar en óptimo estado físico es importante para ser torrero, Céspedes asegura que hay dos elementos imprescindibles: “deseos de trabajar y un gran corazón, que te permita solucionar los problemas y enfrentar cualquier temor o duda”.

¿Miedo? Asegura no sentirlo, pues con los medios de protección y las medidas adecuadas no tienen por qué ocurrir accidentes. Solo algo lo atemoriza, y tiene mucho que ver con su marcada responsabilidad: “mi único miedo es no ser capaz de cumplir con la tarea asignada, todo lo demás es secundario”.

hombre4Foto 4: Tomada de Facebook

“No podemos trabajar por trabajar, se impone dejar un mensaje en todo lo que hagamos. Constantemente, debemos dar la mejor versión de nosotros mismos en nuestros centros laborales, por muy difíciles que sean los tiempos”.

Al hablar de Radiocuba, la empresa que le abrió las puertas para cumplir su sueño, sus ojos se iluminan con un brillo singular. Allí tiene amigos, que considera familia, y el firme compromiso de llevar las señales de transmisión, a todo aquel cubano que las necesite, sin importar las circunstancias o las limitaciones.

“Cuando salgo de mi casa durante varias semanas, por motivos de trabajo, el equipo al que pertenezco se convierte en mi familia. Por lo general, pasamos la mayor parte del tiempo juntos.

“En la Empresa todos somos muy unidos y seguiré en Radiocuba hasta que la vida me lo permita. La emoción que me provoca saber que estoy haciendo bien mi trabajo en lo alto de una torre, no se compara con nada”.

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