Una vida en función del servicio de electricidad
- Por Maribel Flamand Sánchez
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Si los ojos son el reflejo del alma entonces es fácil advertir la pasión de Eulices Font García por la entidad a la que dedicó 40 de sus 48 años laborales. Hace cinco años se acogió a la jubilación, sin embargo, todavía el rostro se le ilumina todo cuando habla de sus lazos con la Empresa Eléctrica de Holguín.
Recientemente volvió al teatro de la entidad donde recibió varios de los diplomas que lo distinguieron como trabajador Vanguardia y Destacado, esta vez, para ser reconocido con el certificado Por la Obra de la Vida, a propósito de la jornada de celebraciones por el Día del Trabajador Eléctrico, el 14 próximo.
"Es resultado, dijo, del trabajo responsable, consagrado, del compromiso asumido ante cada tarea asignada y en la labor diaria".
Se desempeñó como técnico electrónico en comunicaciones y jefe de este taller: " Para operar el sistema eléctrico se necesitan de las comunicaciones por radio. El transporte técnico, las subestaciones, los despachos se comunican a través de radio y nuestro taller es responsable del mantenimiento y reparación de ese equipamiento.
"Los carros de guardia, por ejemplo, no necesitan venir al despacho para recibir indicaciones o atender los reportes de la población, desde donde estén reciben las orientaciones por radio".
La historia de la Empresa Eléctrica aquí está ligada a sus orígenes en el sector, al respecto cuenta: " Llegué en el año 78 con ocho años de servicio anterior, cinco en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y tres en Educación.
"Entonces este edificio no existía, la entidad radicaba en el centro de operaciones. En el año 1976 existía una sola organización para todo el Oriente, los talleres de mantenimiento, transporte y comunicaciones radicaban en Santiago de Cuba.
"A raíz de la division político-administrativa, en el 1976, se crean los grupos Oriente Norte para atender a Holguín y Las Tunas con sede aquí, y Oriente Sur para Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, en la Ciudad Héroe.
"La primera continuó un tiempo atendida por Santiago hasta que se vio en la necesidad de formar a su personal técnico, pusieron las plazas convocadas en el periódico, fue así como me enteré y vine. Dije que sabía de electrónica, pero no tenía título, era autodidacta, aprendí durante el servicio militar, trabajando en un laboratorio.
"Me mandaron a Santiago de Cuba para evaluarme y regresé siendo mecánico C, a los seis meses volví a calificarme y alcancé la letra B y al año ascendí a A. Pero antes fui maestro de matemáticas en la secundaria básica Antonio Maceo.
Cuando salí del servicio militar, por los años 1975 o 1976 estaba sin trabajo, hacían falta maestros y como tenía 12 grados pasé un intensivo de 45 días, permanecí tres años en Educación.
"En el año 2000, cuando la institución entró en perfeccionamiento, el consejo de dirección hizo una dispensa para que ocupara una plaza de técnico superior, teniendo en cuenta mis años de servicio y la experiencia adquirida.
"El trabajo en el taller fue a la par con la membresía en el Comité Municipal del Partido en Holguín entre el 1987 y el 1993, fui secretario del núcleo de la empresa durante varios años y fundé el Comité del Partido aquí".
Hablamos de momentos significativos: "Siempre que pasa un fenómeno meteorológico la intensidad del trabajo aumenta por los daños que causa, me tocó trasladarme hacia los municipios de Mayarí, Antilla y otros, pero los sucesos que más me marcaron fueron los vividos en el 2016, cuando el huracán Matthew arrancó el puente sobre el río Toa en Baracoa y afectó seriamente las líneas.
"Se constituyó un contingente y nos mudamos para allá, atendimos tres consejos populares de Guantánamo que quedaron separados de ese territorio por la rotura del puente.
"Restituimos las líneas eléctricas en Santa María, Nibujón, en toda esa zona hasta las laderas del Toa, fueron 15 días de mucha actividad".
Sobre como le va después de pasar al descanso reglamentado por la edad, asegura: "Toda mi vida la dediqué a este lugar, atendí las comunicaciones desde Calixto García hasta Moa, pero me siento bien atendido por los compañeros, mire ahora el gran reconocimiento que me hacen".
Sonríe, la satisfacción permanece en su rostro, agradece la entrevista y se pierde en sus recuerdos, se sabe parte de la historia de una entidad vital para la economía y la sociedad.