Actualizan protocolo nacional contra la COVID-19
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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Foto: Minrex.gob.cu
La última versión del protocolo de actuación nacional para la COVID-19 aclara principales cambios producidos en la conducta ante la enfermedad, a partir de investigaciones realizadas en las principales categorías de riesgo sobre las que se debe actuar para evitar complicaciones.
De acuerdo con documento del Ministerio de Salud Pública (Minsap) las nuevas adecuaciones persiguen, como objetivo esencial, “evitar la transición a la gravedad y/o muerte”, por lo cual resulta imprescindible estratificar el riesgo de llegar a esos estadios a personas de los grupos identificados entre los más vulnerables dentro de los sospechosos y confirmados.
Como aspecto fundamental en proceso de identificación de pacientes están las actividades de pesquisa activa, a cumplimentar de forma diaria en las zonas de riesgo, grupos vulnerables, así como, en centros escolares y laborales, mientras que al resto de la población, que se mantiene en el hogar, el personal sanitario debe visitarla en el transcurso de la semana para conocer su estado.
Además, hay medidas preventivas muy bien delimitadas para los vulnerables en Centros Médicos Psicopedagógicos y de Protección Social, así como en Hogares de Ancianos y Maternos, todos los que al tiempo que son cubiertos con determinados tratamientos médicos protectores, son aislados para evitar contagios.
La clasificación de los casos sospechosos de acuerdo con el riesgo y severidad de los síntomas, así como los confirmados se clasifican en dos grupos: paciente de bajo riesgo (BR) que agrupa a los menores de 65 años sin comorbilidades y el de alto riesgo (AR), que son aquellos de menos de 65 años con determinadas patología y los de más de esa edad, con o sin una o más enfermedades de base o trastornos, como la obesidad, hipertensión arterial no controlada, problemas renales, cardiopatía isquémica, diabetes mellitus, cáncer, obstrucción pulmonar crónica, entre otras patologías.
Los casos son clasificados de acuerdo con la severidad de los síntomas o signos, por ejemplo, como leve están considerados: fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, ligera cefalea, malestar general; en moderado se incluyen, además, de esos los cambios leves en el Rayos X o ecografía pulmonar, saturación de oxígeno mayor o igual al 90 por ciento; el grave se agrega el infiltrado/condensación Rayos X o ecografía pulmonar, saturación de oxígeno menor que 90 por ciento o que requiera ventilación artificial mecánica y el crítico presenta síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), sepsis o shock séptico.
La experiencia acumulada ya por especialistas cubanos en el tratamiento de pacientes con COVID-19 lleva al consenso de que aquellos con enfermedades crónicas, son más propensos a las complicaciones, por eso es fundamental que los casos con estos problemas de salud se les garantice atención a sus padecimientos y explorar su grado de control, lo que contribuirá al éxito del tratamiento para la COVID-19.
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