Cubano por voluntad
- Por Susana Guerrero Fuentes
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Cuando el concepto de patria supera los vínculos geográficos y la solidaridad trasciende fronteras, nacen historias como la de Rosendo Guijarro Merino.
Originario de un pueblo rural de Andalucía, hijo de una familia tradicional y laboriosa, creció en la España de la posguerra, la España de la dictadura de Francisco Franco.
Aunque a los 11 años de edad su familia decide trasladarse a Barcelona, desde niño pudo observar la pobreza de cerca en el lugar donde nació. También desde muy joven escuchó hablar de Cuba, de Fidel y de la Revolución socialista. A partir de ese momento se propuso conocerla en persona.
Se considera una persona de izquierdas desde que tiene consciencia política y su accionar en España siempre estuvo dirigido en ese sentido. Es electricista de profesión y tras mucho sacrificio llegó a convertirse en Maestro Industrial; trabajaba en una empresa de montaje de grupos electrógenos, Electra Molins, en la ciudad de Sant Vincenc dels Horts cuando su camino se cruza indisolublemente con Cuba.
“Mi primer contacto con un cubano fue en el año 1992, en los días que se celebraban las Olimpiadas de Barcelona. El alcalde titular de Sant Vincenc dels Horts se fue a las Olimpiadas y yo fui alcalde temporal durante 15 días. Una orquesta llamada Caribe Nibor, de Holguín, estaba en ese año por allá haciendo actividades musicales. Desde el primer día conectamos muy bien y a partir de entonces estoy con Cuba, mi vida es Cuba.”
Rosendo comenta con orgullo el gran espectáculo cultural que organizó junto a la agrupación holguinera en un polideportivo de la ciudad como ayuda solidaria para Cuba.
En esa ocasión colaboraron con Defensen Cuba, plataforma de unidad de todos los grupos de solidaridad de Cataluña, y consiguieron que el público colmara la instalación. “Recaudamos alrededor de 10 mil dólares, que se donaron para un proyecto destinado a obtener leche en polvo para los niños en Cuba. Fue una actividad fenomenal, por lo grande, por lo bonito y la buena acogida de la gente.”
Al año siguiente, Rosendo logra pisar tierra cubana por primera vez. En respuesta a la invitación de los músicos de Caribe Nibor decide conocer la Ciudad Cubana de los Parques.
“Estuve una semana en Holguín observando la situación, en pleno período especial, todos los establecimientos estaban vacíos, la situación que vi en el ʻ93 era durísima.
“Volví con el ánimo de ʻtenemos que hacer algo por Cuba, pero tenemos que hacerlo ahoraʼ. Entonces levantamos un grupo bastante fuerte en Sant Vicenc dels Hort. Durante 10 años que estuve de concejal, de1993 a 2003, me dediqué a fomentar la solidaridad con Cuba desde los ayuntamientos de Barcelona. Traje como seis o siete alcaldes que hermanaron sus municipios con los de Holguín. El primero fue el nuestro - Sant Vincenc dels Horts-con Banes en el ʻ94.
“Eso nos permitía hacer proyectos de ayuda. Poníamos una pequeña cantidad de dinero, buscábamos en el gobierno provincial de Barcelona suplementarlo e hicimos infinidad de proyectos en Banes durante esos 10 años. Gracias al resto de hermanamientos se hizo también un trabajo magnífico en Gibara, Mayarí, Urbano Noris, Antilla, con los asuntos del agua, del alumbrado, las escuelas, los hospitales, las calles.
“Hacíamos dos viajes anuales, traíamos alcaldes o concejales, estábamos en el pueblo, íbamos a los sindicatos, a las cooperativas, hacíamos una fiesta y nos asaban un cochino, era algo muy especial. Le llamábamos turismo social, no era de hotel y playa, sino de relaciones con la gente, se hacían muchas amistades y hasta salieron matrimonios.
“Fueron 10 años que, desde distintos ámbitos, hicimos un trabajo impagable, humano, político, social, de ayuda material y de proyección nacional. Fuimos el municipio que más ayuda mandó para Cuba en esos años. Le ganamos a la provincia de La Habana, allí tenían varios funcionarios y al final me venían a buscar a mí y a preguntarme cómo lo hacía, cómo sacaba tanto.”
Además de comprometerse con las actividades de solidaridad, desarrollaron un amplio movimiento de intercambio cultural que permitió a artistas holguineros como el grupo Codanza y al Teatro Lírico actuar en España. De igual forma, Rosendo y las personas a quienes convocaba en su país de origen participaban activamente en la Fiesta de la Cultura Iberoamericana y recuerdan con particular añoranza la edición de 1996, dedicada a Cataluña.
“Trajimos un avión completo desde Sant Vicenc a Holguín con 227 personas, artistas, familiares, amigos. No se ha vuelto a repetir, pero aquello fue sensacional, fuimos a Santiago de Cuba, a Cayo Saetía, a Gibara. Una semana entera haciendo actividades y visitas. En los hoteles Pernik y El Bosque se hizo la despedida y la gente estaba llorando.”
Cuando el país se vio envuelto en la Batalla de Ideas por el regreso de Elián González, Rosendo se incorporó en apoyo a la causa y unos años después continuó al lado de los cubanos y los holguineros como delegado en los Coloquios Internacionales por la Liberación de los Cinco Héroes.
Como integrante del movimiento de solidaridad con Cuba mantiene excelentes relaciones con la delegación provincial del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) y brinda su disposición para participar en las actividades que convoca. Próxima a cumplir su aniversario 60, Rosendo considera invaluable el aporte de esta organización para la cooperación entre los pueblos y en defensa de las causas nobles del mundo.
Desde 2005, el español escogió la ciudad holguinera para disfrutar su jubilación. Aquí se casó y ha establecido un hogar junto a su esposa.
“Las grandes ciudades no me gustan, las relaciones humanas se pierden. Aquí todos me conocen, dicen ʻel gallegoʼ y ya saben que soy yo, aunque no soy gallego, soy andaluz – ríe- Se puede ir a casi todos los lugares caminando, con una bicicleta en un rato voy para aquí y para allá.
Le satisface la tranquilidad de la ciudad, la calidez y sencillez de su gente. Reconoce los problemas que enfrenta Cuba actualmente y repudia el asedio constante al que está sometida. Ansía ver la economía del país crecer pronto, pues considera que, sin las trabas impuestas por el bloqueo, tiene todas las capacidades para desarrollarse gracias a su capital humano.
“Cuba sigue siendo un modelo para todo el mundo, un modelo de independencia, de respeto, de salud y educación gratis para todos, con mucha cultura, que es una base mínima para que la gente se pueda desarrollar.
“Todos los que han venido una vez siguen viniendo, quedan impresionados y enamorados para toda la vida. Soy cubano por voluntad, no de casualidad por haber nacido aquí, sino porque yo quiero vivir aquí y espero vivir aquí hasta que me muera.”