Hasta el último inning con Paquito Martínez
- Por Flabio Gutiérrez Delgado
- Hits: 2968

Los Cachorros de Holguín iniciaron la edición 60 de la Serie Nacional de Béisbol (SNB) con más incertidumbres que pelotas para entrenar, debido a las importantes ausencias que mostraban en la nómina, que por primera vez, dirigía Francisco Martínez Sánchez, un experimentado técnico que debutó esta temporada como director en estas lides.
Para analizar los resultados del elenco de Holguín profundizamos en el proceso de preparación y desarrollo de la competencia del equipo, en estrecho diálogo con su director Paquito Martínez.
Fue una temporada atípica para todos los equipos. ¿Qué le hubiera gustado hacer en la preparación, que no se hizo, bajo las condiciones impuestas por la COVID-19?
Sin dudas, fue una etapa atípica. Tuvimos diez semanas de preparación, fue interrumpida por la COVID-19 y después trabajamos en seis semanas. Este último periodo fue parejo para todos los equipos, pero es necesario destacar que hay selecciones con peloteros establecidos, que tienen maestría deportiva, como son los casos de Granma, Matanzas e Industriales, los cuales no requieren de una etapa larga de preparación, sin embargo, nosotros sí debemos de prepararnos en 13 o 14 semanas como siempre se ha hecho.
Me hubiera gustado en la preparación tener la oportunidad de verificar los objetivos que nos trazamos, algo que no se pudo hacer con topes ante otros equipos, por la situación de la pandemia y por el corto tiempo de alistamiento.
Como ha sido un año atípico, también resultó diferente la Serie Provincial de Béisbol (SPB). Para esta competencia tuvimos dos decisiones, reunir a 80 atletas, los mejores de cada municipio y de ahí sacar una preselección o realizar la SPB.
Tiene que ver de cierta manera con el resultado. Nosotros comenzamos bien, estuvimos en el cuarto y séptimo lugar en el primer tercio. En Matanzas se lesionó Jorge Luis Peña, con aquel traumático pelotazo en el rostro, Oscar López no pudo jugar más porque debe ser intervenido quirúrgicamente en su rodilla derecha, todo esto motivó a hacer cambios en la alineación.
El área del pitcheo estaba planificada que fuera nuestra fortaleza, sin embargo, desde la primera etapa tuvimos que aplicar variantes con los abridores, relevos largos, acomodadores y cerradores, porque comenzaron afectados Wilson Paredes, Carlos Santiesteban, Luis Ángel Gómez y Rubén Rodríguez, o sea que desde el inicio los principales lanzadores ya venían con problemas y todas estas dificultades con el transcurso de la competencia se fueron agudizando, hasta el punto que finalizamos en Pinar del Río jugando prácticamente con la reserva, debido a las lesiones que tuvimos. Todo esto determinó que el equipo viniera de más a menos.
Muchos especialistas coinciden en que Holguín tiene un staff de lanzadores de muchas potencialidades. Sin embargo, no se reflejó en la práctica. ¿Qué sucedió?
También hay problemas con el pensamiento táctico, porque reciben la orientación en el bullpen y cuando llegan al box, hacen lo contrario, por ejemplo la zona donde debe pitchar, el lanzamiento que debe hacer, las asistencias, esta última se viene ejercitando desde las categorías pequeñas.
Con respecto al pitcheo, ya lo comentábamos anteriormente, todas las dificultades que mostraron los lanzadores del equipo tiene mucho que ver con el periodo de preparación, pues dependíamos de brazos lastimados y los jóvenes necesitan un periodo más largo para trabajar todos los aspectos necesarios y enfrentar una temporada que tenía 30 partidos más que la anterior, o sea, la preparación no podía ser igual.
En la ofensiva, seguimos afrontando los mismos problemas de antaño, a pesar de cumplir el objetivo que era batear sobre los 290 de average, lo hicimos para 296 y casi toda la temporada estuvimos por encima de 300.
Sin embargo, estuvimos entre los primeros equipos en el apartado de los jonrones, con 55, por detrás de Las Tunas (70), Industriales (60) y Mayabeque (59), pero de ellos, solo 23 fueron con hombres en bases. Fuimos el equipo que más cuadrangulares le dio a un rival, le conectamos 11 a Artemisa, ningún elenco maltrató tanto a otro en ese aspecto, pero al final no sirvió para clasificar.
En la preparación pusimos varios juegos con tareas, corredores en tercera para dar un fly de sacrificio, corredores en segunda para llevarlo a tercera, corredores en ambas bases para impulsar y no se pudo cumplir, porque ese arrastre lleva años de preparación.
Otro aspecto que debo destacar es que el equipo solo contó con el sabermétrico las cinco primeras sub-series, quizás eso no influya, pero sí determina. Imagínese que a mi equipo lo estudien, conozcan como juega y yo no sepa nada de mi rival. Esa fue una de las peores deficiencias que tuvimos.
Los tres departamentos los evalúo de regular, no podemos justificar lo que se hizo, cuando se justifica se pierden valores y valentía. Perdimos juegos por la defensa en momentos cruciales, el pitcheo estuvo afectado por el control, somos unos de los de peores resultados en este departamento, cuando un lanzador está descontrolado tiene que venir a marcar y es cuando el contrario se aprovecha, por ello nos promediaron 318 y en la ofensiva no se impulsa carrera, porque se falla en momentos claves. No obstante, me quedo con lo positivo de aquellos atletas que se entregaron por completo en el terreno, incluso con lesiones, como Pacheco, Carlos Santiesteban, Laindel entre otros.
Aquí se aprende mucho. A medida que pasan los juegos adquirimos experiencias. Siempre trato de aprender de las jugadas malas y buenas, uno siempre trata de sacar lo positivo. Si me tocara trabajar de nuevo con el equipo, ya tendría una base para no cometer los mismos errores, sí, porque nos equivocamos, no somos una máquina, hasta los directores de la MLB fallan, nadie es perfecto.
Esta temporada fue una de las más discretas para equipos holguineros en el corrido de las bases. ¿Qué opinas al respecto?
Siempre se ha dicho que el atleta tiene un 70 por ciento de sus posibilidades, a través de su conocimiento y actitud, y el entrenador el 30 por ciento. En el terreno se le orienta lo que debe hacer, pero si el muchacho no se anticipa a la jugada, no puede fructificar.
Nosotros desde que comenzamos la preparación les inculcamos a los muchachos obtener la clasificación y más este año cuando pasaban ocho. Desde el primer día conversamos con ellos, porque había que entrar al terreno con la mentalidad de clasificar, si entrenamos, es para buscar un resultado. Nadie se prepara pensando en quedar en el último puesto.
Es cierto que el equipo empezó con una nómina quizá, poco competitiva, debido a que se perdieron los principales impulsadores del plantel, Geidi Soler, Maikel Cáseres, Yunior Paumier y Leris Aguilera. Entró Pacheco, que tuvo un año formidable, fue un líder positivo en el equipo, otro que regresó y lo hizo muy bien fue Laindel Leyva. Tal vez no teníamos equipo para clasificar, pero el interés y voluntad de llegar a la otra etapa siempre estuvo presente.
Si tiene que ver. Esta categoría es prácticamente la llave del deporte en una provincia. Si anda mal el principal equipo, lo demás, casi seguro, no va bien. Lo que se debe hacer es trabajar todos unidos, buscar el relevo, que no los tenemos en estos momentos y tarda en desarrollar, porque eso lleva trabajo. Ver cómo está la situación de los juveniles y el Sub-23, para preparar el futuro del béisbol holguinero, en un deporte muy complejo, porque tiene muchas áreas de trabajo.
Además, se debe contar con todos los materiales especializados para desarrollar los atletas. Esto depende también del trabajo de la EIDE, la Academia, de los municipios, pero si es necesario contar con los principales recursos.
¿Si en la próxima temporada fuera el Director, sobre la base de qué errores trabajaría?
Tenemos un banco de problemas identificados bastante amplio y habría que trabajar sobre esas dificultades para buscar un resultado positivo, un año no se parece al otro. Lo primero sería contar con un periodo más prolongado para prepararse, trabajaríamos sobre los errores que cometimos a la defensa, ofensiva y pitcheo, los cuales están bien definidos ahora, pues recibimos el equipo sin una entrega pedagógica de la pasada campaña, pero ahora lo conocemos mucho mejor.
Sin embargo, los resultados iniciales comenzaron a motivar a los seguidores de la escuadra holguinera, que llegó a estar entre las primeras de la temporada, pero como el humo, se fue perdiendo en el horizonte las opciones de clasificar a los play off de un equipo plagado de lesiones y con el ánimo quebrantado.
Para analizar los resultados del elenco de Holguín profundizamos en el proceso de preparación y desarrollo de la competencia del equipo, en estrecho diálogo con su director Paquito Martínez.
Fue una temporada atípica para todos los equipos. ¿Qué le hubiera gustado hacer en la preparación, que no se hizo, bajo las condiciones impuestas por la COVID-19?
Sin dudas, fue una etapa atípica. Tuvimos diez semanas de preparación, fue interrumpida por la COVID-19 y después trabajamos en seis semanas. Este último periodo fue parejo para todos los equipos, pero es necesario destacar que hay selecciones con peloteros establecidos, que tienen maestría deportiva, como son los casos de Granma, Matanzas e Industriales, los cuales no requieren de una etapa larga de preparación, sin embargo, nosotros sí debemos de prepararnos en 13 o 14 semanas como siempre se ha hecho.
Me hubiera gustado en la preparación tener la oportunidad de verificar los objetivos que nos trazamos, algo que no se pudo hacer con topes ante otros equipos, por la situación de la pandemia y por el corto tiempo de alistamiento.
Hicimos juegos y tareas internas con los muchachos, acciones que en cantidad puede conllevar a la desmotivación. Con un tiempo más prolongado se hubiera trabajado mejor la táctica, aspecto muy complejo, sobre todo entrenar los drill defensivos, acciones a la defensa, la defensa contra el toque de bola, practicarlo mucho y en tan poco tiempo se hace muy difícil darle cumplimiento a los objetivos propuestos.
¿Siente que la selección realizada fue la ideal?
Como ha sido un año atípico, también resultó diferente la Serie Provincial de Béisbol (SPB). Para esta competencia tuvimos dos decisiones, reunir a 80 atletas, los mejores de cada municipio y de ahí sacar una preselección o realizar la SPB.
Desarrollamos el torneo holguinero, pero no se cumplió el objetivo porque solo se efectuaron 12 juegos. En esta cantidad de partidos casi no hay estadísticas y aun así conformamos una preselección, prácticamente al azar, donde elegimos a los atletas que conocíamos. ¿Quién sabe si se nos quedó algún muchacho con condiciones en los municipios que no pudieron estar? Entonces a eso se debe que quizá la forma de seleccionar no fue la mejor, lo cual no quiere decir que no esté satisfecho con el equipo convocado.
La llamada “Aplanadora Santiaguera” se caracterizaba por venir de menos a más. Los Cachorros iniciaron bien, pero fueron descendiendo. ¿Tuvo que ver la preparación en ese resultado?
Tiene que ver de cierta manera con el resultado. Nosotros comenzamos bien, estuvimos en el cuarto y séptimo lugar en el primer tercio. En Matanzas se lesionó Jorge Luis Peña, con aquel traumático pelotazo en el rostro, Oscar López no pudo jugar más porque debe ser intervenido quirúrgicamente en su rodilla derecha, todo esto motivó a hacer cambios en la alineación.
Nosotros dijimos desde un primer momento que debíamos buscar una tercera base ante la ausencia de Yunior Paumier. Vimos con más condiciones a Marnolkis Aguiar, no fue así. Esta posición durante toda la competencia se estuvo alternando y ninguno pudo suplir esa ausencia. Se perdieron como mínimo, cinco juegos, por errores en la antesala, en los cuales teníamos ventaja.
Todo eso influyó en el descenso del equipo. Nosotros llegamos a la Isla de la Juventud con 22 victorias e igual cantidad de derrotas, pero comenzó a fallar la defensa con errores en momentos cruciales, que trajeron consigo los fracasos, errores inconcebibles, porque no era solamente el momento, sino la forma como se cometían esas pifias. Eso parece que fue influyendo en la motivación del equipo, llamamos la atención, nos reunimos con algunos atletas que no mostraban actitudes positivas.
Luego nos llevaron a Peña y Manduley, este último es el cerebro del equipo, es uno de los peloteros más inteligentes del país y con estas salidas perdimos el cincuenta por ciento de la línea central y tuvimos que poner a Laindel Leyva, en el campo corto, quien viene arrastrando problemas en su brazo de lanzar, por eso lo rotamos en segunda y el short stop, para protegerle el brazo.
Esto determinó en la alineación, porque se nos fue el tercer y cuarto bate del equipo, en el caso de Peña, cuando salió le habíamos quitado un poco de responsabilidad, pero era nuestro cuarto bate concebido. Entonces esas cosas fueron influyendo negativamente en la escuadra.
El área del pitcheo estaba planificada que fuera nuestra fortaleza, sin embargo, desde la primera etapa tuvimos que aplicar variantes con los abridores, relevos largos, acomodadores y cerradores, porque comenzaron afectados Wilson Paredes, Carlos Santiesteban, Luis Ángel Gómez y Rubén Rodríguez, o sea que desde el inicio los principales lanzadores ya venían con problemas y todas estas dificultades con el transcurso de la competencia se fueron agudizando, hasta el punto que finalizamos en Pinar del Río jugando prácticamente con la reserva, debido a las lesiones que tuvimos. Todo esto determinó que el equipo viniera de más a menos.
Muchos especialistas coinciden en que Holguín tiene un staff de lanzadores de muchas potencialidades. Sin embargo, no se reflejó en la práctica. ¿Qué sucedió?
La principal dificultad que presentó el grupo de lanzadores de Holguín estuvo en el control. Las estadísticas muestran que nuestros pitchers otorgaron 369 bases por bolas (49 intencionales) y 68 pelotazos, en este último apartado fuimos los segundos de peor actuación en el campeonato, todo esto influyó en los resultados del equipo, porque todas estas oportunidades que les dimos, fueron corredores que pusimos en circulación y muchos en posición anotadora.
Muchachos con fortalezas en el brazo, pero tenían serios problemas con el control. Es posible que nosotros en la serie hayamos tenido dificultades a la hora de trabajar con el bullpen.
También hay problemas con el pensamiento táctico, porque reciben la orientación en el bullpen y cuando llegan al box, hacen lo contrario, por ejemplo la zona donde debe pitchar, el lanzamiento que debe hacer, las asistencias, esta última se viene ejercitando desde las categorías pequeñas.
Estas son las principales dificultades que hemos detectado y que llevamos a la caracterización del equipo esta temporada para trabajar sobre esa base, es un grupo de lanzadores jóvenes, de brazo fuerte, pero con muy poca experiencia en un área muy difícil que debe trabajarse desde bien temprano.
Los equipos holguineros tradicionalmente muestran buen pitcheo y una discreta ofensiva. Sin embargo esta temporada no fue así. ¿Cuál fue la causa?
Con respecto al pitcheo, ya lo comentábamos anteriormente, todas las dificultades que mostraron los lanzadores del equipo tiene mucho que ver con el periodo de preparación, pues dependíamos de brazos lastimados y los jóvenes necesitan un periodo más largo para trabajar todos los aspectos necesarios y enfrentar una temporada que tenía 30 partidos más que la anterior, o sea, la preparación no podía ser igual.
En la ofensiva, seguimos afrontando los mismos problemas de antaño, a pesar de cumplir el objetivo que era batear sobre los 290 de average, lo hicimos para 296 y casi toda la temporada estuvimos por encima de 300.
Dónde estuvo la mayor dificultad, en el apartado de corredores impulsados en posición anotadora, fue muy mala. Impulsamos 223 de los mil 13 corredores en posición anotadora que encontramos, para un 22 por ciento y ese es uno de los principales renglones de la ofensiva, si no impulsas carreras, no puedes ganar.
Sin embargo, estuvimos entre los primeros equipos en el apartado de los jonrones, con 55, por detrás de Las Tunas (70), Industriales (60) y Mayabeque (59), pero de ellos, solo 23 fueron con hombres en bases. Fuimos el equipo que más cuadrangulares le dio a un rival, le conectamos 11 a Artemisa, ningún elenco maltrató tanto a otro en ese aspecto, pero al final no sirvió para clasificar.
En la preparación pusimos varios juegos con tareas, corredores en tercera para dar un fly de sacrificio, corredores en segunda para llevarlo a tercera, corredores en ambas bases para impulsar y no se pudo cumplir, porque ese arrastre lleva años de preparación.
Otro aspecto que debo destacar es que el equipo solo contó con el sabermétrico las cinco primeras sub-series, quizás eso no influya, pero sí determina. Imagínese que a mi equipo lo estudien, conozcan como juega y yo no sepa nada de mi rival. Esa fue una de las peores deficiencias que tuvimos.
¿Cómo evalúa por departamento la actuación del equipo?
Los tres departamentos los evalúo de regular, no podemos justificar lo que se hizo, cuando se justifica se pierden valores y valentía. Perdimos juegos por la defensa en momentos cruciales, el pitcheo estuvo afectado por el control, somos unos de los de peores resultados en este departamento, cuando un lanzador está descontrolado tiene que venir a marcar y es cuando el contrario se aprovecha, por ello nos promediaron 318 y en la ofensiva no se impulsa carrera, porque se falla en momentos claves. No obstante, me quedo con lo positivo de aquellos atletas que se entregaron por completo en el terreno, incluso con lesiones, como Pacheco, Carlos Santiesteban, Laindel entre otros.
Usted lleva 32 años en el béisbol. ¿Qué aprendió en la edición 60 de la SNB?
Aquí se aprende mucho. A medida que pasan los juegos adquirimos experiencias. Siempre trato de aprender de las jugadas malas y buenas, uno siempre trata de sacar lo positivo. Si me tocara trabajar de nuevo con el equipo, ya tendría una base para no cometer los mismos errores, sí, porque nos equivocamos, no somos una máquina, hasta los directores de la MLB fallan, nadie es perfecto.
Esta temporada fue una de las más discretas para equipos holguineros en el corrido de las bases. ¿Qué opinas al respecto?
Siempre se ha dicho que el atleta tiene un 70 por ciento de sus posibilidades, a través de su conocimiento y actitud, y el entrenador el 30 por ciento. En el terreno se le orienta lo que debe hacer, pero si el muchacho no se anticipa a la jugada, no puede fructificar.
Tuvimos muchos corredores que no pudieron leer las conexiones y entonces con dos out, disparaban un hit y no se podía anotar, por qué, porque no se prepararon para la situación problémica. No obstante, es un colectivo técnico novel, tuvieron sus dificultades, pero no podemos decir que los juegos se perdieron por los coach del equipo.
¿Siente que tenía equipo para clasificar?
Nosotros desde que comenzamos la preparación les inculcamos a los muchachos obtener la clasificación y más este año cuando pasaban ocho. Desde el primer día conversamos con ellos, porque había que entrar al terreno con la mentalidad de clasificar, si entrenamos, es para buscar un resultado. Nadie se prepara pensando en quedar en el último puesto.
Es cierto que el equipo empezó con una nómina quizá, poco competitiva, debido a que se perdieron los principales impulsadores del plantel, Geidi Soler, Maikel Cáseres, Yunior Paumier y Leris Aguilera. Entró Pacheco, que tuvo un año formidable, fue un líder positivo en el equipo, otro que regresó y lo hizo muy bien fue Laindel Leyva. Tal vez no teníamos equipo para clasificar, pero el interés y voluntad de llegar a la otra etapa siempre estuvo presente.
En los inicios de la temporada se veía un equipo más arriesgado en jugadas de corrido y bateo, robos de bases. ¿Qué sucedió luego?
Uno realiza las acciones tácticas según las posibilidades del juego. Al inicio nos salía el bateo y corrido, Manduley es un gran conocedor de estas situaciones y robó 10 bases, pero sí fue mermando fue por las posibilidades que nos iba dando el juego, cuando el equipo está bien, las cosas salen y así viceversa, y entonces uno debe de jugar con todo eso.
¿Cree que este resultado del equipo tiene que ver con la salud del béisbol en Holguín?
Si tiene que ver. Esta categoría es prácticamente la llave del deporte en una provincia. Si anda mal el principal equipo, lo demás, casi seguro, no va bien. Lo que se debe hacer es trabajar todos unidos, buscar el relevo, que no los tenemos en estos momentos y tarda en desarrollar, porque eso lleva trabajo. Ver cómo está la situación de los juveniles y el Sub-23, para preparar el futuro del béisbol holguinero, en un deporte muy complejo, porque tiene muchas áreas de trabajo.
Además, se debe contar con todos los materiales especializados para desarrollar los atletas. Esto depende también del trabajo de la EIDE, la Academia, de los municipios, pero si es necesario contar con los principales recursos.
¿Si en la próxima temporada fuera el Director, sobre la base de qué errores trabajaría?
Tenemos un banco de problemas identificados bastante amplio y habría que trabajar sobre esas dificultades para buscar un resultado positivo, un año no se parece al otro. Lo primero sería contar con un periodo más prolongado para prepararse, trabajaríamos sobre los errores que cometimos a la defensa, ofensiva y pitcheo, los cuales están bien definidos ahora, pues recibimos el equipo sin una entrega pedagógica de la pasada campaña, pero ahora lo conocemos mucho mejor.
¿Tiene el interés y la disposición de dirigir la próxima temporada?
Nosotros somos soldados de esta Revolución, si nos necesitan, allí estaremos, ya con un año de experiencia, con las dificultades identificadas y una preparación bastante objetiva, eso posibilitará que el cuerpo técnico trabaje más seguro.
Artículo relacionados:
Comentarios