Raíces de una cultura bien plantada

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Cacocum asentamiento 03


Para este cierre de año le propongo un viaje. Incluya mucho equipaje, pues será largo en el tiempo este recorrido. Desde donde esté, marque la ruta hacia el Aeropuerto Internacional Frank País de Holguín. No se quede ahí. Avance un poquito más, hasta el asentamiento de La Güira de El Pesquero, en Cacocum, próximo a la pista de aterrizaje. Lo que encontrará aquí lo llevará 500 siglos atrás.


No solo Banes podría ostentar el título de Capital Arqueológica de Cuba. El municipio de Cacocum es un nombre indocubano heredado del sitio fundacional, donde hubo una aldea taína junto a la laguna que le dio ese nombre y el río Jigüey que la alimentaba. Este territorio fue abrigo de los grupos aborígenes que comenzaron a llegar a Cuba hacia el año 500 de n.e, descendientes de los aruacos de Suramérica, llamados taínos. Dichos grupos hablaban un dialecto nombrado aruaco insular, presente en muchos vocablos de uso frecuente en la toponimia del país, incluyendo Cacocum. Las hachas petaloides, adornos y artefactos encontrados en La Güira de El Pesquero, Guanaiba, Tomí y otros lugares, son evidencia de su presencia en el territorio que comprende el municipio.


La Güira de El Pesquero es, hasta ahora, el único asentamiento estudiado. Allí fueron encontrados restos de cangrejos, conchas y caracoles marinos, lo cual demuestra su contacto con el mar. Se hallaron varios círculos de entre tres metros de diámetros y medio pie de profundidad, que sirvieron de base a sus viviendas.


A través de este asiento hemos conocido su cultura en la zona, considerada la de los contrastes, por encontrar objetos muy toscos y primitivos junto a otros superiores. Resalta la pobreza de la cerámica -sus cazuelas tenían en sus asas el mismo motivo artístico- en contraposición al ídolo más original y quizás único, de piedra, muy tosco, que representa una figura humana, con la particularidad de tener sus brazos y piernas.


Han sido halladas abundantes hachas petaloides, casi todas de color verdoso. Asimismo, las indagaciones han revelado muchos pedazos de burenes de distintos espesores y diámetro, algunos con marcas o señales especiales, como si quisieran diferenciar el casabe hecho en ellos, dedicados a algún personaje, como el cacique.


En las excavaciones se han encontrado gran cantidad de piedras ovales con pequeños cortes en los extremos opuestos, al parecer para ser usadas como plomadas en las redes de pescar o con motivos religiosos.


Entre los adornos colgantes se distingue un ídolo muy artístico de 4.75 cm, construido en concha marina, exhibido en la Sala de Arqueología del Museo Provincial de Historia La Periquera. Fueron también encontrados majaderos y dos falos: uno de barro con un rostro grabado y otro tallado en piedra.

  

Cacocum asentamiento 02


Un ídolo de barro cocido fue encontrado en Tomí. Se trata de dos bustos unidos por las caras mediante una serie de ornamentos que sustituyen un ojo y parte de la nariz de ambas figuras. Este asentamiento es considerado de los de mayor duración en el país y de más contacto con los españoles. Allí se encontraron gran cantidad de objetos traídos por el colonizador, en cantidad tal, que no ha sido superado este número en ningún otro lugar de Cuba.


La evidencia arqueológica demuestra un largo contacto de estos dos grupos humanos, algunos con señales de haber sido aprovechados por el aborigen, como amuletos colgantes o plomadas para sus redes. Se considera que dicha interacción estuvo dada por la existencia en el lugar de una especie de hostal o lugar de descanso para quienes viajaban hacia Holguín o la zona occidental. El aborigen era empleado para las actividades domésticas, el cuidado de los animales y como guías, con una adecuada alimentación y sin mucho maltrato.


La toponimia del territorio con nombres que han rebasado los siglos, como Cacocum, Yaguabo, Caguairanal, Jucaral, Zarzal, Guanaibar, Magueyal, Ocuje, Cupey, Maibía, Tomí, Loreto, Sao Piedra y otros; el de plantas como aguacate, ají, anón, guayaba, guanábana, güira, caguairán y objetos y cosas como batey, bohío, bajareque, yagua, guano, huracán, etcétera; son muestra de su permanencia y expresión de la herencia cultural que nos legaron, sobreviviendo al paso de los siglos, para enriquecer nuestra identidad territorial y nacional.

 

Rosana Rivero Ricardo
Author: Rosana Rivero Ricardo
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Rosana Rivero Ricardo. Periodista 25 horas al día. Amante de las lenguas... extranjeras, por supuesto. Escribo de todo, porque “la cultura no tiene momento fijo

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