A simple vista, el museo de historia natural de la ciudad parece estático en el tiempo y el espacio. Una vitrina de estilo ecléctico, que atesora muestras de una naturaleza inalcanzable. ¿Dónde, si no allí, podríamos mirar a los ojos de un águila real? Esos ojos, sin brillo ahora, alguna vez cazaron el mundo desde las alturas, y me fascinan.