Antídoto poderoso
- Por Maribel Flamand Sánchez
- Hits: 3160

El barrio amaneció agitado. Los vecinos en la calle relatan, juzgan, critican con dureza. Aseguran que le vaciaron la casa a Fulana, que en casa de Mengano no pudieron entrar pero se llevaron las cortinas por las ventanas, que se han mudado para la zona porque hace poco también robaron en casa de Zutano”.
El tema se ha vuelto recurrente en la comunidad de Villa Nueva por estos días. Los varios robos ocurridos en viviendas habitadas mantienen en ascuas a los vecinos que extreman las medidas de seguridad hacia el interior de los hogares, acción válida pero no suficiente ni resolutiva teniendo en cuenta que esta tipicidad de delito se incrementa.
Una especie de aversión no infundada se ha apoderado de la vecindad ante la presencia no habitual de jóvenes e incluso adolescentes encapuchados que merodean durante el día y la noche, y contra ciertos vendedores ambulantes quienes, por la manera insistente como miran hacia las viviendas, parecen escudriñar las vulnerabilidades que le faciliten sus escaramuzas nocturnas.
Pero más que medidas individuales y epidérmicas se requiere, por parte de la comunidad, perfeccionar el trabajo preventivo previsto en el quehacer de las organizaciones que la conforman y dirigido hacia las personas, jóvenes fundamentalmente, desvinculados del estudio o el trabajo, o con conductas inapropiadas, sector donde se sabe, están, generalmente, los propensos a este tipo de delito.
“No cabe otra, hay que hacer guardia”, pronunció un curtido cederista, sabedor por experiencias propias de que en la tarea fundacional de esta legión para la seguridad del barrio que son los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) está el mejor instrumento preventivo para frenar la avalancha delictiva.
Pero aun cuando se sabe que el antídoto poderosamente probado contra la ratería en el vecindario es la vigilancia cederista, en no pocos lugares se reorganiza una y otra vez sin lograrse el despunte necesario. Tras la confianza que proporcionó la fortaleza ganada por la Revolución frente a los enemigos internos y externos bajamos la guardia y ahora nos resistimos a aportarle a la tranquilidad y seguridad de todos apenas dos horas de sueño cada mes.
Olvidamos una advertencia temprana del máximo inspirador de los CDR, el Comandante en Jefe Fidel Castro, cuando refiriéndose a la vigilancia popular revolucionaria expresó: “Esa fue, es y será la primera tarea y el primer deber de los CDR, no sólo en la lucha frente a la contrarrevolución… sino también en la lucha contra los antisociales”.
Velar por la seguridad y tranquilidad en la cuadra, los bienes comunes, nuestras viviendas, cuidar el sueño de todos es resguardar la Revolución y preservar una de sus principales conquistas desde ese pedacito de país que es el barrio.