Se busca menudo

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 El viejo Ramón dice que la “propina” que deja en la bodega por falta de menudo para vueltos es casi proporcional al monto empleado para adquirir el pan para cinco personas durante un mes. “En el banco nunca hay menudo” o “El fondo en menudo que da la empresa (se refieren a Comercio y Gastronomía) no alcanza”, son las respuestas comunes ante los reclamos del cliente.
En varias ocasiones Ada pagó 4 pesos por la bolsa de yogur liberada, cuyo precio es 3 pesos, porque en la cafetería donde lo compra escasea la moneda o el billete de un peso para devolver a quienes acuden allí por algún producto. “Qué voy a hacer si el administrador no garantiza el menudo”, suele ser la respuesta.

Amarilis “donó” a la farmacia los 20 centavos con los cuales previó pagar el ómnibus que la llevaría de vuelta a casa porque en la unidad no tenían ni medios ni pesetas de ese valor para devolverle. “Se trae bastante menudo, pero dura poco porque casi todo el mundo viene con billetes grandes”, le explicaron.

Cuántos Ramón, Ada o Amarilis pasan a diario por bodegas, establecimientos de comercio, gastronomía, farmacias… y se ven ante la disyuntiva de renunciar al vuelto, que quizá necesiten para completar el valor de otras mercancías, costear el transporte público o sencillamente echarlo al monedero o bolsillo porque les pertenece.

Administradores de bodegas aseguran recibir cada jornada un fondo, pero no les alcanza, pues solamente la venta del pan, por su bajo costo, requiere de mucho menudo para devolver cambios. Sin embargo a través de una breve consulta con la subdirección económica de la Empresa de Comercio en la provincia se supo que estos directivos, ante tales circunstancias, tienen la
 
posibilidad de solicitar un incremento de ese caudal a este departamento, petición que se somete a análisis.
De igual forma se corroboró que son los administradores de las unidades los responsables de garantizar la moneda fraccionaria para las operaciones diarias.
El tema de la carencia de moneda fraccionaria para que el cliente reciba de vuelta por el dinero entregado de sobra al hacer un pago no es nuevo, pero tampoco encuentra solución definitiva.Directivos del Banco Popular de Ahorro (BPA) y el Banco de Crédito y Comercio (Bandec) aseguran estar en el deber de garantizar la moneda fraccionaria tanto a personas naturales (población) como a jurídicas (entidades), que acudan a las sucursales con tal propósito, aunque en el caso de las unidades de Comercio, Gastronomía y Servicio es Bandec quien las atiende directamente.
En un intercambio meses atrás con directivos de Bandec se confirmó que siempre hay moneda fraccionaria para ofrecer al cliente, pero suele ocurrir que quienes concurren por menudo rechazan la moneda de 3 pesos y el billete de un peso o desean ser atendidos con prontitud y por encima de la cola, lo cual no es posible. Otro inconveniente es que el medio retorna en cantidades insuficientes.
Puede que en algún momento, reconocen, no se disponga de fraccionaria porque su llegada al Banco y puesta a disposición del usuario requiere de un proceso y de cierto tiempo, pero cuando un administrador de establecimiento u otro trabajador con tal encomienda se encuentre con esta situación puede solicitar la presencia de un directivo para buscar la solución, que puede ser la coordinación con otra sucursal, pues para ellos lo importante es la satisfacción del cliente.
Sin embargo una administradora de bodega me afirmó categórica que el Banco decía tener siempre menudo, pero no es así. ¿Quién le pone el cascabel al gato? se preguntará el lector. No obstante, quien oferta el servicio está en la obligación de lograr la complacencia de quien paga por recibirlo, por tanto
 
Comercio debería de buscar fórmulas que garanticen la estabilidad de la moneda fraccionaria en sus establecimientos.
El pasado mes de junio entró en vigor la resolución 54 del Ministerio de Comercio Interior la cual establece normas para la protección al consumidor. La regla instituye en uno de sus incisos “el derecho del cliente a recibir completo el dinero que excedió al efectivo entregado por el bien o el servicio recibido, incluyendo la moneda fraccionaria”. A quienes estamos de la parte de afuera del mostrador nos corresponde exigir por lo que es responsabilidad de quien oferta el servicio garantizar. Ahora se cuenta con la protección de la ley.

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