Empecinamiento
- Por Hilda Pupo Salazar
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El empecinamiento en las personas puede ser beneficioso o no, de ahí la importancia de hallar el equilibrio más saludable.
Todo depende de cómo aplicarlo, en cualquier situación, para obtener resultados buenos o malos, de acuerdo con el fin ideado.
Muchas veces los obcecados en extremos suelen justificarlos porque así es “mi papá, mamá o abuelos”, sin medir la utilidad en cada acción.
Puede ser desde una conversación, si persistes en expresar más de lo que está dispuesto a procesar el receptor, entonces la comunicación, prácticamente, es nula.
Es necesario, en cada acción, preocuparte por distinguir los riesgos, tanto en actitudes como en decisiones asumidas, al hacerlo así la obstinación puede ser positiva, de lo contrario crea el escenario dañino.
Al mantenerte inflexible en una idea, labor o disposición solo aportas negatividades, porque, generalmente, son poco acertadas, sin tener en cuenta las lesiones.
Según varias investigaciones estudiadas para hacer este artículo, definen que la obstinación es un rasgo de la personalidad que podría ser psicológicamente beneficiosa, si se emplea para una mejor perspectiva de vida, desde la reflexión, de lo contrario es perniciosa.
Como la terquedad en comportamientos improductivos, perfeccionismo… que generan estrés progresivo, sin resultados favorables, por eso la importancia de saber discernir para hacer lo más indicado.
Si perdura en la fascinación en las tomas de decisiones, sin analizar las sugerencias y opiniones de los demás, al aferrarte solo a las tuyas, como las únicas correctas para llegar a tus fines, el camino no es el correcto.
Hay una alerta importante para la educación desde las primeras edades, porque según estudiosos la terquedad puede iniciar por imitación a sus padres o calificarlo así en momentos de perretas del infante.
Una persona puede tender a ser terca porque se resiste al cambio o es obstinada por naturaleza, al estar siempre decidida a hacer lo que quiere, sin importarles los consejos.
Como ocurre con muchos rasgos, la terquedad también puede tener sus desventajas, especialmente cuando se apela a ella con demasiada frecuencia o por hábito en lugar de tener dedicación a un objetivo o una causa específica, pero desde la flexibilidad en el momento oportuno para ello.
Invito a analizar a Confucio, pensador chino: “El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarse. Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil. Solo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres. Solo los sabios más excelentes y los necios más acabados son incomprensibles.”