Los mil días

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mortalidad infantil ss

Hace unos días un vecino fue a mi casa con uno de los folletos de la colección “Educación a tu hijo”, en especifico el tres, en el cual se abordan orientaciones precisas sobre el manejo y cuidado a dispensar a niños de seis a nueve meses de nacidos.

 En concreto, el maestro Ángel Escobar Mariño, con una larga experiencia en la enseñanza general y especial, me entregó el texto, de cerca de 10 páginas, con el marcado interés de que escribiera sobre este tema, a partir de su preocupación por cómo algunos padres desconocen la manera adecuada de atender a sus pequeños en esa etapa de la vida y, peor aun, comportarse para lograr el mejor desenvolvimiento del pequeño.

Recordé a Ángel y su encargo durante la conferencia “Los primeros mil días, única oportunidad para corregir y prevenir”, impartida por el jefe del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) en la provincia el Dr. C Alberto R. Piriz Assa, quien ante un amplio auditorio alertaba a través de sus palabras y ejemplos, que los cuidados a los niños comenzaban mucho antes de su concepción.

Decía el especialista que, ante todo, debe existir disciplina en el cumplimiento de los protocolos establecidos en el PAMI, pues solo así podría lograrse un mejor resultado en los indicadores de reproducción y calidad de vida, tanto del hijo como de la madre.

Por lo cual señaló, para asombro de sus interlocutores, que los "mil días de los niños" comienzan desde el mismo momento que inicia la gestación en el seno de la madre, la que debe llegar sana a ese momento.

Sin embargo, son muy pocas las mujeres que en edad fértil, entre 18 a 49 años de edad, las que una vez al año van a consulta, se acuestan en una camilla y son reconocidas por un médico, a pesar de existir el programa de salud sexual y reproductivo, con cuatro componentes esenciales:
asistencial – docente – investigativo y administrativo, que en general forman parte de la atención integral a la mujer en edad reproductiva.

Pero pasa, que los embarazos en la inmensa mayoría de las ocasiones son deseados, aunque no planificados, y entonces la futura madre entra a un periodo de gestación supuestamente sanas; sin embargo, a no pocas durante los estudios se les detectan distintos problemas, que les puede afectar su salud y la del bebé, de ahí la importancia de que las féminas sean valoradas periódicamente por su médico de familia de tener una actividad sexual activa y estar en el grupo de 18 a 49 años de edad.

Después durante los nueve meses la embarazada debe cumplir con un grupo de cuidados desde acudir a todas las consultas, reforzar su alimentación, eliminar hábitos tóxicos hasta mantener una vida alejada de actividades peligrosas, con el objetivo de tener un parto seguro y a término y un hijo sano, que requiere también de determinadas atenciones desde que nace y durante su crecimiento, para lograr su adecuado desarrollo y mejor calidad de vida.

Ellos necesitan que se les brinde alimentación, estimulación y protección de acuerdo con los meses de nacidos, así como de un vínculo seguro con sus padres, libre de estrés o violencia, porque como asegurara el doctor Piriz “una situación adversa en la primera infancia se asocia con problemas de salud física y síquica en la vida adulta, mayor mortalidad, un desempeño social conflictivo y un menor nivel educativo”.

Y decía más el profesor: “una buena crianza brinda más posibilidades de sobrevivir, crecer y desarrollar e influir en el funcionamiento cerebral el resto de la vida y repercutir en futuras generaciones”.

Por todo lo escuchado volví al libro entregado por el profesor Ángel, pues, ciertamente, los primeros años de una persona constituyen un periodo decisivo en la vida de todo ser humano, porque son los primeros cuidados los que garantizan un desarrollo pleno y saludable.


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