Jóvenes, tatuajes y estética

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tatuarte carlos rafael 10Foto: Carlos Rafael

La generación Z está marcada por las constantes tendencias sociales. El uso de tatuajes, piercings y perforaciones en la juventud actual forman su estilo único, lo utilizan como un tipo de expresión, una extensión de sus personalidades y su proyección en la sociedad. Sin embargo, aún existen prejuicios hacia esta práctica, no desaparece la falsa creencia de que estas personas son delincuentes e irresponsables, incluso en muchos lugares son excluidos tachados de rebeldes.

Este problema de percepción también se ve en las generaciones anteriores que no tienen una visión positiva en relación con esto, con una mentalidad más cerrada y de poca asimilación. Sin embargo, consultando la historia vemos que los prehispánicos lo hacían: los mayas, amazonas, aztecas se perforaban y se hacían inscrustaciones.

En la época contemporánea comienza el arte de tatuar con los marineros de Occidente a Oriente, estos navegantes llevan esta idea hacia América del Norte, causando un revuelo. En China, en el siglo VII a los prisioneros se les marcaba con tinta para castigarlos e identificar al grupo que pertenecían, eran los que tenían tatuajes en un principio, pero luego esta técnica se popularizó entre figuras famosas del cine, deportistas y músicos. En el Museo de Arqueología de Tirol del Sur en Italia se encuentra la momia Otzi, que data de 3250 años y tenía tatuada la espalda y las rodilla.

Luego está el pueblo de los polinesios, que para asustar a sus enemigos tenían como tradición tatuarse desde pequeños y una vez adultos ninguna zona del cuerpo quedara exenta de este proceso; el origen de la palabra tatuaje viene del polinesio Ta que significa golpe. En la cultura oriental hubo un tiempo en el que estas marcas eran de servidumbre o como un vestigio de protección.

Somos el resultado de una comunidad que para hacer sus rituales religiosos y festividades manipulaba su cuerpo para diferenciarse entre sí. Todo esto forma parte de nuestra búsqueda de identidad y estigmatizarles no nos corresponde. El siglo XXI es una era de cambios, pero este arte es una renovación de nuestra cultura que siempre ha estado presente. Aunque no seamos partícipes, conservemos la empatía y el respeto. Seamos fieles al dicho "las apariencias engañan", quizás usted tenga una impresión errónea de ese individuo y sea un excelente ser humano.


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