“La tercera edad: un tiempo de plenitud”

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tiempo de plenitud

Es domingo muy temprano, son las 7:00 am y sintonizas la 96.1 FM como es tradición en casa, un momento familiar donde todos callan y preparan su escucha. Se perciben los primeros segundos un tanto especiales, no es música, sino una voz comentada, te sientas tranquilamente con una taza de café, ya tienes compañía por una hora.

El programa Tiempo de Plenitud perteneciente a la emisora provincial Radio Holguín cumple trece años de creado este 1 de julio. La fecha fue celebrada por el equipo y sus oyentes más fieles con la participación de la Escuela Cubana de Wushu y Gigzong para la salud de Holguín, en la Galería Bayado como parte de la peña oficial del programa.

Ana Edecia Mendoza es la creadora de este espacio radial, allá por el año 2011 cuando solo era asistente de programación en la emisora, se encontraba terminando la carrera de Estudios Socioculturales y decidió dedicar su trabajo de diploma a la creación de un programa que representara a los adultos mayores, un público que no estaba siendo atendido.

Para ella, estar en la tercera edad es un tiempo de plenitud, pues hay personas que se desmontan del tren de la vida antes de tiempo. Soñaba con comunicar al oyente la dignidad de la vejez, que no solo se trata de enfermedades y arrugas, así mismo propone el eslogan del programa: “La vejez no es una enfermedad, sino una positiva experiencia vivida, una etapa privilegiada de la existencia”.

Tiempo de plenitud tuvo grandes acompañantes desde su inicio como la asesora Flor Vega Hornia, el sonidista Rolando de la Rosa y el profesional de la radio, José Antonio Chapman Pérez, quien se encarga de leer una crónica en cada emisión: “Para la emisora es algo muy grande, es una joya desde el punto de vista de realización, además de concederle la importancia que merece a este grupo etario”, comenta el profesional.

Entre sus secciones destacan: “Ventana con vista al jardín”, “Algo diferente”, “¿Sabías qué?” y “La cocina”, la cual es conducida por Caridad Martínez Meliá, quien solo era una oyente. “Trabajé casi cuarenta años como profesora de Biología, pero ya jubilada empecé a escuchar el programa e inmediatamente me puse en contacto con ellos. Desde hace trece años estoy dando recetas todos los domingos, he enseñado a muchas personas a multiplicar lo que hay”, expresa Caridad.

A medida que el programa fue evolucionando su directora Ana Edecia aplicó una maestría sobre cómo mejorar el mensaje radiofónico con las nuevas tecnologías de la comunicación en este espacio, creando diferentes grupos en Facebook y otras plataformas. Confiesa la satisfacción de ver a un público con más de 65 años interactuar por las redes sociales, un público que entiende la importancia del posicionamiento.

Lograr que un proyecto se mantenga vivo por muchos años no es tarea fácil, pero la constancia y sobre todo el apoyo de los oyentes marcan la diferencia. Roberto Texidó Noris es un impedido físico que no puede caminar por sus propios medios, que cuando fue operado en el año 2018 encontró refugio en Tiempo de Plenitud: “Estuve muy mal y el programa me distraía mucho, actualmente espero que la semana pase rápido, y así llegue pronto el domingo.”

En un país con gran porcentaje de población envejecida, es importante contar con proyectos dedicados a los adultos mayores, donde ellos se vean reflejados y sobre todo se les permita la retroalimentación, tenerlos en cuenta fue una sabia decisión hace trece años, porque ellos son lo más fieles consumidores de la radio.

 


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Comentarios  

# Marciano O 03-07-2024 08:26
Felicidades por tan bonito proyecto.

He participado en varias actividades realizadas en la casa de los abuelos aquí en Moa, me place, es un ambiente de pura felicidad y tranquilidad pues en sus rostros se nota un despertar de recuerdos que los hacen sentir vivos. Como aficionado del municipio opino que es el mejor publico que se pueda tener ante uno.

Sanos y cultos.

Nos dedicamos a servir el te y su aroma era pura felicidad, sonrisas amplias invadían el lugar cuando el poeta colocaba el humor en su declamación.
Llegó la hora de la despedida, allí quedaba a la espera de otro encuentro un grupo de seres sanos y cultos; abrazos, estrechones de mano y uno que otro beso de aquellas abuelitas sensibles; casi a punto de lágrimas un hasta luego y del otro lado varios vuelva pronto.

De. El Marciano de la tierra.
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