La generación de la COVID-19
- Por Cheila Aguilera Riquene/ Estudiante de Periodismo
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La mayoría de los universitarios soñamos con la graduación; tal vez, porque cumplir con éxito la meta anhelada de la terminación de estudios sea algo más que colgar un título en alguna pared de nuestros hogares.
Tal es el caso de la actual generación de jóvenes de todas las universidades del país, que les tocó alcanzar sus sueños en condiciones excepcionales, enfrentar grandes obstáculos y traspasar muchas barreras que les impuso la vida.
Recordemos el mes de marzo hace dos años atrás, cuando una pandemia, de la cual se conocía muy en ese entonces en el mundo llega a territorio cubano paralizándonos casi por completo.
Los estudiantes permanecieron en sus casas, al ver convertidas sus aulas en centros de aislamientos. Durante un tiempo las clases fueron pesquisas o cruzar líneas rojas para salvar vidas. No obstante, el Ministerio de Educación Superior tomó medidas y comenzaron a aprovechar las ventajas del Internet para impartir las materias a distancia.
Una etapa nueva comenzó entonces en el sistema educacional en Cuba, los alumnos solo podían ver a sus profesores detrás de una pantalla. Las redes sociales se convertían en medios de intercambio e interacción. Las dudas tenían que ser aclaradas mediante un teléfono y los trabajos eran orientados a través de mensajes o correos electrónicos, para aparecer así nuevas formas de evaluación.
Ese período se convirtió en un reto para todos, pues algunos no tenían acceso a las tecnologías o ni siquiera sabían cómo manejarlas. De ahí que se abrieran las puertas de los Joven Club de Computación y surgieran oportunidades de navegación de manera gratuita, desde cualquier dispositivo, en los disímiles portales de las universidades cubanas.
Cuando se logra disminuir el contagio existente en nuestro archipiélago y las aulas vuelven a recibir a sus estudiantes, las secuelas dejadas por el SarsCoV-2 no solo eran visible en el cuerpo también estaban en la vida económica y social a nivel mundial, lo que como es natural resentiría notablemente en la situación del país.
Para los estudiantes universitarios varios serían los contratiempos por enfrentar. El transporte casi se volvió inalcanzable en el que muchos nos trasladábamos hacia nuestros centros, incluso desde otras provincias. Asimismo disminuyeron o desaparecieron, por un tiempo, algunos productos comestibles o de aseo personal y peor aún, cuando por fin los encontrábamos los precios sobrepasaban el cielo.
No obstante, muchos continuamos luchando por nuestro sueño. Regresamos a las aulas y residencias sin saber a lo que podíamos enfrentarnos, resistimos y buscamos alternativas, muchas para graduarse después de un año difícil para todos y otros continuamos los estudios.
Es cierto que todas sus clases no fueron presenciales, pero aportaron conocimientos. Las evaluaciones fueron igual de rigurosas que en años anteriores, para reafirmar el nivel de entrega y abnegación en los estudios, a pesar de tener algunas distracciones en casa.
La juventud una vez más demuestra que es la protagonista de su tiempo. Ni siquiera una pandemia pudo detener el anhelo de muchos de volver a abrazarnos, de vernos los rostros completos y, eso en gran medida, hay que agradecérselo a los jóvenes.
Después de algunos meses los pasillos de las universidades cubanas se contagiaron del espíritu juvenil; las aulas volvieron a llenarse; las clases, al fin, son a la “antigua” y los que empiezan en años terminales están conscientes que su período universitario está por acabar.
Después de todo ese tiempo transcurrido, los mismos que con valentía, estuvieron dispuestos a colaborar de forma solidaria donde los necesitaran, estarán defendiendo sus tesis y trabajos de Diplomas para poner fin a su vida estudiantil y tener el deseado título.
Ellos son los futuros licenciados, ingenieros, médicos, profesionales todos, que llevarán adelante al país hacia nuevas conquistas, los que contarán a sus hijos y nietos sus testimonios; las grandes hazañas de su vida estudiantil en una de las épocas más difíciles que ha vivido la historia de la humanidad y serán recordados como la generación de la COVID-19.
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