Patriotismo y Democracia

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 patriotismo MartíFoto: Granma.cu


El 24 de febrero de 1895 inicia en Cuba la Guerra Necesaria de José Martí y no solo tuvo como fin liberarnos del yugo español, sino a diferencia del 68, esta sería el primer paso para erigir una República democrática.


El Maestro tiene, entre sus planes, elegir un presidente civil y crear una constitución, su muerte en combate lo impide.


La Revolución no es la que vamos a iniciar en la manigua, sino la que vamos a desarrollar en la República”, dijo Martí a Carlos Baliño, un ejemplo de revolucionario, quien, conjuntamente con Julio Antonio Mella, funda el primer Partido Comunista de Cuba, en 1925.


El espíritu democrático de Martí parte de su fe inquebrantable en las masas, en los humildes y en los trabajadores para desarrollar los proyectos de la Patria.


El Maestro sentencia: “Ignoran los déspotas que el pueblo, la masa sufridora, ese es el verdadero jefe de las Revoluciones”. Esa sería una premisa en la organización de la lucha, en la composición del ejército y enfatiza: “Del pueblo es la guerra, y hay que ordenarla de modo que no defraude al pueblo”.


Su anhelo de libertar a Cuba del yugo español fue inseparable a la idea de borrarle toda la herencia antipopular y burocrática de la execrable colonia, para otorgarle a las masas el protagonismo central.


Los primeros intentos independentistas le confirmaron que una conducción con métodos personalistas, sobre la base del caudillismo y el elitismo, conducen directo al fracaso.


Cuando, en 1884 abandona el plan Gómez- Maceo, lo hace convencido que la propuesta del Generalísimo, en la forma de organizar la Revolución, estaba muy lejos de su afán de formar “un cuerpo visible y apretado, capaz de darle a Cuba una libertad duradera”.


“¿Qué garantías puede haber de que las libertades públicas, único objeto digno de lanzar a un país a la lucha, sean mejor respetadas mañana?”…“Respetar a un pueblo que nos ama y espera de nosotros, es la mayor grandeza”.


Por eso el Maestro funda el Partido Revolucionario Cubano, el 10 de abril de 1892 el primer partido político organizado en este continente, para dirigir un movimiento nacional independentista.


Su objetivo queda planteado desde el primer momento: “Unir en disciplina estrecha y democrática a la vez a todos los que, sin distingos de razas, credos y nacionalidades, están interesados en tener una patria libre”. La idea martiana: “Sólo una fuerza necesita el pueblo: No desconfiar de su fuerza”.


Martí concibe la necesidad de la guerra de liberación como acto de justicia encaminado a reivindicar el derecho de su pueblo a ser independiente y como el principio de un programa de amplias transformaciones sociales encaminado a hacer realidad los derechos de sus compatriotas a una vida mejor y más digna.


En la actualidad es muy necesario profundizar en el significado que tiene unidad para nuestro pueblo, cuando enfrentamos del mayor desafío de nuestra historia, con la mayor política agresiva del imperialismo norteamericano, para tratar de derrocar la Revolución Cubana, por diversas vías.


Como reitera Fidel, el ideario martiano constituye uno de los ricos tesoros políticos, una de las más valiosas fuentes de educación y de conocimientos, que debemos aplicar hoy más que nunca, sobre todo, su concepción sobre la unidad de todas las fuerzas dispuestas a proteger a la patria, de quienes tratan de usurparla.


Quienes luchan por la democracia deberían saber que no puede construirse con mercenarios. El patriotismo es fundamental, porque amar el suelo nuestro es ya una premisa para hablar de pueblo.


Los que dicen pueblo y miran para arriba están equivocados. Nadie que quiera a su país exhibe otra bandera.

 

 

 Hilda Pupo Salazar
Author: Hilda Pupo Salazar
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Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

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