“Magos” imprescindibles frente a la pandemia
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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Siempre han clasificado como imprescindibles en el sector de la Salud; sin embargo, en estos días de enfrentamiento a la pandemia su labor se ha hecho aún más indispensable para mantener la vitalidad de los equipos médicos y, fundamentalmente, los directos a la asistencia al paciente en estado crítico o grave.
Para algunos, ellos son “magos”, para otros, trabajadores “todo terreno”, pero de lo que sí no hay equívocos es que de los 281 técnicos, ingenieros y demás obreros del Centro Provincial de Electromedicina de Holguín, depende, en gran medida, que no paren servicios desde los más simples hasta los vitales. La cifra no es un número cualquiera, son más de 7 mil 290 en el sistema sanitario holguinero, en su gran totalidad sin un respaldo de piezas y partes a la mano y no pocos obsoletos, con más de 30 años de explotación, por lo cual requieren de la creatividad e innovación constante.
Por eso, si alguien había abrigado alguna reserva sobre su necesaria participación en cualquier establecimiento, el duro bregar de estos hombres y mujeres durante estos meses de enfrentamiento a la COVID-19 y en lucha por salvar la vida de los enfermos, despejó la más leve preocupación acerca de su desempeño.
Como previsores al fin, mucho antes de que la provincia confirmara al primer caso positivo al nuevo coronavirus SARS-CoV 2 ya el colectivo andaba en función de optimizar líneas de equipos de atención al grave, es decir, revisar, dar mantenimiento y poner a punta todos los aparatos, como ventiladores pulmonares, máquinas de anestesia, jeringas perfusoras, bombas de infusión, oxímetros de pulso, electrocardiogramas, monitores multiparamétricos, unidades de Rayos X móviles, gasómetros, centrífugas, microscopios, entre otros tantos.
De esta manera lograron examinar los 125 ventiladores pulmonares y recuperar dos de los ocho que estaban fuera de servicio y de las 70 máquinas de anestesia, de ellas siete con desperfectos, una la reintegraron a la vida útil ; así como además salvaron otros medios destinados al tratamiento o diagnóstico, entre ellos un Rayos X móvil, determinante en la mediciones y seguimiento radiológico de pacientes con la COVID-19.
De estos detalles habla el licenciado Luis Enrique Almaguer Velasco, director del Centro, para corroborar la decisora actuación de los cuatro departamentos técnicos, donde son atendidos los requerimientos de los clientes, en la mayoría de las ocasiones con mucha inventiva y a corazón, porque ellos también son golpeados por la escasez de partes, piezas y accesorios insustituibles debido al bloqueo económico, que ni en medio de la pandemia ha aflojado un ápice.
“Desde que se pensó en poner en función de la pandemia al hospital militar Fermín Valdés Domínguez expusimos la preocupación sobre el banco de gases en explotación en esos momentos, cuya capacidad no sería capaz de asumir la ampliación del inmueble en ejecución en ese instante, por lo cual nos dimos a la tarea de estudiar lo que requeríamos y solicitamos ayuda al Centro Nacional de Electromedicina para dar solución a nuestras necesidades”.
El directivo asume la instalación del nuevo banco de gases en el “Militar” como una de las obras de mayor envergadura de los últimos meses y lo dice con mucha propiedad, porque “está compuesto, como los de los otros hospitales, por cuatro elementos: oxígeno, vacío, aire comprimido y nitroso, cuya existencia es imprescindible”.
“De conjunto con los electromédicos del hospital y la Empresa de Montaje Especializado se realizó la colocación de las tuberías de cobre atóxico sólo para estas funciones y logró montar el sistema de gases nuevo, dejarlo listo y funcional en tiempo récord, lo cual ha tenido un impacto increíble. Hoy trabaja sin ningún tipo de problema, garantizando el servicio a todos los pacientes”.
Pero, en este centro, pilar de los resultados logrados en la atención de casos sospechosos y confirmados de las provincias de Holguín y Las Tunas, la manos de los técnicos e ingenieros del Centro de Electromedicina han estado en muchos detalles, como en el traslado desde otra institución asistencial hacia esta de un riñón artificial móvil con su planta ante la necesidad de hemodializar a un enfermo.
Al tiempo que también trabajaron en otras instituciones. Por ejemplo, Luis Enrique explica que habilitar “Villa El Cocal, como uno de los primeros Centros de Aislamiento, conllevó a la toma decisiones de gran envergadura desde mover equipos hasta recuperar algunos, porque en ese momento tampoco podían quitarse determinados dispositivos de otras unidades para habilitar este. Por eso comenzamos por recuperar una destiladora, la autoclave; además de un equipo de Rayos X móvil, que los ingenieros lograron poner en funcionamiento y ha sido de vital importancia allí”.
De esa pelea constante por responder a las necesidades del sector también comparte sus experiencias Ilsia Téllez Sánchez, quien ha dedicado gran parte de su vida a la Electromedicina, así lo confirman sus 40 años dedicada a la tarea y desde la dirección del Equipo de Laboratorios, atesora historias por compartir.
“Trabajamos con equipos de cuya vitalidad o existencia depende la vida de los pacientes, por eso el nivel de responsabilidad nuestro de hacer que funcionen y funcionen bien. Con ellos ponemos armas en las manos del personal médico y especialista para un diagnóstico o un tratamiento específico, oportuno.
“Por ejemplo, en la provincia contamos con 19 gasómetros en las Unidades de Cuidados Intensivos. Estos desde que se encienden nunca más se apagan a no ser por una rotura, ante alguna eventualidad tenemos que ser capaces de repararlos y buscar soluciones, pues deben estar listos para realizar una gasometría o análisis, como se les llama en términos médicos. De los resultados estos dependen, no pocas veces, la actitud adoptar con el paciente ventilado”, significa.
La mayoría de estos especialistas, también, ha estado en zona roja, como Jorge Iser González, jefe de Departamento de Electromedicina del Hospital Militar, porque “cuando no es posible sacar un equipo para arreglarlo previa desinfección, entonces debemos entrar a la Sala de Terapia o al Laboratorio a solucionar determinado desperfecto a cualquier hora del día o la noche”.
Por su parte Félix Antonio Rodríguez Mederos, electromédico del hospital clínico quirúrgico Lucía Íñiguez, destacada la labor innovadora de su equipo puesto a prueba las 24 horas del día junto a los especialistas del Centro Electromedicina, en la solución de desperfectos técnicos de algunos aparatos, como las autoclave, de Rayos X o gasómetros.
Volvemos a Luis Enrique Almaguer Velasco, quien reconoce que en toda esta labor han contado con el apoyo justo e incondicional de su principal suministrador EMSUME; además han sentido la cooperación del Jefe de Microbiología del Centro de Higiene y Epidemiología, que en el transporte vinculado a su servicio ha posibilitado el traslado urgente de piezas, desde La Habana y también resalta a la Empresa de Servicios de la Salud por incondicionalidad en el envío de equipos a varias unidades.
“Hemos trabajado como un sistema unido desde la Dirección provincial de Salud, los Departamentos de Tecnología, Asistencia Médica, Transporte hasta el de Inversiones, lo cual nos ha permitido vencer obstáculos, para como refrenda nuestro slogan, seguir Rompiendo barreras, para garantizar la tecnología”.