Diosa de bata blanca

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arelis dictora 1Fotos: Alexis del Toro
 
Un llamado de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) para responder una iniciativa de Fidel, propició un giro de 180 grados a su vida. En 1984 terminada la carrera de Medicina sería parte de los pioneros del Programa del Médico de las 120 Familias en Holguín. 
 
En total fueron seis muchachas en el municipio cabecera y tres hombres en Banes, quienes en esta provincia se encargaríande protagonizar una revolución dentro del sistema de asistencia médica, modificar conceptos, enfrentarse a no pocos prejuicios y, sobre todo, abrirse paso, poco a poco, en una tarea totalmente desconocida, cuyo creador seguía sin descanso desde que iniciara pocos meses antes por el policlínico de Lawton, de La Habana, con 10 galenos.

Así quedaba atrás la aspiración de hacerse Pediatra de la mejor graduada integral de Medicina entre los internos de esa especialidad de la titulación de 1984,de la entonces novísima Facultad de Ciencias Médicas Mariana Grajales.

El experimento comenzó en la ciudad de Holguín por el área de salud Alcides Pino Bermúdez, donde fueron acondicionados cinco locales para funcionar como consultas médicas y uno en la fábrica de combinadas cañeras 60 Aniversario de la Revolución de Octubre.

Entre las cinco recién graduadas llegadas en septiembre de 1984 al populoso reparto holguinero estaba la doctora Arelis de la Caridad Pérez Almaguer, a quien le correspondió el Consultorio No. 4, localizado en el corazón de esa área de salud, exactamente en Carretera a Gibara, entre 34 y 40 (en 1987 pasó a la casa- consultorio convencional construido en Calle 13, entre 40 y 54 con la misma población).

La muchacha de la comunidad de Melones, municipio de Rafael Freyre, con su bata blanca impecable y muchos deseos de desentrañar un nuevo modelo de atención médica entró así a un lugar desconocido completamente por ella y dónde la aguardaban una gran responsabilidad y 120 familias curiosas, expectantes de lo que “esa jovencita haría allí”.

De aquel día hasta ahora han transcurrido más de 34 años; sin embargo, la doctora Arelis lo recuerda siempre. Razones le asisten, porque sigue en la misma comunidad que un día la acogió con no pocos recelos, pero que con su trabajo ha hecho la adopten como a un miembro más las 120 familias, aumentada desde hace algún tiempo a 522 con mil 520 integrantes y la tenga entre las personas más importante, como una Diosa de bata blanca.

“Comencé temerosa, porque había realizado el internado vertical en Pediatría, es decir, el último año de la carrera fue completo dedicado a esa especialidad, para una vez graduada convertirme en Pediatra.

Sin embargo, en la medida que el tiempo iba transcurriendo y la población acercándose más y más a nosotros no me dio trabajo adaptarme, por aquella época era de mucha la efervescencia del grupo comunitario y cualquier tarea salía sin problemas.

“Acompañada de la enfermera hicimos primero el censo de toda la población del área asignada, luego la dispensarización, es decir, su estado de salud si estaban o no enfermos y ya en 1985 sí los caracterizamos por grupos. Las personas en el uno; las de riesgo, en el dos; en el tercero, los enfermos y en el cuarto los de secuelas.

“Esto nos hizo visitar casa a casa y conocer cada paciente, relacionarnos más estrechamente con todos, para así cumplir con el principal objetivo del Programa: mejorar el estado de salud de la población mediante acciones integrales dirigidas al individuo, a la familia, la colectividad y el ambiente, a partir de una estrecha vinculación con la comunidad”.

Y así, sin darse apenas cuenta, la doctora Arelis sumó en septiembre pasado 34 años de ser Médico de Familia. Allí se hizo especialista de Segundo Grado en Medicina General Integral (MGI) y venció decenas de cursos de preparación; atendió a sus padres hasta que fallecieron; construyó su familia, le llegó su única hija, quien es ingeniera industrial y labora en La Habana.

Ocupó varios cargos en el policlínico por necesidades del área de salud desde directora, vicedirectora hasta jefe de Grupo Básico; se desempeñó como profesora y otras tantas responsabilidades políticas y sociales, que no impidieron seguir siempre atenta a sus pacientes.

arelis doctora 2
 
Aunque entre 2010 y 2012 la cantidad de población casi se duplicó siempre ha logrado mantener un trabajo estable con resultados muy positivos en el Programa Materno Infantil, la atención diferenciada a los pacientes según los grupos dispensarizados y, principalmente, llevar de la mano la actividad educativa y de prevención; además de ganarse la confianza de la población para hacerla partícipe de sus inquietudes o alegrías.

Las consultas de Arelis normalmente sobrepasan la dos o tres de la tarde; sube a la casa come algo y cumple con las otras obligaciones del día, una veces ir al policlínico, una reunión o realizar “terreno” en el área y así se le va el día y la noche, para levantarse bien temprano a llenar documentos, que son bastantes, los que precisan llevar los médicos de familia, según confesara la experimentada doctora.

Esa dedicación y entrega diaria a veces no es recompensada por la generalidad y por eso la mortifica que algunos de la población no resulten cooperativos o no sientan que la responsabilidad de su salud ante todo es un deber de cada persona.

“Hay quienes se niegan a ingresar o le indicas determinados complementarios y después no se preocupan de ir a reconsulta a interesarse por los resultados o mujeres dicen de hacerse la prueba citológica para que cumpla la doctora; sin detenerse a pensar que es por su bien hacerse ese u otros exámenes”.

Pero las satisfacciones son más para esta Hija Ilustre de Holguín y Personalidad de la Salud, porque ha visto que sus esfuerzos no han sido en vano en su comunidad, donde tiene la complacencia de que las hijas de las embarazadas que dio seguimiento a finales de los ´80, hoy son ya mujeres a las cuales también atiende su gestación, es decir, son ya dos generaciones que pasan por sus manos.

Arelis no olvida a sus colegas fundadoras. “Dos ya están jubiladas; Teresita Besteiro Soler sigue activa en el policlínico Julio Grave de Peralta; Vivian Hidalgo hizo otra especialidad, Microbiología y Maité Domínguez, labora en Colaboración Médica en La Habana.

De nosotras solo quedo yo en ¨Alcides Pino¨, donde empecé y no me arrepiento, porque el Médico de Familia es una institución que ha logrado su valía en la atención primaria de salud en favor del bienestar de la población”.

“Hoy no imagino el sistema sanitario cubano sin este Programa, que ha contribuido de manera decisiva a elevar los indicadores de salud del pueblo cubano, muy similares a los de muchos países desarrollados”.

“Viene entonces a mi mente a su artífice y ferviente impulsor, en nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro y pienso que cuánta razón tuvo en concebir el Médico de Familia”. 

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Comentarios  

# METapiaB 03-01-2019 15:17
Felicidades Arelis. Tus compañeras/os de estudios de la Escuela Vocacional José Martí deseamos que sigas cosechando éxitos. Te esperamos en los próximos encuentros de graduados.
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