Participa Ministro de Economía en taller de encadenamiento productivo en Holguín
- Por Yanela Ruiz González
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Fotos: Alexis del Toro
Con la presencia de Alejandro Gil Fernández, viceprimer ministro de la República de Cuba y titular de Economía y planificación, sesionó el taller de encadenamiento productivo y cadena de valores en la nororiental provincia de Holguín, como parte de las actividades de la jornada científico productiva, vísperas del Día del Economista que se celebra este 26 de noviembre.
Auspiciado por la Empresa Productora y Distribuidora de Alimentos, Numa, y la Asociación Nacional de Economistas de Cuba en el territorio, la cita acogió una representación de directivos, especialistas y actores económicos que tienen encadenamientos productivos con la entidad, así como funcionarios del sector de la economía.
Kirenia Peña Balada, directora de Numa, expuso una caracterización de la empresa y abordó algunos logros a partir de las posibilidades que tiene hoy la empresa estatal socialista para desarrollarse a través de las relaciones encadenadas con los nuevos actores de la economía, y de este modo aportar a la estrategia de desarrollo local y contribuir a las demandas del pueblo.
La recuperación de equipamiento tecnológico con marcada obsolescencia, la adquisición de variadas materias primas, como harina de trigo, azúcar, salchicha y sirope y la diversificación de producciones forman parte de los beneficios generados por el encadenamiento productivo, tanto con empresas estatales del entorno local como con mipymes, lo que les ha permitido ampliar la cartera de productos, producir más de 11 mil toneladas de alimentos y generar ingresos superiores a los 200 millones de pesos para la entidad.
Tras escuchar la experiencia de Numa, el titular de la economía ponderó la claridad y positividad con que esta empresa ha encausado su misión en las condiciones actuales y destacó la necesidad de multiplicar estas buenas prácticas en todo el país.
A modo de reflexión compartió algunas ideas en torno a la concepción de lo que es el encadenamiento productivo, pues muchas veces se distorciona su esencia al asumirse como la relación de compra-venta o al poner las capacidades productivas en manos del sector no estatal, con el arrendamiento de locales y otras actividades de alquiler, o simplemente al ofertar productos que adquieren a través de mipymes sin aportar ningún valor agregado.
“Hay que buscar alternativas, pero de acciones que permitan desarrollar producciones conjuntas entre todos los actores de la economía. Tenemos en el país un nivel no despreciable de capacidades productivas ociosas y una demanda insatisfecha, lo que constituye una oportunidad para la economía cubana, que se puede aprovechar para producir más, sin la necesidad de una nueva inversión”, significó.
Se trata, dijo, de aprender a dialogar con los nuevos actores económicos, que tienen una misión también dentro del modelo económico social cubano, y hacen falta, pero ordenadamente, por lo que hay que diseñar y conducir esos encadenamientos productivos, que son el camino para satisfacer la demanda no cubierta.
En este sentido, insistió en las estrategias de desarrollo local, la vía más factible para guiar la economía territorial, que no puede basarse en el incremento de importaciones para vender bienes, sino en optimizar las potencialidades endógenas para producir y proponer ofertas y servicios a un precio más razonable, lo que además genera empleo, capacitación de los recursos humanos y valor agregado, y tributa al crecimiento económico y desarrollo.
“Estamos en un escenario ideal para desarrollar el encadenamiento productivo, pero tenemos que tener un consenso conceptual de lo que significan y de los intereses de la empresa, del territorio, la provincia y el país”, concluyó.
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