Recuerdan en Holguín aniversario 65 de la masacre de Matatoro
- Por John Alex Fernández Leyva / Estudiante de Periodismo
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A 65 años de la masacre de Matatoro, desde el monumento que guarda los restos de once valerosos jóvenes que perdieron la vida luchando contra la tiranía batistiana por un mismo ideal, se rindió merecido tributo con un acto político cultural y la colocación de ofrendas como homenaje a los caídos en defensa de la libertad de nuestro pueblo.
El espacio estuvo presidido por Osmany Viñals García, primer secretario del Comité Municipal del Partido en Holguín; Rodolfo Suárez Ochando, vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular y Julio Pérez Santana, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana en el municipio.
El momento fue propicio para que varios estudiantes con resultados relevantes en su actuar recibieran el carnet que los acredita como militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas, muestra de la continuidad de la Revolución por la juventud cubana. Además Rider Delgado Ávila en representación de la filial holguinera de la Unión de Historiadores de Cuba hizo entrega de un donativo de libros sobre la historia de la localidad para uso comunitario.
Las palabras centrales fueron pronunciadas por Roxana Domínguez Sánchez, primera secretaria del Comité Municipal de la UJC en Holguín quien en su intervención apuntó: "Los jóvenes holguineros igual de comprometidos con nuestro tiempo, tomamos el ejemplo de los que con su vida abonaron el camino para que pudiéramos disfrutar de una Cuba más libre y soberana y lo convertimos en referencia para enfrentar los nuevos retos que hoy tenemos en cada frente ya sea en el estudio, la producción o la defensa demostrando así que cada generación de cubanos dignos tiene ante sí el reto de seguir el ejemplo dejado por esos miles de mártires que no temieron al frío, la tortura o la muerte y desafiaron al tiempo para convertirse eternamente en parte de la historia de la Patria."
También convocó a demostrar con hechos que cada gota de lágrima derramada por las madres cubanas se ha transformado en cientos de conquistas alcanzadas por la Revolución para que su llanto sea la llama eterna que alimente nuestra memoria y nos recuerde que ante cada victoria está el sacrificio del que fue consecuente con su momento y lo dio todo por ver a Cuba libre.