Madelexis Martínez, un Código para proteger

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Código Hogar de Ancianos 02Madelexis Martínez Dámaso, trabajadora social del Hogar de Ancianos “Jesús Menéndez Larrondo”, de la ciudad de Holguín. Foto del autor


Su oficina es un lugar bastante concurrido y ella siempre está dispuesta a atender a quién lo requiera. En un constante entrar y salir de personas que van en busca de su ayuda, transcurren las jornadas de Madelexis Martínez Dámaso, trabajadora social del Hogar de Ancianos “Jesús Menéndez Larrondo”, de la ciudad de Holguín.


“La parte humana es lo que más prevalece en este tipo de profesión. El amor hacia los demás y el deseo de siempre ir en busca de soluciones certeras, para que todos se sientan atendidos, es lo más importante”.

Su trabajo en esa institución inició en el 2010 y desde su llegada asegura haberse convertido en mejor persona. Cada caso que atiende la hace involucrarse e identificarse con el anciano implicado y no pocas veces tiene la difícil tarea de lidiar con familias que se sienten insatisfechas, ante determinada situación.

No puede evitar emocionarse al vincular a los residentes en el Hogar con sus padres. Ver como muchos llegan sin desearlo y con el único anhelo de regresar a su vida anterior, provoca que Martínez Dámaso ratifique la importancia de un Código de las Familias, que velará por los derechos de aquellos que merecen vivir una ancianidad plena y con capacidad de autodeterminación.

Llegada a una nueva casa

“Los adultos mayores ingresan a partir de la investigación que hacen las áreas de salud. De acuerdo a sus condiciones de vida, personas con las que conviven y otros factores, los trabajadores sociales de los policlínicos realizan un levantamiento que despachan con el municipio, donde se establece el orden de prioridad.

“La institucionalización es el último proceso al que se debe recurrir, y la gran mayoría de los casos que ingresan lo hacen porque no tienen otra opción. En estos momentos el Hogar cuenta con 96 ancianos.

“Si el paciente es jubilado y está en condiciones de abonar su servicio se le cobran 1260 pesos mensuales, pero siempre se le realiza un descuento de forma tal que se quede con dinero para otros gastos personales que desee hacer.

“En caso de que sus ingresos económicos no asciendan a la cifra anterior se le hace un pago parcial por parte de la asistencia, y si la persona nunca tuvo vínculos laborales la asistencia social se encarga del pago total de su estancia”.

Equipo de trabajo fortalecido

“En el Hogar contamos con un equipo excepcional, que vela por el cuidado de nuestros adultos mayores. Tenemos el grupo de asistencia médica y el departamento de trabajo social que se desempeña de conjunto con la psicóloga. También contamos con el departamento de rehabilitación, la terapeuta y la podóloga.

“Además, están las enfermeras que complementan la atención a los ancianos, y las asistentes que son las encargadas de atender a los pacientes frágiles, que son dependientes en su mayoría, y a los funcionales que son capaces de realizar las actividades propias de la vida diaria.

“Al Hogar vienen también médicos de distintas especialidades a tratar diferentes patologías que puedan presentar los que aquí residen. Si alguno requiere de ingreso hospitalario, nosotros coordinamos su traslado para garantizar su bienestar. En este tipo de escenarios siempre hacemos lo necesario para contactar con sus familias, pues consideramos importante garantizar la interrelación en esos momentos difíciles”.

Luchar por mantener el vínculo

“De los 96 ancianos que tenemos, los familiares de 78 vienen con cierta periodicidad y 16 tienen posibilidad de salir de pase, pero a los restantes sus familias los han desatendido durante años. Eso es muy triste.

“Nosotros luchamos por mantener el vínculo entre los adultos mayores y sus parientes; a estos los mantenemos al tanto y los convocamos, pero generalmente solo asisten los que aún mantienen lazos afectivos con ellos y, en la mayoría de los casos, son los familiares de aquellos que se desenvuelven sin mayor dificultad en nuestra institución”.

Código para proteger

“Creo que el Código de las Familias va a aportar y ayudar mucho, sobre todo, para evitar que ingresen con nosotros a personas que no lo necesiten o no lo deseen.

“El trabajo en esa dirección debe comenzar antes de que el anciano entre al Hogar, pues ese debe ser el último camino a seguir. No son pocos los que han llegado aquí después de que sus familiares se apropiaran de sus viviendas, y los dejaran desamparados, sin otra alternativa que recurrir a la institución.

“Tenemos casos a los que les han vendido sus casas, esas en las que han residido toda su vida, y aparentemente no cuentan con un respaldo al que recurrir.

“Creo que es vital que las personas mayores tengan sus derechos bien claros desde el punto de vista legal, pues esto los dotará de garantías para desarrollar sus últimos años de vida de forma plena. En correspondencia a sus capacidades y también a sus limitaciones, este Código velará por su protección y garantías básicas”.

Código Sí

“El Código de las Familias va a defender a los cubanos por igual. Tiene gran importancia, pues permitirá que el país se fortalezca, sea más humano y más inclusivo. Su aprobación sería lo mejor para nuestros ancianos y para la sociedad cubana en general, pues el documento recoge aspectos beneficiosos para todos”.

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