Reducir el contacto, mantener el distanciamiento
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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El crecimiento sostenido de la epidemia COVID-19 en la provincia de Holguín en las últimas semanas ha estado vinculado, en lo fundamental, por el número de contactos de casos confirmados, grupo de mayor riesgo de adquirir esta enfermedad de transmisión respiratoria.
Al concluir la novena semana se confirman 163 pacientes con SARS-CoV-2, para crecer un 7,9 por ciento con respecto a la octava, cuando fueron 151, con mayor incidencia en la problemática los municipios de Holguín (94), Sagua de Tánamo, Mayarí y Moa, 15 cada uno, donde se concentra en estos territorios el 85,2 por ciento de los diagnosticados en ese lapso.
Sobre este tema despeja varias dudas y términos el Osmany Ricardo Puig, especialista de Segundo Grado en Epidemiología y máster en enfermedades infecciosas, en el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
¿Qué es un foco de infección en esta enfermedad?
Es el sitio o lugar donde se localizan reservorios o la fuente de infección de una enfermedad transmisible, más el territorio geográfico circundante hasta aquellos límites en los cuales sea posible la difusión de los agentes biológicos hasta los susceptibles, de acuerdo con las características epidemiológicas del padecimiento.
En la provincia han existido focos de infección muy extendidos en el espacio y en el tiempo, que al diseñar el árbol de transmisión o la araña epidemiológica se observa, cómo a partir del caso índice (el primer enfermo que se detecta) se ha llegado hasta una cuarta generación de contactos y eso habla muchas veces del nivel de contagio, por la movilidad poblacional y el intercambio interpersonal sin cumplir las medidas sanitarias.
Si se trabaja bien no existe razón para que el foco sea extendido. Las intervenciones en el foco deben de ser oportunas, amplias y con la participación del personal de Salud Pública y del resto del grupo de trabajo comunitario. Si no continúan apareciendo casos enfermos en el foco este cierra a los 28 días de los primeros síntomas del último caso confirmado.
¿A quiénes son contactos estrechos?
Cuando se habla de contacto cercano se refiere a las personas con relación directa a un paciente confirmado o sospechoso de infección de COVID-19, incluidas las siguientes situaciones: aquellos que viven, estudian o trabajan en mismo lugar del enfermo (son los llamados de primer orden), porque la relación ha sido más estrecha y por un período más largo de tiempo, a los convivientes en la residencia del enfermo se les llama intradomiciliarios. Existen otros tipos de relaciones interpersonales en el ámbito social, laboral, comunitario (de segundo orden) y que son extradomiciliarios, lo cual no quiere decir que no tengan valor en la investigación epidemiológica.
Por ejemplo, en la última semana, en el municipio de Holguín predominaron los extradomiciliarios, lo cual indica que las personas violan las restricciones de movimientos y deambulan por la ciudad vulnerando las medidas establecidas.
Existen diferentes métodos para detectar el contacto, pero el más utilizado es la encuesta epidemiológica, dirigida a los enfermos previo consentimiento informado y cuidando de la ética y privacidad. Al realizar la encuesta se precisa la fuente de infección del enfermo, fecha de inicio de los primeros síntomas y al final se listan los contactos y el momento probable de exposición al contagio, se precisan nombres y apellidos y dirección exacta para su localización y aislamiento. Osmany Ricardo Puig, especialista de Segundo Grado en Epidemiología y máster en enfermedades infecciosas, en el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología. fotos: Carlos Rafael
Si no se declara algún contacto por olvido o de manera intencional y esa persona ya estaba infectada sigue transmitiendo la enfermedad sin tratamiento ni control. En la práctica epidemiológica hemos observado que se cierra un foco de infección a los 28 días y luego aparecen casos esporádicos que no fueron declarados ni identificados en el momento oportuno.
Los contactos ingresan en centros de aislamiento habilitados en cada municipio y los de primera línea se aíslan y se les realiza PCR al quinto día de haber ingresado en el centro y los de segundo orden esperan en el domicilio bajo medidas sanitarias y el resultado del PCR de los contactos primeros. Si alguno de los estos pasa a ser confirmado, ellos se convierten en contacto de casos positivos a la COVID-19 y pasan a un centro de aislamiento.
¿Cómo puede ocurrir el contagio?
El 47,5 por ciento de los infecciones ocurren desde dos días antes del inicio de los síntomas (etapa infectiva prodrómica) o en los primeros cinco días, llamado período infectivo temprano. Por eso, mientras más temprano se aíslen tanto el enfermo como el contacto resultará mucho mejor desde el punto de vista epidemiológico, porque estamos actuando sobre un posible reservorio de la enfermedad y lo ideal es neutralizar a ese agente patógeno para poder cortar la cadena de transmisión, de ahí la necesidad de que los pacientes declaren, oportunamente, los contactos intra y extradomiciliarios en los últimos 14 días.
Cuando una persona tose, estornuda, habla, libera las gotículas, que son partículas superiores a 300 micras que vencen la resistencia al aire y caen al suelo en segundos. Por cada gotícula liberamos alrededor de mil 200 aerosoles y ahí es cuando existe la posibilidad de infectarnos.
No por gusto se ha hablado tanto en estos tiempos de evitar las aglomeraciones, mantener el distanciamiento físico entre 1,5 a dos metros, usar nasobuco, evitar las actividades en lugares cerrados, como discotecas, bares, salas de reuniones y otros.
¿Qué criterios se utilizan para clasificar una persona como sospechosa?
Los casos sospechosos y confirmados se clasifican en dos grupos, estratificados de la siguiente manera:
• Paciente de bajo riesgo (BR): menor de 65 años sin comorbilidades.
• Paciente de alto riesgo (AR): menor de 65 años con comorbilidades y de 65 años o más, con o sin comorbilidades.
Las comorbilidades a considerar son la obesidad, hipertensión arterial (HTA) no controlada; enfermedad renal crónica (ERC), cardiopatía isquémica (CI), diabetes mellitus (DM), enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer, desnutrición severa, inmunodeficiencias primarias o secundarias y otras que consideren los médicos de asistencia.
Los casos sospechosos clasifican según los siguientes criterios: persona con alguna manifestación clínica respiratoria que en momentos de epidemia hacen pensar en COVID-19, el viajero internacional con sintomatología respiratoria, paciente con signos clínicos respiratorios e historia de ser contacto de un caso confirmado en los últimos 14 días; fallecido por una Infección Respiratoria Aguda (IRA) grave sin causa aparente, además todo el que presente un test rápido de antígeno positivo clasifica como sospechoso y se actúa según protocolos.
A los sospechosos se les realiza una evaluación clínica y una encuesta epidemiológica para definir los contactos. Si la persona clasifica como de bajo riesgo se aísla en un centro de aislamiento para estos casos (villa Garbo o Universidad de Moa), pero si entra entre los de alto riesgo ingresa en un hospital provincial de manejo de COVID-19 (“Lucía Íñiguez” o pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja).
A ambos grupos debe hacérseles el PCR en las primeras 24 horas, que de ser negativo se le da alta con seguimiento epidemiológico en su consultorio y a criterio epidemiológico tiene un segundo PCR en la comunidad. Por el contrario al positivo se traslada e ingresa en un centro definido para bajo riesgo (Villa El Cocal) o de alto riesgo (Hospital Militar).
Si el paciente sospechoso tiene un test rápido de antígeno positivo se inicia tratamiento con Heberferón y se procede a la vigilancia intensiva, si es de alto riesgo, hasta tanto se obtenga el resultado del PCR.
¿Cuándo podemos decir que estamos frente a un caso confirmado de COVID-19?
Cuando resulta positivo al estudio virológico para la COVID 19, con o sin sintomatología. La prueba confirmatoria es el PCR, que detecta presencia de componentes del virus (material genético o antígenos).
Con los casos confirmados asintomáticos de bajo riesgo se inicia tratamiento con Heberferón y se procede a la vigilancia intensiva hospitalaria. Los sintomáticos se clasifican por su cuadro clínico en leves, moderados y severos y también se catalogan, como de bajo y alto riesgo y van a un hospital de manejo de COVID-19 y los de alto riesgo y los graves entran a las salas de vigilancia intensiva o de cuidados intensivos.
Es bien conocido que se utilizan varios tipos de medicamentos como antibióticos, antinflamatorios, esteroides, anticoagulantes y otros productos de la biotecnología cubana.
Los confirmados de la provincia ingresan en el hospital militar Doctor Fermín Valdés Domínguez, además de los niños y gestantes y a los adultos clasificados como de alto riesgo por tener alguna comorbilidad de evolución crónica y en Villa El Cocal los adultos asintomáticos, de bajo riesgo y algunas personas que pueden padecer de determinada comorbilidad, pero compensados.
¿Considera usted que la cuarentena es una medida eficaz?
Claro que sí, siempre que se organice e implemente bien, con orden, disciplina, control y, sobre todo, con la participación social y comunitaria. Para la poca experiencia que teníamos en Cuba con la aplicación de esta medida se ha aprendido mucho entre todos y existen muy buenas experiencias, el propio pueblo se involucra y da ideas y coopera con las acciones que realiza Salud Pública, pero el éxito está en identificar a los contactos y los sospechosos, aislarlos y estudiarlos oportunamente.
Con regularidad se utiliza la cuarentena modificada como una medida específica para proteger al susceptible y se limitan los movimientos estableciendo anillos bien delimitados en la comunidad.
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