Félix Domínguez: “Desde mi cabina, yo juego”

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Sumergirse en el inmenso mundo del sonido en los estadios es adentrarse en un espacio donde la pasión por el deporte se fusiona con la música y los efectos sonoros. Félix Domínguez Martínez comenzó en ese universo en su etapa del Servicio Militar General, como ayudante del operador de audio de las tropas, lo cual le sirvió para posteriormente evaluarse y especializarse como sonidista. Durante su formación, ayudó a trabajadores de cultura y propaganda, sectores en los cuales le ofrecieron empleo y rechazó, pues su aspiración era trabajar en eventos deportivos.

Aunque era realmente algo que deseaba, nunca pensó que lograría trabajar operando audio en el Estadio Mayor General Calixto García Íñiguez, de la ciudad de Holguín, hasta que un amigo, delegado del equipo provincial de beisbol, le informó sobre una plaza que estaban al aprobar.

Empezó como sonidista móvil en el año 1984, atendiendo todos los eventos provinciales y nacionales del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder) que se celebraban fuera del estadio. Como sonidista móvil apoyó en varias ocasiones los juegos de pelota, cuando el operador de la cabina se ausentaba; poco tiempo después ocupó el cargo de operador de sonido.

¿Cómo fue su primera experiencia como sonidista?

Fue como sonidista móvil en una actividad que se desarrolló frente al Parque Julio Grave de Peralta (las Flores). Era, aparentemente, algo pequeño, con tablas gimnásticas y un espectáculo musical, sin editar nada, usando solamente casetes; todo salió como deseaba.

¿Cuáles son tus responsabilidades como sonidista en el Estadio?

Me encargo de que todas las cabinas estén listas, de la atención a los distintos medios de prensa, operar el sonido, de la locución cuando falta el especialista y anunciar los cambios de jugadores que ocurran en el juego. Además de que me gusta ayudar en otras áreas relacionadas con el béisbol.

¿Cuál consideras fue el momento más desafiante de la carrera?

Cuando Humberto Lerma Tejas, locutor, viajó a España, dejó un vacío debido a que su voz era inconfundible. Como no habían contratado a nadie para realizar la locución, tuve que asumir la responsabilidad, estaba un poco nervioso porque era la primera vez que hacía locución y no me gustaba. Estuve encargándome de ello tres años consecutivos, a pesar de que seguía sin gustarme.

sonidista estadio 02Foto: Gabriel Muñoz

En los años que lleva en el Estadio ¿Cuál ha sido el espectáculo que recuerda con mayor admiración?

Una de las cosas que más me ha llamado la atención fue el espectáculo gigante que desarrollamos aquí en el “Calixto”. Se asociaron las actividades recreativas, deportivas y saludables; con un elenco conformado por niños de las primeras edades, jóvenes, adultos mayores y perros.

Casi cuatro horas de espectáculos, trabajando con 72 casetes y dos caseteras. Lo edité todo con una grabadora de cinta grande. En el cuadro final se enredaron las cintas de los casetes, tiré rápido la grabadora y pude salvar el espectáculo, gracias a esto el periodista Aroldo García Fombellida me bautizó como el “mago”. Pero el momento que guardo con alegría fue cuando Holguín fue campeón en 2002; sin predecirlo me imaginé que íbamos a salir vencedores en el campeonato; es que desde mi cabina, yo juego. El estadio se quedaba pequeño para la cantidad de aficionados que se habían acercado, muchos se lanzaron al terreno a celebrar con los peloteros, otros ni siquiera pudieron entrar.

¿Qué riesgos tiene tu profesión?

Lo más complicado de mi trabajo es la responsabilidad de estar a tiempo en mi puesto, ya que de ello depende el desempeño del estadístico deportivo, la transmisión radial en vivo y el puesto de mando de la PNR. Siempre llego a las cabinas una o dos horas antes de que empiece el partido, las abro, enciendo las luces y los equipos de aire; hago prueba de sonido y recojo la nómina de los dos equipos que compiten y de los profesionales encargados del arbitraje; posteriormente esa información se la entregó a los especialistas.

¿Lo que más le gusta de Holguín?

La afición del pueblo por el deporte; aunque el equipo se encuentre en una mala racha la instalación se mantiene a más de la mitad de capacidad. El poder que tiene el béisbol de atraer a todo el mundo. Me gusta mucho mirar hacia las gradas, a veces me sorprendo, cuando los niños siguen el aplauso de sus padres, cuando hay una jugada acertada o los festejos de esos familiares orgullosos de su pelotero; realmente la pelota es amor.

¿Cómo podemos medir el éxito de su trabajo?

Lo que más complace al personal que se dedica a esta actividad es el reconocimiento del público, su opinión. Sin embargo, tengo la dicha de que trabajadores de otras provincias me manden saludos y recuerdos con los peloteros cuando vienen de otros territorios. Que muchos jugadores y personal de equipos visitantes suban a cabina para saludarme con una frase que se ha vuelto muy popular “Ojalá en todas las provincias fueran como tú”.

¿En el mundo del sonido lo conocen por alguna frase específica?

“Cuidado con el perro que muerde callado”. Fui el promotor de la frase en los juegos, es de la autoría de Faustino Oramas, el Guayabero. En un juego la tenía en fila para el final de un inning y terminé poniéndola en medio de un jonrón, gracias a la emoción que me proporcionó.

Nos despedimos de Félix mientras él iba camino a instalar los equipos de audios, decía que ya los peloteros estaban a punto de llegar al entrenamiento y alguna música los tenía que recibir. Ahora lo imaginamos admirando a esos jóvenes que luchan por un campeonato o a la afición holguinera que espera festejar como lo hicieron en el año 2002.


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