José Emilio “Azze” libros diferentes en Holguín

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Cuadernos Papiro JoséE LeyvaJose Emilio Leyva Azze, diseñador holguinero que hace de los libros arte en la Editorial Cuadernos Papiro. Fotos: Cortesía del entrevistado y de la autora
 
Todo es demasiado extraño. Al menos para este siglo o para quien llega por primera vez. Tú lo sabías, Jose Emilio Leyva Azze; pero decidiste hacer de aquel sitio tu propia máquina del tiempo.

En ese pedacito de Holguín de la calle Morales Lemus #162, el reloj se detuvo en el siglo XIX. Hay tres máquinas de impresión Charles, un linotipo, una guillotina. Todas funcionan con sus piezas originales. Según tú, en ellas radica buena parte de la magia de Cuadernos Papiro, la editorial a la que llegaste hace unos cinco o seis años.

No puedes precisar bien la fecha oficial de tu incorporación. Desde antes colaborabas con el pequeño equipo que piensa y produce los lirbos-arte, donde todos hacen de todo para lograr el resultado final.
 
Oficialmente eres el diseñador de los libros; uno diferente a los de esta época que componen a golpe de clic. Tu máxima aliada es la imaginación y los años de estudio en el ALBA, donde tu generación recibió una buena prepración en diversas materias de las artes visuales, incluidos los libros-arte.

Generalmente, la editorial, según la temática del libro, piensa y convoca a un artista cubano para que realice el diseño.
 
Cuadernos Papiro testamento del pez
 
Una vez que decide trabajar con Cuadernos Papiro, tú debes velar porque su propuesta sea viable para su reproducción, casi siempre, entre 80 y 100 ejemplares. Cuidas todos los detalles. Garantizas el papel y su gramaje adecuado. Determinas el tipo de encuadernación…

Pero si el libro está vinculado a las religiones afrocubanas, tu especialidad en tu obra artística, entonces el proyeto es todo tuyo. Así sucedió con Cinco poemas afrocubanos, de Alejo Carpentier.

Cuando recibes el texto lo analizas una y otra vez. Canalizas tu obra a través de esa pieza literaria, intentando que cada libro sea diferente, pero que todos lleven tu sello, como Balada del árbol que fue rosa, Testamento del pez, Dos Patrias...

Has tenido que estudiar mucho, la verdad. Lo agradeces. Al final, un creador debe tener diversos recursos para expresarse y allí el arte comienza desde la producción del papel que se “lava” en una AURIKA rediseñada para fabricar la pulpa que, tras un largo proceso, se convierte en hojas exclusivas.

El papel no es un simple soporte, dices. Hecho a mano en la misma sede de la editorial tiene un papel protagónico. Para el libro Yerbas poderosas, por ejemplo, sobre plantas medicinales utilizadas en Cuba, tuviste que estudiar las hierbas para incluirlas en la pulpa y que conservaran su color original.
 
Cuadernos Papiro Cuaderno CantatasJosé Emilio Leyva trabaja en el cuaderno Cantatas

Cada proyecto es un reto a la creatividad. Mucho pensaste en el libro Holguín, ínsula embrujada, poemario de diversos autores dedicado al aniversario 300 de tu pueblo. Prefieres trabajar con fibras, pero no encontraste ese cultivo especial que identificara a la región. Por eso, pensaste en la tierra roja de Moa, eniquecida con minerales.

Con la ayuda de varios amigos, lograste obtener el material limpio, procesado en el laboratorio de la Fábrica Ernesto Guevara, para integrarlo al papel que adquirió este interesante color rojizo. Hasta artistas de la plástica como Alberto Domínguez y Alberto Lezcay han solicitado este tipo de papel.

A la par de tu labor como diseñador continúas con tu obra más convencional, aunque ambos oficios contrapuntean. La pieza Punto Cubano, por ejemplo, es un libro-arte.

Nada te detiene. Ni la pandemia. En este tiempo en casa ya has hecho cuatro cuadros. Y también te comunicas con todo el equipo de Cuadernos Papiro para continuar haciendo libros “extraños” para el siglo XXI, nacidos de un taller de papel manufacturado y una imprenta viva, ambientados con tu imaginación de diseñador.
 
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Rosana Rivero Ricardo
Author: Rosana Rivero Ricardo
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Rosana Rivero Ricardo. Periodista 25 horas al día. Amante de las lenguas... extranjeras, por supuesto. Escribo de todo, porque “la cultura no tiene momento fijo

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